viernes, 10 de abril de 2015

Eduardo Ruiz Healy - ¿Renuncia con impunidad?

Por fin renunció David Korenfeld después de casi 14 días de que se dieran a conocer las fotografías en donde feliz y contento él y su familia se subían al helicóptero de la Conagua que fue a recogerlos en su casa ubicada en Huixquilucan, Estado de México, para llevarlos al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, desde donde viajarían a Vail, Colorado, a disfrutar de sus vacaciones de Semana Santa.

Para ahorrarse el viaje por tierra que desde su casa al aeropuerto le hubiera tomado unos 60 minutos, el hoy exfuncionario decidió disponer de un bien público para el uso de su familia. Nunca se imaginó que ese día, domingo 29 de marzo de 2015, iniciaría el viaje más costoso de su vida, un viaje que ha descarrilado por quién sabe cuánto tiempo lo que hasta entonces había sido una brillante carrera política.








Al anunciar ayer su renuncia Korenfeld dijo que “como seres humanos siempre seremos susceptibles a equivocarnos, pero debemos tener la valentía de aceptarlos, ofrecer disculpas y asumir las consecuencias de ello… desde que se presentó el evento el 29 de marzo, que es de dominio público, me he conducido como siempre lo he hecho en mi vida pública y privada apegado a los valores de la verdad, honestidad, siempre de frente y con transparencia.

Por eso manifesté mi sincera disculpa y la reitero a toda la sociedad”.

Analicemos las que bien podrían ser sus últimas palabras como miembro del gabinete presidencial ampliado:

“Como seres humanos siempre seremos susceptibles a equivocarnos”. La pregunta obligada que debemos hacer y que el gobierno debe contestarnos es ¿cuántas equivocaciones similares cometió este señor desde el 1 de diciembre de 2012, fecha en que asumió la dirección general de la Conagua? Recordemos que sus vecinos en Bosque Real han afirmado que el helicóptero de la Conagua aterrizaba con frecuencia para recogerlo.

Esos viajes, ¿eran para el mejor desempeño de sus responsabilidades? ¿Eran necesarios? ¿Cuántos realizó? ¿Cuáles fueron los destinos? ¿Viajó solo o acompañado por su esposa, familiares o amigos?

La respuesta a estas preguntas se obtiene con el solo consultar las bitácoras de vuelo de los helicópteros de la Conagua. Esto no debe representarle ningún problema a los encargados de investigar el caso en la Secretaría de la Función Pública.

“Debemos tener la valentía de aceptarlos”. Aquí es necesario decir que al estallar el escándalo a Korenfeld le faltó esa valentía que ayer presumió tener. Recordemos que la dirección de Comunicación Social de la Conagua, seguramente por instrucciones suyas, emitió un comunicado que aseguraba que el viaje obedeció a razones médicas.

Y no solo eso, el primer tuit que el exfuncionario envió aseguraba que estaba tan mal de su rodilla y cadera que requería servicio médico. “Me he conducido como siempre lo he hecho en mi vida pública y privada apegado a los valores de la verdad, honestidad, siempre de frente y con transparencia”. En lo que a su vida privada no tengo nada que comentar, pero en lo que al caso del helicóptero Korenfeld no actuó con honestidad ni dijo la verdad.

Hasta ayer no había mencionado el viaje a Vail que tenía reservado y que fue la razón de su “equivocación”. La transparencia ha brillado por su ausencia.

Al renunciar, ¿se librará Korenfeld de las sanciones que establece el Artículo 54 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos para quienes, como él, hacen uso de bienes públicos para fines personales? ¿Se irá sin mayor problema a su casa para esperar que algún amigo le llame para ofrecerle un nuevo cargo público? ¿Será ésta otra renuncia con impunidad? Espero que no.

. Twitter: @RuizHealy

Mail: eduardoruizhealy@gmail.com

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Leído en http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=301954


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