La historia en breve Ciro Gómez Leyva
Enrique Peña Nieto le da un abrazo antes de partir de Ciudad Victoria, adonde ha ido con el objetivo de apuntalar su candidatura al Senado. Manuel Cavazos Lerma tiene, pues, la bendición de todos los priistas.
—¿Qué platicó con Peña Nieto, Manuel?
—En primer lugar le agradecí su apoyo, su respaldo —dice el hombre que gobernó Tamaulipas entre 1993 y 1999 y que estaría siendo investigado por la PGR por algo que tendría que ver con delincuencia organizada—. Platicamos sobre lo que él espera de esta campaña y lo que espera que hagamos en Tamaulipas: lo que siempre ha sido: un bastión, una cantera importante de votos para el PRI.
—¿Ninguna duda sobre su futuro jurídico?
—No, en absoluto, porque como hemos dicho y lo reiteramos ahora: el que nada debe, nada teme.
—Pero la PGR es la PGR.
—Estoy de acuerdo, pero usted sabe cómo son los escribas, los fariseos que al mismo Jesús le inventaron cargos. Si la PGR quiere asumir el papel de sepulcro blanqueado, es su decisión.
—Va de frente y no se quita.
—Así es, absolutamente. Vamos a hacer una campaña intensa, porque el momento lo requiere, porque no solamente necesitamos ganar, sino ganar contundentemente. Tener algo así como 800 mil votos.
—¿Lo ha requerido la autoridad?
—No ha habido ningún requerimiento, no ha habido ni una comunicación. Vaya, ni un saludo.
—¿Se ha encontrado con los ex gobernadores Tomás Yarrington y Eugenio Hernández?
—Normalmente nos vemos en las reuniones que se hacen aquí del partido, pero esta semana no he tenido la oportunidad de hablar con ellos.
—Va de frente y no se quita.
—Vamos para adelante. No hay nada que temer. Vamos serenamente activos y activamente serenos.
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