miércoles, 13 de febrero de 2013

Serguio Aguayo - Una de misterios

Tres diputados de izquierda se prestaron para hostigar al presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) quien incomoda al duopolio televisivo.

El interés inicial. Hace meses conversé con Mony de Swaan, presidente de la Cofetel, quien me transmitió una sensación de asedio y soledad. A finales de 2012 leo que Purificación Carpinteyro -uno de mis referentes sobre este tema- denunció una campaña de linchamiento contra De Swaan. Semanas después, Irene Levy, la aguda presidenta de Observatel, mantuvo la misma tesis. Me llama la atención porque ambas criticaron su perfil cuando fue nombrado.







Levy detalló en su texto una "persecución" que busca "eliminar" a De Swaan de la Cofetel. El funcionario ya lleva, escribe, "ocho comparecencias o reuniones de trabajo con el legislativo, siete denuncias penales, seis administrativas, una recusación y dos solicitudes de destitución" (sólo olvidó una controversia constitucional). La presidenta de Observatel cierra su texto criticando el "papel" jugado por "algunos de nuestros legisladores". (El Universal, 28 de enero de 2013).

Tres diputados. Levy me aclara que pensó primero en la diputada Lilia Aguilar, del Partido del Trabajo, quien en noviembre de 2012 pidió la destitución del funcionario y presentó una denuncia en su contra ante la Secretaría de la Función Pública, la Auditoría Superior de la Federación y el órgano interno de control de la Cofetel. Lo acusó de corrupto. Aguilar respondió con amabilidad a mi llamada y se envolvió en la bandera de la honestidad y la transparencia.

Le pregunté el motivo de su interés en un campo que desconoce. Me respondió con la frase empleada en otras declaraciones a los medios: fue "una denuncia ciudadana". Le pido más precisión sobre la identidad del denunciante. Se comprometió a enviarme la información. No cumplió. Cuando obtuve la denuncia judicial me enteré que su empeño nació de "documentos" que obtuvo de "manera anónima".

El segundo diputado es Trinidad Morales del PRD. El pasado 16 de enero pidió la comparecencia de Mony de Swaan, quien asistió y envió al Congreso un informe de 13 mil páginas. Después de su encuentro con diputados converso con el diputado Morales, quien con una honestidad poco común reconoció que él no sabía del tema y que "ha habido un exceso" del Congreso; él ignoraba que De Swaan "había sido convocado otras ocho veces". Luego añadió: "sí creo que las televisoras tienen ganas de perjudicarlo" y mencionó que le llamó la atención la rapidez con la cual el PRI hizo suya su petición. Terminó precisando que él actuó porque "el coordinador de la bancada me lo pidió".

Busco al coordinador perredista, el michoacano Silvano Aureoles. Me atiende con gran amabilidad un funcionario de su oficina a quien explico mi interés por saber por qué solicitó Silvano a Trinidad que presentara el punto de acuerdo. Además envío por escrito mi interrogante sobre el tema. Responden con un oficio que evade la pregunta.

Misterios, hipótesis y certidumbres. ¿Debió la diputada Aguilar atender un anónimo o preservó la identidad de quien le entregó la información? Una fuente me asegura que se trata de Gerardo Soria, un columnista de El Economista, quien hace un marcaje corto a De Swaan (en el último año lo ha criticado en 28 de los 47 textos publicados). En noviembre pasado Carpinteyro afirmó por escrito: Soria es el "instigador del linchamiento" y obedece a las televisoras. ¿Por qué se metió el PT? Una versión es que negocia con el PRI los votos que le permitirán mantener el registro. ¿Por qué Silvano Aureoles empujó el tema? Porque quiere ser gobernador de Michoacán y busca la buena voluntad de las televisoras.

Es por supuesto saludable la rendición de cuentas y el presidente de la Cofetel debe ser escudriñado y castigado si se le demuestran actos de corrupción. Hasta la fecha no le han demostrado nada. Pregunto por correo electrónico a Mony de Swaan sobre las consecuencias del asedio. Responde "hemos invertido unos tres meses elaborando informes, respuestas, atendiendo auditorías o comparecencias. Con la andanada de denuncias se deslegitima a la autoridad y, no menos importante, se le distrae de sus actividades cotidianas".

Mony de Swaan es un funcionario transparente y honesto que, pese a algunos errores, ha transparentado y sacudido a la Cofetel y está intentando abrir la competencia en las telecomunicaciones en condiciones adversas. Que tres diputados de izquierda hayan sido sorprendidos o se hayan prestado misteriosamente para hostigar a quien deberían de apoyar es una llamada de atención para las dirigencias de unos partidos asediados por la división interna y el cabildeo externo. El hecho es relevante porque estamos en vísperas de que inicie la batalla por una ley de telecomunicaciones. Y una izquierda dividida seguirá siendo vencida.


Como tengo una relación personal con Mony explico en detalle en www.sergioaguayo.org cómo manejé el posible conflicto de interés.

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