Se exhibe a ciudadanos, pero se protege a Televisa
¿Quiénes le regalaron casas y bienes a Peña Nieto?
“Hágase la transparencia en los impuestos de mi compadre…”, es uno de los lemas del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Ciudadanos y famosos son exhibidos y etiquetados, a querer o no, como incumplidos con Hacienda en una lista negra pública: José Woldenberg, Javier Alatorre, Susana Zavaleta, Miguel Ángel Yunes, Miguel Carbonell, más los que se acumulen, bajo el argumento interpretado de que así lo permite la ley.
Sin embargo, se ocultan públicamente los favores fiscales hechos, por ejemplo, a Televisa, empresa a la cual, en 2013, se le condonaron 3 mil millones de pesos en impuestos. Hay lista de deudores, pero no de favorecidos.
“Sólo se darán condonaciones y cancelados desde enero de 2014”, le dijo ayer el titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Aristóteles Nuñez, a Carmen Aristegui. Según él, por ley, no puede haber retroactividad en los beneficiados fiscales y por ello no se hará pública la lista de los amigos del gobierno…¡perdón, de los condonados del gobierno!
Pero Aristóteles manipula.
¿Acaso a Woldenberg, a Alatorre, a Zavaleta, a Yunes, a Carbonell y demás, se les requirió en su domicilio apenas hace una semana, el miércoles uno de enero, y en sólo unas horas se les boletinó como incumplidos? Queda claro que en esos casos sí se aplicó la retroactividad.
Seguramente a ellos también se les buscó antes de 2014 y, a pesar de la razón de no retroactividad que argumenta Nuñez, sí se les exhibió públicamente.
¿Y a Televisa? Como siempre, se le protegió. Eso se llama, aquí y en China, terrorismo fiscal.
El fondo es el espíritu dictatorial del gobierno de Peña Nieto para que, en un lance que los priistas llaman de firmeza y de cero intocabilidad, demuestren que están apegados a la legalidad y a la transparencia. Pero tienen un doble lenguaje.
Por un lado, se apegan a la ley para desnudar públicamente a ciudadanos. Por otro lado, interpretan la misma ley para proteger a Televisa y a sus aliados.
Aún más: un fondo mayor es exhibir a ciudadanos, pero ocultar los pecados financieros y las omisiones inmobiliarias del presidente de la República.
Porque si el gobierno dice actuar con tanta transparencia, ¿por qué no ha aclarado quién o quiénes le regalaron a Enrique Peña Nieto seis casas o terrenos ahora de su propiedad? ¿Quién o quienes le obsequiaron las “obras de arte” incluidas en su declaración patrimonial? ¿Quién o quiénes le dieron las joyas contempladas en sus bienes?
¿O acaso los mexicanos no tienen derecho a saber quién o quiénes enriquecieron a su Presidente con semejantes donaciones? La respuesta es sí. Por transparencia. Por honestidad. Por ética.
Y por eso, por su hipocresía, nadie les cree.
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Aclaremos algo: no se trata de solapar a los defraudadores fiscales. No. Por supuesto que esa no es la intención de esta columna. Se trata de razonar por qué el gobierno actúa en una contradicción tan clara como malintencionada: exhibir a ciudadanos y proteger a sus aliados, como lo es Televisa.
Ayer, el maestro José Woldenberg – hombre respetado, reconocido y clave en la transición democrática del país y que no es precisamente bien visto por el PRI-, salió a dar la cara en el noticiero radiofónico de Aristegui. “Yo he estado veinte años de mi vida en el mismo domicilio”, explicó Woldenberg. Sí, en el mismo lugar donde Hacienda dice que “no lo encontró”.
-¿Puede ser que en el caso de Woldenberg no estuviera en casa y por eso no recibió la notificación del SAT?-, preguntaría minutos después Aristegui al titular del SAT.
-Puede ser…-, respondió Aristóteles Nuñez.
¿¡Cómo así!? Entonces si tú ciudadano sales a trabajar y pagas impuestos, o se te antoja ir al cine, a comer, al parque, a cualquier lugar, y a esa bendita hora se le ocurre al SAT tocar a tu puerta y no encontrarte, luego entonces te clasifica como un incumplido con el fisco, te envía a la lista negra, te exhibe públicamente y te etiqueta para siempre. ¡Bonito juego!
Preguntó Aristegui a Nuñez –sin mencionar a Televisa-, por qué no se hacían públicas las condonaciones de impuestos y quiénes resultaron favorecidos. “No se pueden dar nombres de beneficiarios de condonaciones o créditos antes de 2014”, fue la respuesta del titular del SAT
A Televisa se le condonaron 3 mil millones de pesos en impuestos, según se reveló en marzo de 2013. Y no es la única empresa, por supuesto.
Pero Televisa es el emblema de la complicidad político-financiera con el gobierno de Peña Nieto.
Exhibamos a ciudadanos. A Televisa hay que protegerla. Ese es el lema.
“Estamos de acuerdo en que se revelen los nombres de quienes deben impuestos, pero no en la forma como se opera…”, argumenta la Procuradora de la Defensa del Contribuyente, Diana Bernal.
¿A qué se refiere?
Al supuesto 4 mencionado por Nuñez: “Contribuyentes no localizados por el SAT”. Este punto es ambigüo y está a interpretación de la autoridad y, por supuesto, siempre en perjuicio del contribuyente. ¿No te encuentro? Entonces debes impuestos. ¡Vaya lógica!
Las cosas en el SAT están revueltas. Nuñez reconoció que “aún no queda claro en qué casos se es sujeto de condonación de impuestos”. Entonces, ¿cómo perdonan gravámenes multimillonarios a empresas?
Y algo curioso e innegable, aunque entendible: En la lista negra del SAT no aparecen priistas de renombre.
¿A poco todos son bien cumplidos?
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El fondo es el mismo que siempre ha tenido el PRI: gracia para los amigos, paredón para los enemigos.
Somos bien machitos y exhibimos a los ciudadanos incumplidos con el fisco.
Somos muy hipócritas y protegemos a nuestros amigos de Chapultepec 18 a los que perdonamos impuestos.
Somos bien machitos y exigimos transparencia… en lo que nos conviene.
Somos muy hipócritas y ocultamos quién o quiénes enriquecieron a Peña Nieto, regalándole casas, terreno, obras de arte o joyas.
Sí: son ellos, los priistas. No cambian. Ni cambiarán.
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