domingo, 28 de octubre de 2012

The New York Times - El falso discurso sobre la pobreza

El representante Paul Ryan dio un discurso sobre la pobreza y la movilidad social.

No, no es el principio de uno de eso chistes del hombre que entra en una cantina. Esto sucedió en la vida real. El candidato republicano a la Vicepresidencia de EU pronunció su discurso el miércoles en Cleveland. “En esta guerra contra la pobreza, la pobreza va ganando”, advirtió Ryan. Lo que no dijo es que él y su presupuesto ya tomaron partido en esa guerra. Y no precisamente por los pobres. 

Éste es sólo uno de los últimos intentos de Mitt Romney en la recta final por levantar la polvareda de la confusión, suavizar la retórica más dura y deslizarse en la Casa Blanca. Pero hay un problema: el presupuesto de Ryan está impreso. Impreso en papel, por si fuera poco. Fue aprobado por la Cámara de Representantes en marzo. Puede ser examinado y evaluado. En su discurso del miércoles, Ryan dijo. 




“Cuando al gobierno se le confía la tarea de poner una red de seguridad, Mitt Romney y yo tenemos nuestra propia visión para que ésta sea fuerte.” Bueno, vamos a ver qué dicen las pruebas documentales. 

De acuerdo con el reporte de marzo del Centro de Presupuesto y Prioridades de Política: “De los 5.3 billones de dólares en recortes del presupuesto no militar a diez años (en relación a la continuidad de las políticas actuales), el plan presupuestal del presidente del comité de presupuesto de la Cámara de Representante, Paul Ryan, lograría por lo menos 62% recortando programas que atienden a personas de recursos limitados. Esto trastoca un principio básico de la comisión fiscal de Obama y viola principios fundamentales de justicia.” En otro momento, Ryan afirmó: “La versión condensada es que debe haber un equilibrio: permitir que el gobierno actúe por el bien común, mientras los grupos privados tienen la libertad de hacer el trabajo que sólo ellos pueden hacer.” 

Es curioso que Ryan haya mencionado a esos “grupos privados”. En una serie de cartas de este mismo año, la Conferencia Episcopal Católica de EU censuró el gasto de Ryan. Una de las cartas decía: “El Congreso se enfrenta a la difícil tarea de equilibrar necesidades y recursos y asignar cargas y sacrificios. 

Las soluciones justas, sin embargo, deben requerir de sacrificios de todos, como recaudar los ingresos necesarios, eliminar los gastos innecesarios, tanto militares como de otro tipo, y abordar de una manera justa los costos de largo plazo de los programas de seguro médico y jubilación. 

La resolución presupuestal aprobada por la Cámara no cumple con estos criterios morales. Junto con otros jerarcas cristianos insistimos en que se trace un ‘círculo de protección’ en torno a los programas esenciales que sirven a la gente pobre y vulnerable.” Otra de las cartas decía: “En momentos de gran competencia por los recursos agrícolas y de restricciones presupuestales, las necesidades de quienes tienen hambre y son pobres y vulnerables deberían estar primero que las de los poderosos y de quienes están relativamente bien acomodados. Junto con otros jerarcas cristianos, exhortamos al comité a trazar un ‘círculo de protección’ alrededor de los recursos que atienden a quienes más necesidad tienen y a poner primero sus necesidades, aunque no tengan abogados poderosos ni gran influencia.” 

Otra más decía: “La medida moral de este debate presupuestal no será qué partido gane o qué intereses poderosos prevalezcan, sino más bien cómo se va a tratar a los desempleados, a los hambrientos, a los pobres y los que no tienen casa. 

Su voz está haciendo falta en este debate, pero tienen el derecho moral de mayor peso sobre nuestras conciencias y nuestros recursos comunes.” Ryan, por supuesto, es católico Muy bien, regresemos al discurso de Ryan. Él dijo: “La verdad es que Mitt y yo creemos en la verdadera compasión y en la movilidad social. Y estamos ofreciendo una visión basada en reformas reales para sacar a la gente de la pobreza.” 

Sin embargo, el presupuesto de Ryan de 2010 (promulgado cuando los demócratas todavía controlaban la Cámara) propuso eliminar los impuestos sobre las ganancias de capital. Según un reporte de 2011 del Servicio de Investigación del Congreso, el principal motor de la desigualdad en el ingreso en este país, de 1996 a 2006, fue el crecimiento de las ganancias de capital y los dividendos. Las ganancias de capital y los dividendos representaron una proporción mayor del ingreso en 2006 que en 1996 (especialmente en el caso de los contribuyentes de mayores ingresos) y estuvieron distribuidos más desigualmente en 2006 que en 1996. 

Los cambios de las ganancias de capital y los dividendos fueron el principal contribuyente al aumento de la desigualdad general del ingreso. En los presupuestos posteriores, entre ellos el más reciente aprobado por la Cámara, Ryan abandonó el texto respecto de eliminar los impuestos a las ganancias de capital, pero no está claro qué planes tenía. En una entrevista en junio se le preguntó directamente si “reduciría las exenciones para los programas 401(k) o las ganancias de capital y dividendos”. Su respuesta fue evasiva y dejó lugar a interpretaciones. 

“No conozco la respuesta a su pregunta. Lo que sí sé es que pensamos que bajar las tasas de impuestos es lo más inteligente. Muchos otros países lo han hecho.” Ryan también dijo el miércoles: “Mitt Romney y yo queremos aplicar esta idea a otros programas contra la pobreza, como Medicaid y los cupones de comida. 

El gobierno federal seguiría aportando los recursos, pero se eliminarían los interminables mandatos y restricciones federales que obstaculizan los esfuerzos de los gobiernos estatales por hacer que esos programas sean más efectivos.” Muy interesante, pero, ¿es exacto? ThinkProgress señala que el presupuesto de Ryan socavaría “la atención médica para las familias de bajos ingresos”: Según la Oficina de Presupuestos del Congreso, el plan de Ryan para subvencionar en bloque a Medicaid “implicaría restringir el derecho a Medicaid y al programa de seguro médico infantil, cubrir menos servicios, reducir los pagos a los proveedores o aumentar los costos para los beneficiarios, todo lo cual reduciría el acceso a la atención médica”. 

Un reciente estudio del Instituto Urbano señala que el plan de Ryan reduciría la inscripción en Medicaid en un sorprendente 50%. Así pues, Ryan –el hombre cuyo plan presupuestal causaría estragos entre los pobres– se sube a un estrado y pretende ser defensor de los pobres. (© 2012 The New York Times)

Leído en: 
http://www.vanguardia.com.mx/elfalsodiscursoderyansobrelapobreza-1406419-columna.html 

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