miércoles, 2 de mayo de 2012

UN PRESO SINGULAR.



Era un hombre que había sido encarcelado. A través de un ventanuco enrejado que había en su celda gustaba de mirar al exterior.

Todos los días se asomaba al ventanuco, y, cada vez que veía pasar a alguien al otro lado de las rejas, estallaba en sonoras e irrefrenables carcajadas.

El guardián estaba realmente sorprendido. Un día ya no pudo por menos que preguntar al preso:

- Oye, hombre, ¿a qué vienen todas esas risotadas día tras día?

Y el preso contestó:

- ¿Cómo que de qué me río? ¡Pero estás ciego! Me río de todos esos que hay ahí. ¿No ves que están presos detrás de estas rejas?

El Maestro dice: Por falta de discernimiento puro, no sólo estás en cautiverio, sino que ni siquiera llegas a darte cuenta de que lo estás.

Tomado de “Cuentos Clásicos de la India” recopilados por Ramiro Calle.

Leído en: http://es.scribd.com/doc/64467643/101-cuentos-clasicos-de-la-India

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, sean civilizados.