viernes, 17 de junio de 2016

Carlos Ramírez - El sistema político perdió también al sector obrero

Aunque se ha alabado históricamente que la columna vertebral del poder del sistema político priísta era el sector proletario como parte del tufo socialista del régimen en el periodo 1920-1940, la clave de las posibilidades limitadas de esa alianza histórica del Estado con los obreros la dio el politólogo Arnaldo Córdova: Cárdenas organizó a los trabajadores como masa, no como clase.

Eso sí, los trabajadores le dieron al sistema político priísta el equilibrio de fuerza dentro del sistema productivo donde se definían las grandes decisiones estructurales y donde se contenía a los empresarios. La lucha de clases en México dejó de ser el motor de la historia y se pasó a la confrontación administrada dentro del PRI vía la fuerza de la CTM.










La alianza Estado-trabajadores la redefinió Carlos Salinas de Gortari con el argumento de la autonomía relativa del Estado respecto de los intereses de las clases. Así, el sistema político pasó de un Estado-clase a un Estado por sí mismo; Salinas dejó de manejar directamente las relaciones del sistema-partido-Estado con sus clases: obreros, campesinos, clases medias, sectores invisibles: empresarios, iglesia, EU, medios, intelectuales, a costa de perder votos.

El camino de la ruptura del Estado con los trabajadores siguió dos rutas: el agotamiento de las instancias proletarias, como la disolución por agonía de la CTM y otras centrales obreras; y la de la negativa a seguir subsidiando al sector obrero. Los obreros se quedaron al garete.

En el sexenio de Miguel de la Madrid terminó el ciclo dominante de Fidel Velázquez y la CTM y el Estado abandonó su papel detonador del desarrollo con la venta de paraestatales y la asunción de salario como una ancla de control inflacionario y no como un instrumento del bienestar laboral. Salinas de Gortari liquidó tres de los enclaves del sindicalismo activista a favor del Estado: la CTM, el sindicato de maestros y el sindicato petrolero. Felipe Calderón se sumó con el despido de electricistas. Y ahora el gobierno de Peña Nieto da cuenta de secciones sindicales de la CNTE.

Las secciones de la CNTE forman parte del SNTE y tienen como patrón al gobierno. Lo que falta por saber es si detrás del arresto de líderes de la 22 de Oaxaca existe un proyecto de reorganización de las relaciones de poder del Estado con los maestros. El arresto de la maestra Elba Esther Gordillo fue controlado por la imposición de un líder sindical manejado desde la SEP; pero la 22 y otras secciones tienen una estructura incontrolable y menos ahora que está pactada con Morena y López Obrador.

El quinazo contra La Quina, Carlos Jongitud, la maestra Gordillo y los dos líderes de la 22 de Oaxaca sólo se desdijo del acuerdo Estado-trabajadores aunque han desestabilizado el sistema político priísta. El problema seguirá latente: el gobierno como patrón de millón y medio de trabajadores de la educación que son ciudadanos pensantes, votantes y militantes. Los trabajadores que perdieron su dependencia de bienestar del gobierno se han pasado a la oposición, lo que en el pasado fue parte de la sabiduría política del sistema: controlar estructuras de estabilidad por medio del salario y al mismo tiempo usarlos como base electoral.

Lo ocurrido con el presidencialismo, PRI, la iglesia y los trabajadores indican un final histórico del viejo sistema político priísta, aunque no se conoce aún al nuevo sistema.

Política para dummies: La política es el arte de las redefiniciones para decir que se va por el mismo camino aunque se tome otro.

Sólo para sus ojos:

Como era de esperarse, la radicalización de las protestas de la CNTE de Oaxaca andan en busca de una represión como la del 2006 para potenciar el movimiento. Y se preparan ya movilizaciones en la CDMX, parte del Estado de México, Michoacán y Guerrero.

En el fondo del conflicto magisterial hay un error de cálculo: si se cree que el endurecimiento pudiera potenciar una precandidatura presidencial, en realidad podría ser al revés porque no es posible posicionar figuras sólo por decisiones autoritarias.

Eso sí, el 2018 está desatado. Todos quieren, nadie mide la relación deseo-resultados y el desbordamiento de pasiones sólo exhibe pasiones de los aspirantes. Sin embargo, la verdadera aduana del 2018 para todos los partidos y figuras será la elección de gobernador en el Estado de México.

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