Raymond Chandler ( 1888 - 1959 ) |
Taki
Carta a Charles Morton. R. Ch.
"Un hombre llamado Inkstead me sacó algunas fotos para Harper's Bazaar hace un tiempo (nunca pude descubrir por qué) y una, la que yo estaba con mi secretaria sentada sobre mis rodillas salió realmente muy bien. Cuando reciba la docena que pedí, le enviaré una. Quizá convenga aclarar que mi secretaria es una gata persa negra de catorce años y la llamo así porque ha estado conmigo desde que empecé a escribir, por lo general sentándose sobre el papel que quiero usar o los escritos que quiero revisar, a veces saltando sobre la máquina de escribir y a veces mirando tranquilamente por la ventana desde un rincón del escritorio, como diciendo ..."lo que estás haciendo es una pérdida de tiempo, compañero...".
Su nombre es Taki (originariamente era Take, pero nos cansamos de explicar que era una palabra japonesa que significa bambú y debe pronunciarse en dos sílabas), y tiene una memoria como ningún elefante puede haber intentado tenerla.
Por lo general es cortésmente distante, pero de vez en cuando se pone de un humor discutidor y habla durante diez minutos sin parar. Ojalá yo supiera lo que está diciendo, pero sospecho que se resume en una versión muy sarcástica de: "podrías hacerlo mejor".
He amado a los gatos toda mi vida -no tengo nada contra los perros, salvo que necesitan mucha diversión- y nunca he podido entenderlos del todo.
Taki es un animal completamente aplomado y siempre sabe a quién le gustan los gatos, nunca se acerca a alguien a quien no le gustan y siempre va directamente hacia cualquiera -por tarde que llegue o por desconocido que sea- que realmente los quiera.
No hace mucho tiempo con ellos no obstante, se limita a un monto moderado de caricias y juegos. Tiene un truco curioso (que puede o no ser excepcional) y es que nunca mata a ninguna presa. Las trae vivas y deja que uno las tome. En diversas ocasiones ha traído a la casa presas como una paloma, un loro azul y una gran mariposa. La mariposa y el loro estaban enteramente indemnes y siguieron su vida como si nada hubiera pasado. La paloma le dio algunos problemas, pues al parecer no quería ser transportada y tenía una pequeña mancha de sangre en el pecho. Pero la llevamos al veterinario y estuvo muy bien pronto, sólo un poco humillada. Los ratones le aburren, sólo los atrapa si ellos insisten, y después yo tengo que matarlos.
Tiene una especie de cansino interés por los topos y puede observar con cierta atención una cueva de topo, pero los topos muerden y después de todo ¿quién quiere un topo? Así que se limita a simular que podría atrapar uno si quisiera.
Va con nosotros a todas partes, recuerda todos los sitios a donde ha estado antes y en general se siente a gusto en cualquier lado. Uno o dos lugares le cayeron mal, no sé porqué. Simplemente no se adaptó a ellos. No tardamos en entender las alusiones. Lo más probable es que en ese sitio haya habido un asesinato brutal, y que estaríamos mucho mejor en otra parte. El asesino podría volver.
A veces me mira con una expresión peculiar y tengo la sospecha de que lleva un diario, porque la expresión parece decir: "Hermano, en general se te ve muy satisfecho contigo mismo. Me pregunto qué sentirías si yo decidiera publicar algo de lo que he venido anotando en mis ratos libres".
En ciertos momentos tiene el gesto de levantar una pata delantera y dejarla colgando, mirándola especulativamente. Mi esposa piensa que está sugiriendo que le compremos un reloj de pulsera; no lo necesita por ningún motivo práctico (sabe la hora mejor que yo) pero después de todo las chicas necesitan tener alguna joya.
No sé por qué estoy escribiendo todo esto. Debe ser porque no se me ocurre ninguna otra cosa o -aquí es donde se pone siniestro. ¿lo estoy escribiendo en realidad yo?
Podría ser que ... no, debo de ser yo. Digamos que soy yo. Tengo miedo.
P.S.: Estoy trabajando en una adaptación a la pantalla de "La dama en el lago" para la MGM. Me aburre a muerte. Es la última vez que hago un guión de un libro que yo mismo escribí. Es como revolcarse sobre huesos secos."
Nota: Raymond Chandler fue un escritor de novela negra. Se casó con una mujer que le llevaba 18 años y permanecieron juntos 30 años, hasta la muerte de ella. Compartían el amor por los gatos, hasta el punto de haber escrito: " La muerte de nuestra gata persa nos dejó un poco afligidos. Cuando digo un poco afligidos, quiero decir que para nosotros fue una tragedia"
Leído en https://lacanciondelasirena.wordpress.com/2013/06/17/taki-raymond-chandler/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.