viernes, 13 de marzo de 2015

Francisco Martín Moreno - El voto del castigo

Me resulta imposible comenzar la redacción de estas líneas sin mencionar una sentencia de Winston Churchill llena de su conocido humor flemático: “La gloria de un hombre político está siempre en relación directa con la estupidez de sus conciudadanos.” En las próximas elecciones federales la nación podría emitir un voto de castigo en contra del PRI. ¿Razones? El tricolor ha propiciado la corrupción a niveles jamás vistos, la economía no arranca, no se generan los empleos requeridos, los índices del consumidor son desoladores, el crecimiento del PIB constituye una severa decepción si no se pierde de vista que Calderón abandonó el poder con un crecimiento de casi el 4% en su último año, sin olvidar que EU observa tasas de crecimiento del 5%. Los frijoles no llegan a las ollas ni se erradica la espantosa miseria de acuerdo a las promesas de campaña ni suenan los pesos o los centavos en el bolsillo de los mexicanos, en tanto el fisco se frota goloso las manos en espera de una gigantesca recaudación impuesta sobre los lomos desgastados de quienes siempre pagamos y constituimos un ejército de contribuyentes cautivos, mientras que la participación de la economía informal alcanza un escandaloso 60% de compatriotas que no cooperan con los gastos públicos ni ayudan al sostenimiento de millones de burócratas, auténticos parásitos presupuestívoros.







En abril los contribuyentes del ISR presentaremos nuestras declaraciones de ingresos sin disfrutar del derecho a históricas deducciones sin las cuáles, en buena parte, no se hubieran podido generar los ingresos del caso. Se trató de una condición impuesta por la izquierda mexicana para suscribir el Pacto por México, una izquierda que, en su inmensa mayoría, sálvese el que pueda, piensa con la cara interna del ano… (Escribí ano, no año, no es error al teclear…)

La terrible irritación que padecemos los mismos contribuyentes de siempre sin gozar casi de deducciones, implica una gigantesca sustracción de fondos privados para destinarlos al gasto corriente, un suicidio, o al desperdicio venal de escasas inversiones de infraestructura, en donde los políticos lucran impunemente con los ahorros públicos o a la ineficiencia burocrática desde que en algunas escuelas públicas existen letrinas sin baños civilizados y algunas clínicas del Seguro Social no cuentan con presupuesto ni para jeringas…

¿Por qué un voto de castigo? ¿Los 60 millones de mexicanos sepultados en la pobreza quieren más PRI? ¿Una nueva oportunidad? ¿Más promesas? Los jubilados, los desempleados, los trabajadores que ven erosionados sus ahorros al tirar a la basura sus impuestos, los NINIS, ¿sí creerán ahora en las nuevas ofertas electorales o castigarán en las urnas a los tricolores, unos más corruptos que los otros con sus muy escasas excepciones? El voto de castigo podría darse, sí, pero éste será inútil porque se volverá a imponer el voto duro de millones de priístas ignorantes de la realidad social o política y el de quienes piensan que el PRI representa el menor de los males… En junio de 2015 no servirá de nada el voto de castigo aunque consuela pensar que sí lo habrá y que será eficiente. ¡Falso! Nos vemos en junio 7 del 2015. Si me equivoco, ¿el PAN controlará el Congreso…? ¡Oh, sweet and gracious Lord…!




Leído en http://www.debate.com.mx/opinion/El-voto-de-castigo-20150312-0212.html



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