La cosa se le puso color de hormiga a Miguel Ángel Mancera. De nada sirvió que se sacara de la agenda del periodo extraordinario de sesiones la ley que obliga a evaluar a los maestros. La CNTE escala el conflicto en la Ciudad de México y no se ve cómo ni cuándo se pueda resolver.
El jefe de Gobierno del DF se ofreció como puente para el diálogo. Le respondieron con un exasperante bloqueo de los accesos al Aeropuerto. No se necesita hacer un dibujo para visualizar el caos que provocaron, los problemas en que metieron a pasajeros y líneas aéreas, la molestia de los defeños.
La tolerancia y los intentos de diálogo sólo han servido para envalentonar a los maestros. Sus provocaciones van en aumento. No hace falta mucha perspicacia para ver que lo que quieren es que los repriman, para después exhibirse como víctimas.
Las autoridades federal y local están en un verdadero dilema. Si utilizan el garrote, exacerban el conflicto. La Coordinadora lo sabe. Pero si no lo hacen, exacerban a la ciudadanía. Ambos gobiernos también lo saben.
Peña y Mancera deben tejer muy fino. Dar resultados y pronto. El problema ya les trajo costos muy altos. Éstos se pueden incrementar si se prolonga. Pueden hacer un control de daños si le encuentran una salida negociada.
Se ve difícil. La Coordinadora se mantiene en una postura intransigente: hay marcha atrás en la reforma educativa o no se regresan a sus entidades.
■ La ironía contra el jefe de Gobierno está en labios de altos funcionarios del Congreso. “No puede abrir paso a las Cámaras, pero sí asegurar que el maratón se va a realizar”, comentaron. Los senadores del PRI y el PAN lo acusan de “nadar de muertito”.
Emilio Gamboa, PRI, ya anunció que los jefes de las bancadas en la Cámara alta irán a ver al jefe político de la ciudad para exigirle que les devuelva el Senado. Ni diputados ni senadores tienen oficinas para trabajar. La vida parlamentaria está interrumpida. Ambas Cámaras están selladas por los inconformes.
La paradoja: los maestros pueden golpear, quemar, amenazar, corretear, bloquear, paralizar, trastornar, usar el Zócalo como dormitorio, pero no se les puede tocar.
Hacen lo que se les da la gana. Pidieron una reunión —a través del perredista Miguel Barbosa— con los coordinadores parlamentarios en el Senado. Los hicieron esperar alrededor de una hora. Pero eso sí, puño en alto se tomaron la foto y acabaron por ratificar que “la resistencia civil” sigue hasta que tomen en cuenta sus exigencias.
O sea: no a la evaluación, no a las modificaciones al tercero constitucional. Sí al control de plazas docentes, sí a la colonización de las secretarías de educación, sí a cargos en las dependencias, sí a las comisiones, a las horas extra.
Al encuentro con los líderes de la CNTE asistieron Emilio Gamboa, PRI; Jorge Luis Preciado, PAN; Miguel Barbosa, PRD; Manuel Bartlett, PT, pero también Juan Carlos Romero Hicks, PAN; Alejandro Encinas, PRD; Gerardo Flores, PVEM, entre otros.
No hubo acuerdos. Gamboa pidió que les dejaran sus propuestas. “No traemos nada. Lo que queremos es que le den marcha atrás a la reforma educativa”, dijeron. Pedían incluso que se abrogaran lo cambios al artículo tercero de la Constitución.
Testigos presenciales nos dicen que Juan Ortega, de la sección 18 de Michoacán, fue el más virulento. “Vamos a seguir con la rebelión social el tiempo que sea necesario. Traemos medidos los tiempos de las reformas energética y fiscal”, dijo. Pues, ¿no que sólo era la educativa?
Los senadores dejaron claro que no darán un paso atrás. “Era muy difícil encontrar una solución, pero quedó patente la disposición al diálogo”, dijo Romero Hicks.
A Emilio Chuayffet lo tenían muy tapadito. El secretario de Educación es el coco de los maestros de la coordinadora. Ayer reapareció en una reunión de Miguel Osorio con los maestros.
■ Estaba previsto que la reunión plenaria de los senadores del PAN se realizaría en Guanajuato este fin de semana. La agenda anunciaba la presencia de tres secretarios del gabinete: Osorio Chong, Gobernación; Videgaray, Hacienda; Coldwell, Energía. Se tenía programada una cena con Gustavo Madero y el gobernador Miguel Márquez.
De última hora se cambió fecha y sede. Los corderistas no quisieron ir a Guanajuato. “Es un problema de asistencia”, nos dijo Héctor Larios.
La reunión será el 30 y el 31 de agosto, “muy probablemente en la Torre Azul” de la Ciudad de México, nos dijo el coordinador Preciado. ¿Qué pasará con los secretarios de Estado? ¿Asistirán? Son preguntas.
■ La decisión de la sala regional del TEPJF de ratificar aÓscar Sánchez, un admirador de Hitler, como presidente de ese partido en el Estado de México, llevó a Enrique Vargas, coordinador del grupo del PAN en el Congreso local, a presentar su renuncia. “No comulgo con la ideología fascista de Sánchez”, argumentó.
■ A Héctor Gutiérrez, vicecoordinador jurídico de la bancada del PRI en San Lázaro, no lo aguantan ni sus propios compañeros. Lo acusan de colgarse medallas que no le corresponden. “Nos tiene hasta la madre. Se la pasa diciendo que es el que le opera a Manlio y que por eso ha tenido éxito en sus gestiones. Puras mentiras”, aseveran.
Citan un artículo que el legislador de Nuevo León escribió en Milenio poco después de la toma de protesta deEnrique Peña en el que asegura que el Presidente le dijo “Te encargo la Cámara...”.
■ Carlos Hank González, nieto del profesor del mismo nombre, no parece tener simpatía por su tío, Jorge Hank Rohn, si nos atenemos a lo que declaró a la revista Poder y Negocios. “¿Los escogí [a mis parientes]? No. ¿Soy igual? De ninguna manera, soy completamente distinto”.
Sobre su tío Jorge: “Lo veo muy poco (…). Tú te reúnes con gente con la que compartes metas y formas de pensar… No tenemos una relación cercana”.
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