sábado, 3 de mayo de 2014

Raymundo Riva Palacio - ¡Fuera máscaras!

 
PRIMER TIEMPO: Sí hay mexicanos de primera y segunda clase. Las redes sociales están llenas desde hace meses de cuestionamientos ciudadanos sobre la Reforma Energética, que retan al gobierno con afirmaciones de estar vendiendo el patrimonio, ser corruptos y de buscar sólo el enriquecimiento de unos cuantos. Muchos de los comentarios son pasionales, viscerales la más de las veces, y por lo general desinformados. Las redes convertidas en una extensión de la mesa del café cuyas expresiones y frustraciones siempre reciben el silencio del gobierno. Pero cuando esa persona se llama Alfonso Cuarón, director de cine de gran fama –con varios Oscar en su casa- que tiene suficiente dinero para destinar más de 200 mil pesos por una plana en el periódico para increpar al presidente Enrique Peña Nieto y pedirle respuestas a sus dudas sobre la Reforma Energética, el poder escucha y dialoga. No importa que Cuarón reproduzca las dudas de tantos antes en las redes sociales, y demuestre que ser celebridad no quita lo desinformado –la Reforma Energética es uno de los temas más sobre diagnosticados y discutidos en la historia de este país-, y se exhiba como una persona que aunque se manifiesta interesado en el tema –si no, ¿por qué pagar tanto dinero para hablarle al poder?- ni ha leído nada en los últimos meses sobre el tema que le podría haber permitido hacer preguntas y no expresar lugares comunes, el Presidente está pronto a dialogar con él.
 
 
 
 
 

 
Si el director de cine es parte del star system, el Presidente tiene que atenderlo. Al desplegado de Cuarón, Peña Nieto envió un twitter agradeciendo sus preguntas e informándole que cuando se presentara la ley secundaria, le darían respuesta a sus dudas. Y cuando se presentó, las 10 preguntas que hizo fueron respondidas con 13 páginas de explicaciones. No le costó nada de trabajo a la Presidencia elaborar el documento, pues todo ya lo habían dicho en la explicación de motivos de la ley presentada el año pasado, en múltiples entrevistas de prensa de los funcionarios del área y en las campañas de publicidad. Pero era Cuarón. Que sea un iletrado en el tema energético no es relevante. Es uno mexicano de primera clase. El Presidente demostró, en su diálogo con él, que las mayorías que gobierna son mexicanos también, pero de segunda clase.
  
SEGUNDO TIEMPO: Después de todo, no fueron tan aburridos. La campaña por la presidencia del PAN había estado tan cargada de epítetos, que el primer debate entre Gustavo Madero y Ernesto Cordero no prometía mucho. Pero fue todo lo contrario. Durante más de 40 minutos se enfrentaron en un diálogo lleno de contrastes –que coloquial y reduccionistamente le llaman en la prensa “golpes bajos”- y con proyectos de partido totalmente diferentes. Madero se remontó hasta los tiempos de su tío abuelo Francisco I. Madero para subrayar lo que en teoría política se le llama “lo único”, aquello que puede reclamar para sí, que no puede hacer su contrincante. Madero vivió las luchas del PAN que Cordero dijo que había tenido que preguntar a los viejos sabios del partido para conocerlas. Madero volteó al partido de sus antecesores –Carlos Castillo Peraza y Diego Fernández de Cevallos- para subrayar que la colaboración con un gobierno del PRI sí da resultados. Y también responsabilizó a los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón de la caída electoral del partido en los 12 últimos años. Cordero fue todo lo contrario. No fueron los gobiernos, sino el partido el que ha fallado, sobretodo el que condujo Madero en los dos últimos años, que perdió numerosas posiciones de poder. Cordero sugirió que el pasado es historia, que debe servir para inyectar mística, pero no como un método colaboracionista con el gobierno de Enrique Peña Nieto. La visión de Cordero es desde el poder, mientras la de Madero es aquella que desde la oposición luchó contra el poder. ¿Quién ganó? Los dos reclamaron la victoria. El triunfador no se puede ver en la instantánea del momento, sino en lo que sucederá en las próximas semanas. Madero le habló al PAN histórico, mientras Cordero dialogó con las nuevas generaciones, que dominan el padrón de militantes panistas en un 70%. Pero la estructura del partido, que permite la movilización, y las alianzas más sólidas con líderes locales, las tiene Madero. ¿Quién ganará? Va a depender de si el panismo al que apeló Cordero es más poderoso que el panismo de las redes del poder que tiene Madero. El joven aspirante va arriba en la mayoría de las encuestas de preferencia de voto, pero aún así, tienen el temor que el viejo PAN se imponga sobre el nuevo.
   
TERCER TIEMPO: El comal le dijo a la olla. Si no fuera porque en juego está una industria que generará 35 mil millones de dólares al año, sería bastante divertida la guerra de pasteles, o mejor dicho, de desplegados, en la que se han embarcado las empresas de Carlos Slim y Emilio Azcárraga, a propósito de la ley secundaria de Telecomunicaciones. Telmex pagó en la prensa desplegados para acusar a Televisa de ser una empresa preponderante, lo que fue respondido con otro, pero de Televisa, de manera ocurrente. El vocero de Televisa, Alejandro Olmos, reprodujo el desplegado de Telmex, pero remplazó en donde tenía la palabra Televisa por la de Telmex, para demostrar que las mismas acusaciones que hacía la empresa de Slim, cabían perfectamente sobre la propia telefónica. Telmex afirma que Televisa es una empresa preponderante y sugiere que en la ley secundaria se le mantiene intacta, lo que en parte es cierto, porque si bien el Instituto Federal de Telecomunicaciones falló que los canales abiertos de la empresa sí son preponderantes en el país, no incluyó sus sistemas de cable y satélite como parte del mismo servicio. En forma orwelliana se podría argumentar que en la ley secundaria los iguales, son realmente desiguales, porque el trato de preponderante contra Telmex y Telcel sí es diferenciado al de Televisa en la ley secundaria. Pero más allá de la ocurrencia, Olmos planteó en el desplegado algo que cada vez pesa más sobre Slim, y que es algo que como afirma el vocero en efecto, la empresa que representa no utiliza: plumas y voces que esconden sus conflictos de interés, que defienden a Slim y fustigan a Azcárraga. Esta es una línea argumentativa que ha mantenido durante semanas el conductor de la empresa y articulista de El UniversalCarlos Loret, quien esta misma semana volvió a denunciar que hay medios impresos y electrónicos que albergan a legiones de defensores de Slim, que no identifican, ni unos, ni otros, su filiación. O sea, son hipócritas. La batalla entre Slim y Azcárraga sigue en un punto álgido, y hay presiones crecientes para que los soldados de los dos bandos se quiten las máscaras. Por lo pronto, Loret ha sido consistente en decir en sus textos claramente que trabaja en Televisa, algo que en efecto, no han sido suficientemente éticos los soldados que critican a Televisa pero nunca a Telmex. A ellos, les toca quitarse su máscara.
  
 
twitter: @rivapa

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