Como aquí lo reseñamos en su momento, el pasado martes diputados federales opositores al PRI propinaron el primer “palo” a Enrique Peña Nieto, al aprobar un exhorto de la Cámara de Diputados al presidente, para que éste transparente su declaración de bienes.
Pues bien, si hace ocho días le dieron “palo” a Peña, en horas recientes el gobierno del estado de Guerrero —que preside el fiestero Ángel Aguirre—, no sólo conectó certero gancho al hígado en la humanidad de Peña Nieto, sino que mandó a la lona al Presidente. Y claro, en estos momentos el jefe de las instituciones recibe el conteo de protección:“Uno, dos, tres...”.
Y es que no es otra cosa que un golpazo del gobernador Ángel Aguirre al
presidente Peña, el hecho de que el mandatario de Guerrero no sólo haya
pactado con los vándalos de la CNTE —que cometieron toda clase de
delitos para chantajear y doblegar a un estado—, retirar órdenes de
aprehensión y pagar salarios por un mes de plantones, sino intentar
revertir desde el Congreso local —en manos del propio Aguirre—, la
reforma constitucional en materia de educación.
Dicho de otro modo, que el gobernador de Guerrero, el ex priísta Ángel
Aguirre, se burló de la peliculesca captura de la señora Elba Esther
Gordillo —dizque llevada adelante para aprobar sin demora la reforma
constitucional en materia educativa— y por la vía de los hechos, y con
la complicidad de la banda mafiosa de la CNTE, echará abajo esa reforma
en el estado de Guerrero.
Frente a esa nueva realidad —en donde ahora el poder magisterial que
perdió la señora Gordillo se trasladó a los violentos de la CNTE— y ante
la demolición de la reforma educativa por la vía del cambio de las leyes
estatales de educación, la primera pregunta obliga: ¿De qué sirvió la
espectacular captura de la señora Gordillo, además de los gritos y
sombrerazos para aprobar una ley que, con plantones y bloqueos, fue
echaba abajo por la otra mafia magisterial: la CNTE?
Lo cierto es que, en los hechos, no sirvieron de nada el encarcelamiento
de Gordillo y la prisa y los jaloneos para aprobar una cacareada reforma
constitucional en materia educativa que, por donde se quiera ver, no fue
capaz de resistir siquiera un mes de paros y un bloqueo de la carretera
México-Acapulco. Pero Guerrero es apenas el principio. No tardan en caer
Oaxaca, Michoacán, Chiapas…
Todo lo anterior —los paros locos, bloqueos, la negociación de la
impartición de justicia a favor de una mafia como la CNTE— en realidad
es el resultado de una feroz batalla lanzada contra el gobierno de Peña
Nieto que tiene como objetivo tirar el Pacto por México. Sí, queda claro
que no es un juego de niños. Y por eso la segunda pregunta. ¿Y quién
está detrás de la vergonzosa claudicación en Guerrero? ¿De quién es la
mano que mece la cuna del bebé con el que intentan acabar con los
“éxitos” de Peña Nieto?
La verdad es que no se requiere de bola de cristal para localizar la
punta de la madeja. Basta con recordar que el político preferido de la
señora Elba Esther Gordillo —y a quien siempre apostó para convertirlo
en candidato presidencial— se llama Marcelo Ebrard. Basta saber que el
político y gobernante al que Ángel Aguirre le debe la candidatura a
gobernador de Guerrero se llama Marcelo Ebrard.
Basta saber que durante los últimos seis años, el gobernante que
permitió que la mafia de la CNTE hiciera a placer en el DF, se llama
Marcelo Ebrard. Y basta saber que el segundo feudo de poder para el
grupo político de Marcelo Ebrard es el estado de Chiapas, justamente el
estado en donde Marcelo arrancó su proselitismo contra Peña Nieto y a
favor del “asalto al PRD”.
Y es que la otra pinza de la estratagema —en la que se inscribe la
penosa escaramuza que ha convertido a Guerrero en rehén de los vándalos
de la CNTE—, es precisamente la guerra de Marcelo Ebrard contra Enrique
Peña Nieto, que se ha extendido a una guerra contra Miguel Mancera y
contra el propio AMLO. Si Marcelo logra tirar la reforma educativa y si
ridiculiza a Peña al hacer inservible la detención de la señora
Gordillo, habrá noqueado a Peña Nieto.
Por lo pronto, con el primer gancho al hígado —lanzado desde Guerrero—,
el ex jefe de gobierno mandó a la lona al Presidente. Lo que no saben
Marcelo y su aliado Aguirre, es que Peña Nieto no está manco, y un golpe
volado los puede mandar a dormir, pero tras las rejas. Por eso la prisa,
entre otras cosas, de eliminar el fuero. Al tiempo.
EN EL CAMINO
Por cierto, sigue saliendo a flote el cochinero del gobierno de Marcelo.
Y en una de esas se le aparece la bruja. ¿Qué no?
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