“Yo lo voy a hacer ganar la presidencia, se lo prometo, pero por ahora nos conviene más ir cada uno por nuestro lado”, con esa promesa de Elba Esther Gordillo se rompió la alianza entre el PRI y el PANAL pero se selló un compromiso de la controvertida maestra con Enrique Peña Nieto, a quien ofreció apoyar en una suerte de alianza de facto que se mantiene y operara en la elección presidencial entre los dos personajes.
Terminó así un capítulo de la relación formal entre Peña y Elba Esther, pero se abría una nueva etapa en que la que la lideresa del SNTE sigue siendo una aliad estratégica del candidato priista que recurrirá a los maestros en temas como la representación de casillas o la movilización el día de las elecciones.
El problema para la maestra y su promesa de ayuda a Peña Nieto es que, antes de ayudar a nadie, Gordillo y el PANAL tienen enfrente el reto de mantener su registro con candidatos propios a la Presidencia y a las senadurías y diputaciones. La designación del activista ambienta Gabriel Quadri como candidato presidencial del Partido Nueva Alianza, si bien resultó sorpresiva y llamó la atención por el perfil elegido, ha generado dudas de si el ambientalista será capaz de alcanzar más de 2% de la votación nacional que se requiere para que el partido mantenga su registro.
El cálculo de Gordillo y el PANAL es que, tan sólo con su estructura a nivel nacional, basada en la fuerza del magisterio, tienen asegurado ese 2% de votación y su meta con las campañas y con sus candidatos es al menos duplicarla y lograr un mínimo de 4% para de esa manera asegurar no sólo el registro oficial su presencia en el Congreso.
Al final lo que provocó la ruptura de la alianza entre PRI y PANAL fue la pretensión de Gordillo de modificar los términos del acuerdo para incluir una senaduría para su partido por el DF. La maestra estiró demasiado la liga y comenzó a presionar por la senaduría con una doble intención: además de aumentar su cuota en la alianza, Elba pretendía que Peña le entregara el espacio que tenía reservado para Pablo Escudero, del Partido Verde Ecologista.
Es decir, la maestra quería bloquear al yerno de Manlio Fabio Beltrones y, dentro de sus eternas diferencias con el sonorense, arrebatarle un espacio. Cuando los negociadores de Peña le informaron de la nueva condición de Elba Esther, el mexiquense tronó: “Entonces no hay alianza, no vamos con ella y se acabó”.
Después vendría la promesa de Elba y el sui generis rompimiento de la alianza formal pero el nacimiento de su alianza de facto. La misma promesa Gordillo le hizo a Felipe Calderón hace seis años y la maestra y su operación fueron clave en el apretadísimo y cuestionado triunfo del actual presidente ¿podrá cumplirle a Peña?
NOTAS INDISCRETAS… Si con Fox vimos abiertamente a un presidente en campaña, con Felipe Calderón empieza a verse al quinto candidato en campaña. Aparece en todos lados, reparte dinero en actos públicos, lee cuentos a los niños y no se sujeta a las reglas del IFE. Ni en los viejos tiempos del priismo, cuando el dedo presidencial elegía de antemano, se veía tan abierta y claramente a un presidente haciendo campaña para tratar de influir en las elecciones. En 2006 el Tribunal Electoral, en un fallo que quedó para la historia y la polémica, reconoció que el activismo del presidente influyó en el resultado de la elección ¨pero sólo un poco¨ ¿Qué van a decir en 2012 los magistrados de Felipe Calderón? ¿Dirán que ya intervino y el resultado es válido “haiga sido como haiga sido”?… Los dados inician semana. Escalera doble.
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