viernes, 10 de mayo de 2013

Frentes políticos Excelsior.

I.Confianza en el futuro. El presidente Enrique Peña Nieto consideró que el buen momento económico por el que atraviesa el país está para aprovecharse. En el foro de consulta México Próspero, el mandatario afirmó que se cuenta con plena estabilidad macroeconómica, finanzas públicas sanas, cero déficit fiscal, reservas internacionales adecuadas y baja inflación. Todo esto traerá a México un aumento del PIB y se debe, según expresó, a una democracia madura. Se buscará crecer reforzando la productividad. La responsabilidad parece del gobierno o de los partidos que firmaron el Pacto por México. No los veamos de lejos. Para el anecdotario, Miguel Ángel Mancera, el jefe de Gobierno del DF, estuvo otra vez a su lado.



II.El tumor a extirpar: la informalidad. Para Luis Videgaray Caso, secretario de Hacienda, no hay más caminos que elevar la productividad en todo el país, ya que es el reto más urgente para impulsar el crecimiento económico. Pero en México ha crecido, digamos desde los años setenta, ese fenómeno llamado comercio informal. Que todo lo devora. Elevar la productividad, dijo, es el reto más importante. Es un objetivo fundamental del Plan Nacional de Desarrollo. Imagínese la merma social. Una empresa en la informalidad es 45% menos productiva que una formal. Si todo volviera a su cauce...

III.Otra de la Profeco, el organismo que no para dando de qué hablar, gracias a la gestión de Humberto Benítez Treviño, el procurador. Esta vez fue una clausura simbólica que diputados del PRD realizaron a instalaciones de la Procuraduría Federal del Consumidor. Esthela Damián, Daniel Ordóñez y Efraín Morales colocaron los sellos, en protesta por la inacción de Benítez ante los recientes aumentos de precios en los alimentos de la canasta básica. Los perredistas, por lo visto, intuían que la Secretaría de la Función Pública exoneraría a Benítez Treviño tras el penoso episodio originado por un berrinche de su hija. El titular de la Profeco, por supuesto, dijo que jamás pensó en renunciar a su cargo.

IV.Amenazan los normalistas. Fuera de toda lógica, en un juego que nadie sabe a dónde llegará, normalistas de Cherán se tornaron aún más rígidos. Desafiaron al gobierno. Mantendrán retenidos, afirmaron, a los policías estatales y ministeriales que secuestraron el pasado domingo. Que su lucha va para largo. Y que no devolverán ni los 33 vehículos que hurtaron, entre los que se encuentran dos patrullas, autobuses y camiones comerciales. Lo de menos es Michoacán. Para ellos es mejor tenerlo bajo asedio. Como si no bastara ya con el terror que siembran los narcos. Y esos serán los futuros maestros. ¿De verdad lo permitirá Emilio Chuayffet, secretario de Educación Pública?

V.El general Óscar Naranjo Trujillo, asesor externo de la administración de Peña Nieto, dijo que cuando se empieza a llamar policía a una autodefensa se genera una distorsión ética. En el caso mexicano lo que diría es que un Estado que no asegure el monopolio de la aplicación de la justicia y no asegure el monopolio legítimo de su fuerza es un Estado que da origen a un para-Estado. Cuando a una autodefensa se le empieza a llamar policía se produce una distorsión que, lejos de invocar el deber ser, destruye el deber ser y es sólo un imaginario. Es un buen momento para detener a esos grupos armados que traen más problemas de los que resuelven. De por sí.

VI.Los mandos infiltrados. Graco Ramírez, gobernador de Morelos, aseguró que el atentado que sufrió en febrero pasado el procurador de esa entidad, Rodrigo Dorantes Salgado, a manos de policías municipales, fue porque hay personas que se oponen a los cambios que se están realizando. El gobierno de la entidad rompió la lógica de operación de la delincuencia y está llevando a prisión a los jefes policiacos que por comisión u omisión están vinculados al crimen organizado. El mandatario estatal calculó que más de 60% de los integrantes de las policías municipales de Morelos estaban infiltradas.


Fuente: Excelsior

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