Se avizoran tiempos difíciles
para los indudables avances democráticos. El autoritarismo corruptor
está decidido a imponernos sus modos y costumbres. Debemos frenarlos.
Los valores de los mexicanos parecen una piel de leopardo: las manchas
de cultura democrática y moderna están cercadas de comportamientos
autoritarios y tradicionales. Ser democrático supone participar en la
vida pública con las armas de la razón y la información. Se tiene
cultura autoritaria cuando se delega en los poderosos las decisiones que
nos atañen.
El DF y el Edomex son los extremos de las dos culturas. Según el Índice
de Desarrollo Democrático México 2011 la capital ocupa el 2º lugar y el
Edomex está en un lejano 30º. La Encuesta Nacional de Valores agrega
matices dignos de tomar en consideración. El capitalino observa
críticamente a las instituciones: sólo 5% tiene "mucha confianza" a la
televisión y 5.5% al IFE; el mexiquense es complaciente porque a las
televisoras le cree 27%, y al IFE 13%.
Aun hay más. Mientras el DF tiene 50 organismos de la sociedad civil por
cada 100 mil habitantes, el Edomex tiene uno (primero y último lugar
nacional); en la capital 730 profesores del Nivel III del Sistema
Nacional de Investigadores están generando conocimiento, en el Edomex
sólo 26; el DF tiene 475 librerías por 90 del Edomex. Este choque entre
culturas es observable por todo el país y es clave para entender la
mediocridad de nuestra democracia.
Enrique Peña Nieto está empeñado en una operación cicatriz y ahora
promete (esta vez sin notario) una serie de reformas democráticas
mientras rechaza, entre sorprendido y ultrajado, las acusaciones de que
hubo una operación masiva de compra y coacción del voto para
favorecerlo. Ya apareció, por supuesto, el coro fácil de los siempre
dispuestos a extender el beneficio de la duda a quienes tienen el poder.
No es mi caso. Dudo de su vocación democrática por su historial como
gobernador y por la forma como condujo su campaña.
La duda crece al comparar la forma como cubrieron el Caso Soriana medios
impresos de la capital y de Toluca. Una revisión de los 10 días
posteriores a la elección muestra que en el DF, los periódicos Reforma y
La Jornada dedicaron unas 36 mil palabras a informar sobre Soriana
desde múltiples ángulos. La edición mexiquense de El Sol de México y el
diario El Portal minimizaron la noticia (8 mil palabras) y fueron
parciales en aspectos clave.
El PRI histórico fue maestro en poner candados y controles a la
información publicada. Revisar para esta columna la prensa del Edomex
fue un regreso sin nostalgia, aclaro, a los años en que Gobernación
movía los hilos de casi todas las salas de redacción. Con evidencia de
este tipo considero plausible esperar que un gobierno controlado por el
priismo mexiquense intente domar la libertad de expresión, apalancándose
en esos medios más interesados en el negocio que en la difusión de
información objetiva y confiable.
Enfrentarán resistencias por doquier pero el DF será uno de los
principales campos de batalla. Una sorpresa de la última elección es la
recuperación de la izquierda. En el DF, Edomex y Morelos la población
gobernada por los partidos de izquierda aumentó en 2 millones 619 mil
ciudadanos. En el Edomex el incremento fue de un millón y medio de
personas (en buena medida por la apretadísima victoria del PRD en Ciudad
Nezahualcóyotl).
¿Aprovechará la izquierda esta floración o dejará que se marchite como
en otras ocasiones? Por límites de espacio bosquejo un par de ideas. Los
partidos de izquierda requieren con urgencia una estrategia coherente
para igualar al alza a poblaciones en tres estadios de cultura
democrática: el DF está en lo más alto de la escala pero hay margen para
la mejoría, el Edomex está en el fondo y Morelos en el medio. Es
también urgente otro tipo de relación con la ciudadanía, corregir las
distorsiones creadas por las tribus y resolver el enigma de los
liderazgos carismáticos.
Sería ingenuo esperar una milagrosa iluminación de las izquierdas. Salvo
algunas excepciones, lo más probable es que buscarán recluirse en sus
panales para darse un festín con las mieles presupuestales. La principal
lección de los últimos 50 años es que las élites políticas sólo
responden con presión social y mediática.
Quienes creemos en la democracia tendremos que defender las libertades
logradas en la ciudad, en otras regiones y en el gobierno federal. Será
más fácil conceptualizarlas enmarcándolas en esa confrontación
multidimensional de dos culturas políticas. Para ponernos en el tono
adecuado recuperemos una consigna que movilizó a los madrileños en la
defensa de su estilo de vida y gobierno frente a las hordas franquistas
que terminaron imponiéndose. En esta ocasión hagamos que sea realidad el
¡No pasarán!
El Índice de Desarrollo Democrático 2011 fue auspiciado por Coparmex,
Fundación Konrad Adenauer y Polilat; la Encuesta Nacional de Valores
2010 por Banamex y Fundación Este País.
Comentarios: www.sergioaguayo.org; Twitter: @sergioaguayo; Facebook: SergioAguayoQuezada
Colaboró Marcela León Vázquez
Fuente: http://www.reforma.com/editoriales/nacional/666/1331113/
Los derechos de autor son propiedad de los columnistas y sus periódicos; las columnas de los foristas son responsabilidad de ellos mismo; los comentarios, mentadas de madre y albures en Disqus son, también, responsabilidad de los foristas. Este lugar no tiene fines de lucro Aquí no se censura ni se modera. CUANDO SE PUBLIQUEN DATOS PERSONALES, POR SEGURIDAD, LOS POSTS SERÁN BORRADOS. Contacto: lafaunademilenio@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.