Propios y extraños preguntan todavía porqué el presidente Enrique
Peña Nieto impulsó a Eduardo Medina Mora a la Suprema Corte de Justicia.
Se deshace de un buen embajador en Estados Unidos en momentos difíciles
para el gobierno, para hacerlo ministro, sin importarle restaurar la
crecientemente tensa relación con el gobierno de Barack Obama. Medina
Mora no estaba en horizonte para la Suprema Corte, donde el procurador
fiscal, Javier Laynez, era el candidato para ocupar la silla vacante de
Sergio Valls, hasta que una eventualidad cambió la estrategia. ¿Qué vio
el presidente que no vemos la mayoría de los mexicanos? ¿Qué es lo que
no puede esperar hasta finales de otoño, cuando se designen otros dos
ministros?
Lo que puede plantearse, como hipótesis de trabajo, es
que obedece al juicio que enfrentarán las Fuerzas Armadas, sobretodo el
Ejército, por supuestas violaciones a los derechos humanos. El énfasis
será en lo que hizo el Batallón 27 de Infantería, con sede en Iguala, la
noche del 26 de septiembre pasado, cuando mientras policías y
criminales desaparecían y mataban a decenas de normalistas de
Ayotzinapa, los soldados sellaban la ciudad. Pese a los actos
delincuenciales en flagrancia, que les permitía intervenir
espontáneamente, no actuaron para salvar a los jóvenes. Esa inacción los
ha convertido en responsables del crimen.
El caso del
comportamiento militar en los eventos de esa noche que cambiaron la
historia del gobierno de Peña Nieto, va a terminar en la Suprema Corte
de Justicia, donde el presidente necesitará quién defienda a los
soldados. El gobierno no puede defenderlo, y hay molestia entre los
altos mandos con el secretario de la Defensa, general Salvador
Cienfuegos, porque sienten los están acusando injustamente de actos que,
a su juicio, fueron en defensa del Estado Mexicano, sin que él logre
frenar las imputaciones.
La tensión en el Ejército es mucho más
fuerte de lo que se aprecia, y quedó de manifiesto durante una reunión
de generales con el secretario en diciembre pasado, donde le hicieron el
reclamo. La constante deferencia presidencial hacia el Ejército no ha
sido suficiente para los altos mandos castrenses, porque consideran que
Peña Nieto no puede impedir su juicio. Necesitarán la validación de sus
acciones en la Suprema Corte de Justicia, donde parece inevitable que
termine el litigio.
El Ejército está jurídicamente inerme. Se
puede argumentar que el Batallón 27 de Infantería siguió el
procedimiento estándar desarrollado en Michoacán desde febrero de 2013,
cuando en el combate a Los Caballeros Templarios el gobierno utilizó a
criminales y narcotraficantes, junto con michoacanos desesperados para
combatir criminales. El presidente Peña Nieto aprobó el uso de
paramilitares para combatir la delincuencia, en detrimento del Estado de
Derecho. Desde el gobierno se autorizó la depuración de criminales por
criminales, con el respaldo del Ejército que los armó y protegió. Se
violó la Constitución para restaurar la ley y el orden, y se utilizó a
las Fuerzas Armadas para ese propósito.
El fin, pensaron,
justificaba los medios. En Michoacán el Ejército sellaba las comunidades
mientras que los paramilitares –autodefensas- liquidaban a sus enemigos
templarios. Dentro de los paramilitares había exmiembros de La Familia
Michoacana y de Los Caballeros Templarios, de los cárteles del Pacífico y
del Jalisco Nueva Generación, que habían perdido el control del negocio
de las metanfetaminas en el sur del estado y habían sido excluidos de
la venta de hierro a los chinos.
El gobierno peñista impulsó una
estrategia que tenía como objetivo que no hubiera bajas militares ni de
policías federales, como en el gobierno de Felipe Calderón. Esa
necesidad existencial en el arranque de la administración, fue la
causante que en los primeros meses del gobierno peñista no se combatiera
a los cárteles de la droga. Cuando se vio el fracaso de la estrategia,
regresaron las fuerzas federales a la calle, pero en Michoacán, donde la
pasividad y ausencia había llevado a punto de la guerra civil, los
paramilitares fueron la solución.
La tropa acompañó
permanentemente a los grupos de autodefensa a quienes armó, incluso, con
equipo de uso reglamentario del Ejército. Los soldados se acostumbraron
a cohabitar con criminales en Michoacán. Sellaban las comunidades
mientras liquidaban a templarios, y no dejaban entrar o salir a nadie
mientras duraba la operación de depuración.
Cuando el Batallón 27
de Infantería salió a las calles de Iguala la noche del 26 de
septiembre, lo que estaban experimentando era similar a lo vivido en
Michoacán. No entendían de razones de que las víctimas fueran
normalistas –no hubo ningún jefe que así se los advirtiera-, ni
realizaron valoraciones sociopolíticas –no era su función no están
entrenados para ello-. Sabían que en esa región de la Tierra Caliente
guerrerense había dos bandas criminales enfrentadas, y actuaron bajo los
procedimientos seguidos en Michoacán, dejar pasar y dejar hacer.
Los
soldados, salvo que se comprobara una vinculación directa con los
criminales –no establecida hasta ahora-, no fueron responsables de lo
que sucedió esa noche en Iguala. Las responsabilidades y culpabilidades
le pertenecen a otros, a los civiles en el gobierno, por desplegar una
estrategia de seguridad pública donde los guardianes del orden eran
mayoritariamente criminales. Pero los que serán juzgados son los
militares, no los civiles. El Ejército necesita de amigos en los más
altos tribunales, porque los políticos en el gobierno, como
históricamente ha pasado, los empujaron al abismo. Hipotéticamente, esa
es la razón de la apuesta por Medina Mora.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa
Leído en http://www.vanguardia.com.mx/columnas-salvavidasparaelejercito-2278956.html
Los derechos de autor son propiedad de los columnistas y sus periódicos; las columnas de los foristas son responsabilidad de ellos mismo; los comentarios, mentadas de madre y albures en Disqus son, también, responsabilidad de los foristas. Este lugar no tiene fines de lucro Aquí no se censura ni se modera. CUANDO SE PUBLIQUEN DATOS PERSONALES, POR SEGURIDAD, LOS POSTS SERÁN BORRADOS. Contacto: lafaunademilenio@gmail.com
RECOMENDACIONES Y COLUMNAS DE OPINIÓN
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.