jueves, 7 de marzo de 2013

Jose Enrique - ¿Hay buen y el mal ladrón?



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Hay “buen y el mal ladrón”?
Si detrás de toda gran riqueza hay un gran crimen, en nuestro país anda suelto el hombre más rico del mundo, viviendo entre los más pobres, y es el propietario de una empresa que hasta hace algunos unos años, era de todos los mexicanos. La compra-venta fue un arreglo entre poderosos; el caso es, que en estas operaciones del llamado patrimonio público, muy pocos ya se han hecho muy ricos. Pero hacerse rico no siempre ha sido tan fácil, y otros lo han intentado a través del llamado “dinero fácil”, que a veces resulta muy difícil y peligroso. Así hemos llegado a tener en la misma lista de millonarios, frente a frente a Carlos Slim y al “El Chapo” Guzmán; tal vez como a Dimas y Gestas, el buen y el mal ladrón, que frente a millones de mexicanos pobres, los podemos imaginar reproduciendo a Dimas a Gestas en la crucifixión y refiriéndose a los pobres: “ … éste en cambio no ha cometido ningún crimen.”; no son peores los mejores? O que tan peores pueden ser los malos? 



Durante los últimos días, hemos visto que son dirigentes políticos, verdaderos líderes sociales, quienes ocupan los espacios de nota roja; aquellos que representaban el deber cívico y la ética del ejercicio público, ellos nos han hecho preguntarnos si pueden ser iguales quienes cometen el mismo crimen o si pueden ser diferentes crímenes los mismos actos? En qué parte del camino, terminaron igualándose bandidos y políticos? Tal vez sea un asunto para la criminología o la Teoría del Delito, pero en los “rastros del dinero”, todos van por el mismo sendero; en esa ruta convergen todos, “los buenos y los malos ladrones”. Podríamos sin embargo, decir que son tan diferentes los miembros de algún cartel de la droga que los miembros de la administración pública, que por dinero se corrompen, roban o asesinan?, (como el suplente que mando asesinar a su diputado para tomar su curul). Serán estos los efectos del poder en la condición humana o el resultado de la miseria y la falta de educación? Que tan diferentes son “El Pozolero” y el funcionario público que saqueo millones de pesos del presupuesto para la construcción de un hospital? Podría parecer que se trata de un simple ejercicio axiológico, sobre buenos y malos; pero estas ya no son de simples transgresiones a la ley, ni los autores directos son simples criminales en el sentido lombrosiano de la palabra; se trata incluso de personas absolutamente conscientes y responsables, cultas o cultísimas en algunos casos; que por lo tanto, y a pesar de los actos y la conducta, las diferencias son abismales; se trata de riquezas inexplicables, y de políticos sin principios En este tremendo caos, donde los mejores resultan peores, se expresa la más grave descomposición social; hay en todo esto, algo más profundo que la transgresión de la norma.

Corruptio optimi, pessima” dice que lo peor, es la corrupción de los mejores, de quienes esperamos más; de aquellos que tienen en sus manos el destino de todos, a quienes por ser los mejores, confiamos nuestros recursos. Todo crimen es un acto de violencia injustificable, pero son peores y más graves, cuanto más daño producen. Gobiernos van y vienen, pero el saqueo y la corrupción no cambian; aquí todos los años son de “Hidalgo”. Quienes son entonces más “hijos de puta”? desde los tiempos de Cristo, ya habían de buenos a malos ladrones, incluso Shakespeare los distingue: “Quien roba mi bolsillo roba mi basura, pero quien roba mi buen nombre roba mi honra.”. A estos últimos pertenecen desde el jefe delegacional perredista de Coyoacán hasta cualquier otro “hijo de puta” con fuero que se están robando la honra de este País.
José Enrique

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