“Una mujer nunca debe ser vista comiendo o bebiendo, a menos que sea ensalada de langosta y champán, las únicas viandas femeninas y favorecedoras.”
Allá en los años sesenta las familias de Puerto Nuevo recibían a los visitantes diciendo: “Aquí somos muy pobres. Lo único que podemos ofrecerle es langosta.” La langosta, efectivamente, es abundante en las rocas y el mar frío del Pacífico bajacaliforniano. La península representa 76 por ciento de la producción nacional. Los habitantes de Puerto Nuevo, en el sur de lo que hoy es el municipio de Rosarito, la sirven con acompañamientos tradicionales de sus tierras de origen (la mayoría de los bajacalifornianos son migrantes o descendientes de migrantes). Por eso aquí puede usted comer langosta frita con arroz rojo, frijoles cocidos, salsa mexicana y tortillas (o más bien sábanas) de harina.
Lea la columna completa aquí http://www.criteriohidalgo.com/a-criterio/langosta-y-frijol
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.