León Serment no murió a manos de unos ladrones cualesquiera en agosto pasado y Adriana Rosique, su esposa, no se suicidó tres semanas más tarde. El hijo de ambos organizó los asesinatos junto a su novia, por los que pagaron 10.000 dólares a otras dos personas. El fiscal de la Ciudad de México, Rodolfo Ríos, ha explicado este viernes que los autores planificaron las muertes durante dos meses. De momento, no han trascendido los motivos, pero sí que desde ayer, todos están en la cárcel.
Decir que el caso dio un giro inesperado sería conservador. El 27 de agosto, la comunidad artística lamentaba la muerte de Serment, conocido en México por las cintas El Efecto Tequila (2010) y Kada kien su Karma (2008). Entonces se sabía –se asumía– que le habían asaltado en la calle, que los ladrones, por algún motivo, le habían asesinado, que además se habían ensañado. Cuando llegaron a la escena del crimen, los investigadores observaron que el cuerpo estaba cosido a puñaladas.
La tragedia continuaba tres semanas más tarde al conocerse la muerte de su esposa, Adriana. Entonces se dijo que se había suicidado, que se había colgado en su casa y había muerto asfixiada.
Ahora se sabe que no, que el hijo de ambos, del que no han trascendido más datos, imaginó, organizó y coordinó todo.
Las explicaciones que ha dado el fiscal Ríos son sobrecogedoras. Antes de morir, cuando fue a declarar a la fiscalía, Adriana Rosique explicó que esa noche, la del 27 de agosto, su hijo visitó a su padre, lo que era "inusual". Lo hizo acompañado de su novia. Adriana Rosique tenía que salir más tarde, así que los tres, madre, padre e hijo y la mascota de alguno de ellos, bajaron a la calle pasado el rato. La novia se quedó. Serían pocos minutos antes de las diez de la noche.
Entre tanto, siempre según el relato que ha armado la fiscalía, los dos autores materiales, un hombre y una mujer, deambulaban por el barrio, la colonia Merced Gómez, al suroeste de la capital. En los vídeos de las cámaras de vigilancia estudiadas por los investigadores, aparecen paseando, manejando un teléfono. Como si chatearan. En su declaración, Rosique dice que la novia de su hijo no dejó de mandar mensajes con su teléfono el tiempo que estuvo allí.
Cuando tomó el taxi, hacia las diez de la noche, León Serment, el perro y su hijo caminaron de vuelta a la casa. En la calle, dos sujetos se les acercaron. Sacaron una pistola y les amenazaron. Les dijeron que les dieran lo que tenían. El hijo se echó al suelo con el perro y a su padre lo acuchillaron sin clemencia. Los peritos de la fiscalía contarían más tarde hasta 46 heridas, 12 de ellas mortales.
En sus declaraciones a la fiscalía, el hijo dijo que cuando los asesinos se fueron, le preguntó a su padre cómo podía ayudarle. León Serment le contestó que pidiera auxilio, así que el muchacho fue a la casa, dejó al perro, le dijo al vigilante del edificio que pidiera socorro y esperó. Su padre murió poco después. La fiscalía dice que el hijo "no prestó el debido auxilio" para salvarle. Minutos más tarde, el hijo llamó a su madre. Le dijo que había ocurrido una "tragedia", que su padre había muerto.
Pasaron tres semanas y dos días. El 19 de septiembre, la policía de la capital encontró el cuerpo de una mujer colgando de una cuerda, atada a la ventana de un segundo piso. Era Adriana Rosique. La primera impresión de los investigadores es que se había suicidado.
Cuestionado al respecto, el hijo, que estuvo allí, declaró que esa noche salió con su novia de la casa materna para ir al hospital. Dijo además que no se enteró de la muerte de su madre hasta la mañana siguiente.
En el transcurso de la investigación, la fiscalía descubrió que ni el hijo ni la novia acudieron al hospital esa noche. Gracias a las cámaras de vigilancia de la zona donde vivía Adriana Rosique, se dieron cuenta de que ambos, hijo y novia, deambularon por allí cerca mientras esta moría asesinada. Los mismos criminales que en agosto habían acuchillado al padre, acudieron esa noche a la casa de la madre, entraron por la puerta fácilmente y acabaron con su vida.
El fiscal Rodolfo Ríos ha explicado que ayer mismo detuvieron a los cuatro, registraron la casa de la autora material y encontraron la tarjeta del banco de Adriana y la ropa con que mataron a León Serment. Tanto ellos, como el hijo y la novia enfrentan un cargo de homicidio calificado que podría dejarles en prisión hasta por 70 años.
Queda la duda por los motivos que impulsaron al joven Serment y a su novia de planear el parricidio. ¿Por qué mataron al padre? ¿Y a la madre? ¿Tenían planeado el segundo asesinato o fue consecuencia de lo anterior? ¿Qué pensó Adriana Rosique entre el 27 de septiembre y el día que la mataron?
Leído en http://internacional.elpais.com/internacional/2016/09/30/mexico/1475267999_950029.html
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