domingo, 3 de agosto de 2014

Alejandro Pohls - Palestina, la tierra de Canaán

Se rompe nuevamente la tregua que duró menos de una hora. ¡Mueren cientos de palestinos por el fuego indiscriminado de los tanques israelíes, que no cesan de disparar!

Pero, ¿por qué pelean judíos y palestinos? La conflagración no nace ahora. Los antecedentes históricos son los siguientes: Los romanos, entre los años 66-135 d.C., derrotan dos grandes rebeliones judías y destruyen hasta sus bases el segundo Templo, expulsando a los judíos definitivamente de Jerusalén.

A causa de lo anterior, los judíos se dispersan por el mundo y el territorio queda habitado por los árabes, las antiguas tribus ismaelitas, que son posteriormente culturizadas por el Islam y finalmente por los turcos otomanos hasta el fin de la Primera Guerra Mundial.
 
 
 
 
 
 
 

La Gran Guerra había terminado con los siglos de opresión árabe de parte del Imperio turco otomano. Inglaterra mandó al famoso “Lawrence de Arabia” a convencer a los palestinos que si luchaban junto con los ingleses contra Turquía (y contra Alemania y Austria), les darían la independencia.

Los árabes palestinos, aceptaron la propuesta. A cambio de la cooperación de la familia hashemita, Inglaterra prometió instalar al jefe de esta dinastía, descendiente de Mahoma, como rey de una nación panárabe que abarcaría todas las tierras de lengua árabe al este de Egipto, incluyendo lo que es hoy Israel, el Líbano, Siria, Jordania, Irak y la Península Árabe.
La guerra terminó triunfalmente para Inglaterra, pero la promesa nunca fue cumplida. En cambio, Inglaterra y Francia, ayudadas por los Estados Unidos, se repartieron unilateralmente entre sí el mundo árabe.

Teodoro Herzl, judío austrohúngaro, concibió la idea de recuperar tierras  palestinas para implantar un estado judío. A partir de esta visión sionista, oleadas de inmigrantes judíos europeos empezaron a instalarse en las costas de Palestina, auspiciadas sobre todo por Inglaterra.
Ante el engaño por parte de la “pérfida Albión” y la decepción del sueño panárabe, pensadores, políticos y activistas árabes empezaron a reaccionar con nutridas manifestaciones, pronunciando en encendidos discursos excitativas a la población árabe de Jerusalén a rebelarse contra la administración británica y los colonos judíos.

Una mañana de agosto de 1929, filas de devotos judíos se desplazaban por las estrechas callejuelas de Jerusalén hacia lo que ellos consideraban su sagrado Muro de las Lamentaciones y cuando apenas éstos abrían el suplicante libro de plegarias judías, cayeron encima de ellos decenas de árabes enfurecidos.

Se extendió la violencia por todo Jerusalén, mutilando y matando con dagas y garrotes a cuanto sionista pudieron hallar.

En noviembre de 1947, la Organización de las Naciones Unidas aprobó la división de Palestina en dos estados, uno judío y otro árabe, así como la jurisdicción internacional sobre Jerusalén, ciudad santa para judíos, musulmanes y cristianos.

El 14 de mayo de 1948, al terminar el mandato británico, fue proclamado el Estado de Israel por el ministro Ben Gurión en un modesto acto bajo el retrato de Herzl. Esta declaración desató al día siguiente la primera Guerra árabe-israelí, cuando los vecinos Estados árabes se negaron a aceptar el plan de la ONU.

Las sucesivas victorias de los judíos, en una serie de guerras posteriores, confirmaron su independencia y ampliaron las fronteras del Estado judío más allá de lo dispuesto en el Plan de Partición de las Naciones Unidas. Desde entonces, Israel ha estado en conflicto con muchos de los países árabes vecinos, durante décadas, hasta el día de hoy.

Desde su fundación, las fronteras de Israel e incluso el derecho a existir del propio Estado han estado sujetos a controversias, especialmente entre sus vecinos árabes. Sin embargo, Israel ha firmado tratados de paz con Egipto y Jordania, y se están haciendo esfuerzos para alcanzar un acuerdo permanente con la Autoridad Palestina, porque desde entonces no han dejado de pelear.
No puede entenderse la causa palestina sin Yasser Arafat, al que los árabes consideraban una especie de hermano espiritual. En 1974, en la Asamblea General de la ONU fue recibido con estruendosos aplausos por todos los representantes de las naciones del mundo, excepto por Israel, que naturalmente lo consideró un ultraje.

Yasser pronunció su discurso marmolizado por el tiempo, que hoy queda grabado en la memoria de la historia: “He venido portador de un ramo de oliva en una mano y un fusil de revolucionario en la otra, no dejen que caiga la oliva de mi mano”… El 11 de noviembre de 2004, Arafat murió en el Hospital Militar de Percy, París, envenenado con Polonio radiactivo 210.

Jerusalén; este lugar está repleto de cadáveres y de sangre, pero con un don especial: “Tres veces bendecido”. Dios y César están presentes, lo político y lo sagrado… Cada rezo, cada rito invocará a Jerusalén. El Judaísmo seguirá obsesivamente ligado a este espacio minúsculo: La colina del templo. A la dimensión religiosa de Abraham y de Moisés se agregará una dimensión territorial y sionista.

Cuando Abraham se asentó en la tierra de Canaán, hoy Palestina, rentó el encinar de Mamré, y justamente ahí, dice la Biblia, se dio una comelitona de un ternero con Yahvé en persona y dos seres celestiales. Posteriormente, Abraham compró la cueva de Makpelá para enterrar a su esposa Sara, argumentando: “Yo soy un simple forastero que reside entre vosotros. Dadme una propiedad sepulcral… para retirar y sepultar a mi muerta”.

Pagó cuatrocientos siclos de plata por el terreno... Esas operaciones comerciales son la prueba fehaciente de que los hebreos eran forasteros en la tierra cananea, donde habitaban cananeos amorreos, jebuseos, filisteos… antecedentes de los palestinos.

El poeta palestino, Samih Al Kassem escribió estos versos: “Ve y llévate el último pedazo de mi tierra, abandona mi joven cuerpo en mazmorras, saquea mi herencia, quema mis libros, alimenta tus perros con mis pesares…”  ¿Habrá leído Yahvé estos versos de dolor del pueblo palestino?  Que Yahvé, Alá, el profeta Mahoma y la ONU no cejen de llevar la paz a Palestina.


Fuentes:
Antaki, Ikram, El banquete de Platón.
Wikipedia.
Asimov, Isaac, La Tierra de Canaán.
Redmount, Carol, “Bitter Lives: Israel in and out of Egipt”.
 
 
 
 
 

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