viernes, 22 de agosto de 2014

Carmen Aristegui - Plurinominales

Concluyó la etapa reformadora que inició el gobierno de Enrique Peña Nieto con 11 reformas estructurales cuyos verdaderos alcances y consecuencias sólo podrán medirse al paso de los próximos años. Encuestas diversas muestran que la mayoría no está conforme con lo sucedido. Eso puede explicar que, al minuto uno de concluido el proceso y promulgadas las leyes secundarias de la reforma energética y entradas en vigor las de telecomunicaciones, se echó a andar una intensa campaña propagandística en medios con mensajes gubernamentales que resaltan los beneficios que vendrán para los ciudadanos a partir de estas reformas. La eliminación de la larga distancia, las tarifas de luz que bajarán en unos dos años, los empleos, el crecimiento económico y más bienestar para la población son algunos de los asuntos que se resaltan.

La irrupción de Peña Nieto en diferentes medios, programas y entrevistas dirigidos unos al "Círculo verde", la población más amplia y menos informada, y otros al "Círculo rojo", dirigidos a públicos que se presume son más críticos e intelectualmente más exigentes, da cuenta de la necesidad gubernamental de entrar en una fase de "legitimación" de las reformas. Para este propósito cuenta el Presidente con amplia colaboración del "statu quo" mediático, como pudo observarse a lo largo de la semana.










La ecuación política que permitió procesar, en un tiempo récord, tal cantidad de reformas en temas impensables como el de la energía y el petróleo, terminó su ciclo. Los pactos o alianzas entre fuerzas políticas que hubieron de darse para transitar el periodo han quedado rebasados y los ojos de todos están puestos en el ciclo 2015-2018.

Lo que viene es la instrumentación jurídica y operativa de las reformas y los intentos de revertir algunos de sus efectos a través de la nueva herramienta de la consulta popular vinculante, que se estrenará en 2015. El PRD y Morena tratarán de echar abajo la reforma energética, cada quien con su pregunta, en algo que, a decir del secretario de Hacienda, es "poco probable que suceda". El PAN anunció también su intención con la pregunta sobre los salarios mínimos.

El PRI, por su parte, anuncia su propia pregunta que pretende para el 7 de junio del año que entra: "¿Estás de acuerdo en que se modifique la Constitución, para que se eliminen 100 de los 200 diputados federales plurinominales y los 32 senadores de representación proporcional?".

Del tamaño que sea, pero hay un rango de incertidumbre en torno a la "reforma madre" del sexenio, que es la energética, con el tema de la consulta. Se puede presumir que la colocación de temas como éste o, incluso, el de los salarios mínimos tenga, entre otros propósitos, el de distraer el foco de atención principal que, por su naturaleza y alcance, debería tener el de una consulta sobre la reforma energética.

Ese no sería el único motivo para levantar la ceja, una vez que se dio a conocer la pregunta formulada por el PRI.

De prosperar el asunto, veríamos una modificación sustantiva en la fórmula de equilibrios ideada hace muchos años para evitar o atemperar la sub y sobre representación en el Congreso.

La figura de los plurinominales resulta aún más impopular que la de los legisladores que llegan al Congreso por la vía del voto directo o uninominal. Por eso sería fácil echar a andar una campaña para lograr un "Sí" a la propuesta de recortar plurinominales en diputados y eliminarlos en senadores.

José Woldenberg, ex consejero presidente del IFE, explicó en Noticias MVS el origen y razón de ser de los plurinominales y puso un tono de alerta a lo que podría suceder si la pregunta del PRI llegara a prosperar con un "Sí".

El ex presidente del IFE afirma que una reducción de diputados y senadores -exclusivamente plurinominales- podría sobrerrepresentar y premiar al partido que obtiene la mayoría de votos, en este caso, al mismo PRI.

El debate sobre la consulta y sus eventuales preguntas ha quedado formalmente inaugurado. Así como se alega que lo de la Reforma energética no es susceptible de consulta nacional por tratarse de un tema relacionado con "los ingresos" y no es consultable; el tema propuesto por el PRI también será combatido bajo el argumento de que el electoral tampoco es un tema que la ley de consulta permita.

Ya veremos qué dice la Corte pero, por lo pronto, hay que detenerse a analizar, seriamente, el trasfondo de una propuesta como la que acaba de lanzar el PRI que peca de todo, menos de ingenuidad.


        

Leído en Reforma.com

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