viernes, 10 de enero de 2014

Eduardo Ruiz Healy - La infame lista, otra muestra del divorcio entre gobernantes y gobernados

En su artículo publicado ayer en el diario defeño Reforma, el ex consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), José Woldenberg, escribió, entre otras cosas, lo siguiente:

“En diez años en Reforma jamás he utilizado estas páginas para hablar de un asunto personal. Ahora lo hago porque ilustra lo hasta aquí escrito. El sábado 4 de enero un amigo me habló para decirme que en Twitter algunas personas señalaban que mi nombre aparecía en la lista de deudores del SAT. Le dije que eso era imposible. Pago mis impuestos mes a mes de manera puntual y escrupulosa. Mi dirección fiscal es mi domicilio particular. Y no he recibido ningún oficio de Hacienda señalando que tenga algún adeudo o problema. Es decir, jamás fui notificado de algo. Al consultar la lista me entero de que no aparezco entre los deudores, sino como ‘no localizado’. ¿Qué quiere decir eso si mi domicilio fiscal -repito- es en el que vivo? El titular del SAT afirmó que los que aparecemos en la lista estábamos informados. No creo que sean lógicamente compatibles dos afirmaciones que hace el SAT: ‘no lo encontramos’ y ‘estaba informado’. Sin embargo, el daño está hecho.”






El caso de Woldenberg no es aislado. En la “Lista de Contribuyentes Incumplidos”, que desde el primero de enero publica en su sitio de Internet el Servicio de Administración Tributaria (SAT), aparecen los nombres de personas que ni la deben ni la temen, que desde siempre han sido contribuyentes cumplidos pese a todos los descalabros que la economía nacional ha sufrido debido, en gran medida, a las malas decisiones tomadas por quienes han gobernado México.
Para hablar de la ya nada popular Lista del SAT, ayer entrevisté en mi programa que se transmite a través de Radio Fórmula y TeleFórmula, ahora de 3.30 a 5.00 PM, al senador Jorge Luis Preciado (PAN-Col), coordinador de los senadores de su partido, y al presidente de la Gran Comisión del Congreso de la Unión, diputado Ricardo Anaya (PAN-Qro).
Preciado me dijo que por asuntos como la Lista de Contribuyentes Incumplidos, entre muchos otros, los diputados y senadores del PAN no apoyaron la llamada Reforma Hacendaria y Social que en octubre de 2013 fue aprobada en ambas cámaras del Congreso por los legisladores del PRI, PRD, PVEM y PANAL. Opinó que el hecho de que el mismo líder de los senadores priístas, Emilio Gamboa Patrón, se pronunciara hace un par de días en contra de la lista, es prueba de que no deberían haber sido aprobadas muchas de las reformas al Código Fiscal de la Federación (CFF) y que es probable que en el próximo periodo ordinario de sesiones del Congreso varias de esas reformas se discutirán y, de ser necesario, dr modificarán.
Por su parte, Anaya defendió la posición de que quienes no pagan impuestos deben ser puestos en evidencia porque están faltando a una de sus principales obligaciones, lo cual me parece muy bien. El problema es que no pudo responderme de manera convincente cuando le pedí que me explicara el por qué de la severidad de las leyes hacia los contribuyentes incumplidos y la laxitud de las mismas cuando se trata de aplicarlas contra los legisladores y funcionarios públicos que incumplen con sus obligaciones o, peor aún, despilfarran, invierten mal o se roban el dinero de nuestros impuestos.
Nos guste o no, todos los que vivimos en este país debemos pagar impuestos, pero nuestros gobernantes harían menos desagradable el acto de pagarlos si de entrada no nos trataran como delincuentes y nos garantizaran que cada centavo que nos sacan de los bolsillos se gasta eficiente y honestamente. Mientras esto no suceda, la división que existe entre gobernantes y gobernados se hará más profunda.

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