El stress afecta, querido lector, lectora. Me queda claro después de ver un par de fotografías que ayer circularon de Javier Duarte tomadas con apenas con meses de diferencia.
¡Qué barbaridad! El aún gobernador de Veracruz ha perdido, sin exagerar, 20 kilos. O más. Cuesta creerse que se trata de la misma persona.
El reportero y columnista Alejandro Aguirre Guerrero (que de Veracruz sabe todo) me dijo ayer que Duarte sí dijo en algún momento antes de la campaña que se puso a dieta pero claramente, y no es para menos, todo se ha agudizado tras que el PRI —y él— perdió la gubernatura.
O quizá será que le dijeron que iban por “peces gordos” y no quiso dar el perfil.
Lo cierto es que, como Miguel Ángel Yunes toma posesión el 1 de diciembre, si sigue así, Duarte va a desaparecer (y no porque huya de la justicia que, bueno, también es una posibilidad).
En cuanto arranque septiembre, en el Senado tendrán que procesar cientos de perfiles para distintos nombramientos. Será una conjunción de varios procesos que tendrán un añadido interesante: Deberán de ser aprobados por la Cámara Alta a propuesta de ternas o sugerencias de distintos actores o instituciones.
No son pocas las personas que se nombrarán y los cargos en disputa son muy importantes.
Vamos por partes:
El Presidente, por ejemplo, tiene que mandar su propuesta para un nuevo secretario de la Función Publica ahora que le renunció su amigo Virgilio Andrade. Debe mandar sus propuestas para 16 magistrados de la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, los tres magistrados de cada una de las Salas Regionales, de los integrantes de la Sala Especializada en Materia de Responsabilidades Administrativas y 10 magistrados supernumerarios de Sala Regional.
En el tema importantísimo de la implementación del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) y sus resistencias será nuevamente puesto a prueba. Aquí no hay que quitar el ojo de quiénes integrarán la terna que propondrá el Presidente al Senado para convertirse en el o la nueva súper fiscal anticorrupción que aunque dependerá orgánicamente de la PGR y después de 2018, de la Fiscalía General. Quien resulte electo para esta particular rifa del tigre debe ser alguien que provoque confianza y de todos. Lo votará el pleno del Senado con dos terceras partes.
Será interesante ver cómo los senadores también resuelven otro pendientazo: Quiénes serán los integrantes del Comité de Participación Ciudadana del mismo SNA. Primero, los senadores elegirán una “Comisión de Selección”, integrada por nueve personas (cinco propuestos por instituciones de educación superior y cuatro por organizaciones de la sociedad civil expertas en temas de transparencia), quienes emitirán la convocatoria respectiva para integrar dicho comité.
Quienes resulten seleccionados deberán ser, luego, ratificados por el pleno del Senado.
(¿Se dan cuenta, por cierto, de nuestro institucionalizado y legalizado nivel de desconfianza al poner tantos candados para la elección de este grupo? No es crítica, solo enunciación de realidad. Este comité es importante porque ellos propondrán los formatos que harían realidad la aplicación de la iniciativa #3de3. Además, los integrantes de este comité se rotarán la presidencia del Comité Coordinador de todo el SNA).
Los senadores también recibirán ternas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Para el 4 de noviembre deben estar ya electos y aprobados por las dos terceras partes del pleno nada menos que siete nuevos integrantes de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Tendrán una temporalidad escalonada: Dos magistrados estarán por tres años; dos más por seis años y tres por nueve años.
Actualmente hay una lista de 130 aspirantes que atendieron la convocatoria emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Se revisará y enviarán al Senado las siete ternas.
Roberto Gil, quien es aún presidente del Senado, dijo que sería idóneo que desde la sociedad civil también se vigilara el procedimiento con el que la SCJN elegirá a los candidatos. Interesante.
No es cosa menor el TEPJF: Serán los encargados de calificar la elección presidencial del 2018 que si sigue como va, podría presentar un panorama muy cerrado…
Alberto Lujambio ayer escribió un texto interesante sobre el uso de citas de la Biblia (sobre todo el Antiguo Testamento) para criticar decisiones políticas. Viene al caso por el tuit reciente de AMLO: “No pagar a los maestros es anticonstitucional y antibíblico: “No retendrás el salario del jornalero hasta el día siguiente”.
El problema del Levítico, apunta Lujambio es que también dice esto otro, por ejemplo: “No te acuestes con un hombre como si te acostaras con una mujer. Eso es un acto infame”.
Ups.
katia.katinka@gmail.com
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Leído en
http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/los-muchos-nombramientos-pendientes-1470206894
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