Leí en estos días algo del sociólogo español Manuel Castells, según el Social Sciences Citation Index, uno de los cinco científicos sociales más citados en el mundo. Dice que la izquierda ha desaparecido y que, en buena medida, su regreso dependerá del talento que tenga para combinar el espacio de comunicación (esencialmente en Internet y las redes sociales), con el espacio de reunión: calles, plazas, congresos. Si lo consigue, los votos llegarán. Pueden tardar, pero llegarán.
“El punto central hoy para un político, de izquierda o derecha, es conservar el puesto”, explica Castells. “Entonces la clase política se reproduce a sí misma y hace un mundo cerrado, sin aire. Pero Internet ha abierto las ventanas. En Internet la gente puede decir lo que quiera. Hoy hay movimientos que nacen en la red y se organizan en el espacio urbano. Como la ocupación del espacio urbano no se puede eternizar, a veces de eso se encarga la policía, se repliegan en la red, pero no desaparecen”.
Recupero estas ideas porque mañana comienza la afiliación a Morena, llamado a ser el primer partido de la izquierda mexicana del siglo 21.
La razón uno para afiliarse a Morena, dice el líder Andrés Manuel López Obrador, es formar parte de un espacio abierto para quienes buscan ser felices y la felicidad de otros. La dos es convertir el sentido de servicio en virtud.
Suena bien. Veremos si Morena es capaz de aplacar a sus jerarcas y conectar con la primera generación de mexicanos de izquierda del siglo 21: la izquierda de la red. Esa que sabe que quien controla la comunicación controla el poder.
Y que ya aprendió a controlar la comunicación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.