Nouriel Roubini es profesor en la
Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York y presidente
de Roubini Global Economics. Fue economista senior para Asuntos
Internacionales en el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca
durante la administración de Clinton.
Ha trabajado para el
Fondo Monetario Internacional, la Reserva Federal de Estados Unidos y el
Banco Mundial. Fue uno de los pocos economistas que predijo la gran
recesión de 2008.
En un artículo que publicó el viernes pasado en www-project-syndicate.org, intitulado La Economía Global de un Solo Motor, escribe lo siguiente: “La economía global es como un avión jet que necesita que estén funcionando todos sus motores para despegar y evitar las nubes y tormentas.
Desafortunadamente, solo uno de sus cuatro motores está funcionando apropiadamente: la anglósfera (Estados Unidos y su primo cercano, el Reino Unido).
Roubini explica que “el segundo motor –la eurozona- está paralizado tras un anémico rearranque después de 2008. Es más, Europa está a solo un paso de una clara deflación y otra ronda de recesión.
De igual manera, al tercer motor, Japón, se le está acabando el combustible después de un año de estímulos fiscales y monetarios. Y los mercados emergentes (el cuarto motor) se están deteniendo fuertemente conforme los vientos de cola de los últimos diez años –rápido crecimiento chino, tasas de interés cero y su estabilización cuantitativa por la Reserva Federal de Estados Unidos, y un súper-ciclo de materias primas– se convierten en vientos de frente.
El economista se pregunta “si la economía global podrá seguir volando y durante cuanto tiempo con un solo motor”, y explica que “la debilidad en el resto del mundo implica un dólar fuerte, lo que invariablemente debilitará a la economía de Estados Unidos.
Mientras más profunda sea la desaceleración en otros países y más aumente el dólar, menos podrá Estados Unidos zafarse de la situación que prevalece en todos lados, aún si la demanda interna parece ser robusta”.
Refiriéndose al tema del petróleo, del cual tanto dependen la economía mexicana y la estrategia económica del gobierno de Enrique Peña Nieto, Roubini dice que “los precios descendentes del petróleo pueden proporcionarle energía más barata a las fábricas y los hogares, pero lastiman a los exportadores de energía y sus gastos.
Y, mientras que un aumento en la oferta –particularmente de los recursos de lutitas de Norteamérica- ha presionado los precios a la baja, también lo ha hecho la debilitada demanda de la eurozona, Japón, China y muchos mercados emergentes.
Es más, los precios bajos persistentes inducen una caída en la inversión en nueva capacidad, disminuyendo aún más la demanda global”.
Roubini concluye con estas palabras: “Así es que la economía global está volando con un sólo motor, los pilotos deben transitar amenazadoras nubes de tormenta y los pasajeros están empezando a pelarse entre ellos.
Si sólo hubiera equipos de emergencia en tierra”.
El artículo puede leerse íntegramente en el sitio arriba señalado. Es más, debe leerse para así tener una idea más clara de los tiempos difíciles que vienen para la economía global y la mexicana.
En un artículo que publicó el viernes pasado en www-project-syndicate.org, intitulado La Economía Global de un Solo Motor, escribe lo siguiente: “La economía global es como un avión jet que necesita que estén funcionando todos sus motores para despegar y evitar las nubes y tormentas.
Desafortunadamente, solo uno de sus cuatro motores está funcionando apropiadamente: la anglósfera (Estados Unidos y su primo cercano, el Reino Unido).
Roubini explica que “el segundo motor –la eurozona- está paralizado tras un anémico rearranque después de 2008. Es más, Europa está a solo un paso de una clara deflación y otra ronda de recesión.
De igual manera, al tercer motor, Japón, se le está acabando el combustible después de un año de estímulos fiscales y monetarios. Y los mercados emergentes (el cuarto motor) se están deteniendo fuertemente conforme los vientos de cola de los últimos diez años –rápido crecimiento chino, tasas de interés cero y su estabilización cuantitativa por la Reserva Federal de Estados Unidos, y un súper-ciclo de materias primas– se convierten en vientos de frente.
El economista se pregunta “si la economía global podrá seguir volando y durante cuanto tiempo con un solo motor”, y explica que “la debilidad en el resto del mundo implica un dólar fuerte, lo que invariablemente debilitará a la economía de Estados Unidos.
Mientras más profunda sea la desaceleración en otros países y más aumente el dólar, menos podrá Estados Unidos zafarse de la situación que prevalece en todos lados, aún si la demanda interna parece ser robusta”.
Refiriéndose al tema del petróleo, del cual tanto dependen la economía mexicana y la estrategia económica del gobierno de Enrique Peña Nieto, Roubini dice que “los precios descendentes del petróleo pueden proporcionarle energía más barata a las fábricas y los hogares, pero lastiman a los exportadores de energía y sus gastos.
Y, mientras que un aumento en la oferta –particularmente de los recursos de lutitas de Norteamérica- ha presionado los precios a la baja, también lo ha hecho la debilitada demanda de la eurozona, Japón, China y muchos mercados emergentes.
Es más, los precios bajos persistentes inducen una caída en la inversión en nueva capacidad, disminuyendo aún más la demanda global”.
Roubini concluye con estas palabras: “Así es que la economía global está volando con un sólo motor, los pilotos deben transitar amenazadoras nubes de tormenta y los pasajeros están empezando a pelarse entre ellos.
Si sólo hubiera equipos de emergencia en tierra”.
El artículo puede leerse íntegramente en el sitio arriba señalado. Es más, debe leerse para así tener una idea más clara de los tiempos difíciles que vienen para la economía global y la mexicana.
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