La noche del 2 de julio de 2000 Joaquín Vargas, dueño de MVS, lloró. Lo hizo delante de concesionarios de medios de comunicación reunidos en las oficinas de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT). Lloró porque perdió el PRI la Presidencia de México.
En ese momento, él era presidente de la CIRT y como tal tenía la responsabilidad de anunciar en cadena nacional los resultados de la encuesta electoral presidencial de dicha Cámara… y no quería: él había jugado a favor de Francisco Labastida, íntimos suyos formaron parte de la campaña del PRI, pero el vencedor fue Vicente Fox.
Este episodio, relatado por columnistas en su momento, pinta la personalidad del empresario. No es un hombre que confronte y rete al poder. Basta recordar que una mañana Carmen Aristegui, la conductora estelar de MVS, preguntó al aire si el Presidente Calderón era alcohólico; Joaquín Vargas la despidió de inmediato.
El dueño de MVS no es, pues, de los que salen a dar la pelea. ¿Por qué entonces está plantándose tan fiero frente al Gobierno de Calderón para que no le quiten la concesión de la banda 2.5? Porque detrás de él hay intereses mucho más poderosos que sí se atreven a desafiar al Estado: los del ingeniero Carlos Slim, propietario de Telmex-Telcel. El principal beneficiario de que Joaquín Vargas se quede con esa banda es Carlos Slim. ¿Por qué? Porque MVS no usa esa banda, y ése parece ser un acuerdo entre ambos. Si MVS la usara (no lo hace porque no tiene tanto dinero como el que se necesita para echar a andar una telefónica) podría ser un serio competidor de Telmex-Telcel. Si la rescata el Gobierno federal, la licita y otras empresas la ganan y usan, esas empresas serían verdaderas competidoras contra el monopolio del ingeniero Slim. Por eso, para el hombre más rico del mundo el mejor arreglo es que MVS se la quede porque “ni picha, ni cacha ni deja batear”… y él sigue siendo el dueño del estadio. El anuncio de Joaquín Vargas de que litigará la banda 2.5 (está en todo su derecho) y su previsión de que el pleito durará cinco años tiene como gran beneficiario a Carlos Slim.
Desde hace cuatro años la mano de Grupo Carso detrás de MVS ha sido remarcada hasta ante la Securities and Exchange Comission (SEC), reguladora del mercado bursátil estadounidense. Incluso Telmex reportó tímidamente a la SEC en 2008 y 2009 que “acordamos proporcionar servicios de facturación, cobranza, equipo y acceso a nuestra red de distribución para los servicios de televisión de paga de Dish México”. Ya sin contar que comparten tándem de abogados: el que conforman los también influyentes políticos panistas Diego Fernández de Cevallos y Fernando Gómez-Mont (¡cómo son las cosas!).
Esto se dice poco porque hacer el papel de víctima siendo el más rico del mundo… pues como que es más difícil de creer.
SACIAMORBOS
¿Cuántos maestros? “Dos mil treinta y cinco mil (sic)”, dijo La Maestra. Y claro, que no piensa retirarse.
Fuente: http://opinion.informador.com.mx/Rotonda/2012/08/21/slim-esta-detras-de-mvs/
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