lunes, 4 de mayo de 2015

Jesús Silva-Herzog Márquez - Huir del voto

La desconfianza en las elecciones es mucho más que una ola de apatía. El descrédito no cubre solamente a los partidos sino también a las autoridades electorales. La crisis que atravesamos mancha todo el proceso político y vuelve a poner en interrogante el sentido del voto. La desconfianza en las elecciones alienta la abstención pero va más allá de ese misterioso silencio de los electores. Rechazar el voto se ha convertido en una causa política, un vago proyecto reaccionario para desmontar el instrumento crucial de la democracia. En lugar de corregir el régimen electoral, huir de él. No hablo de quienes llaman a boicotear las elecciones, ni de quienes llaman a la anulación del voto. Quiero hablar de quienes defienden otros métodos para nombrar representantes. El voto, con toda su modestia, sigue siendo el mejor símbolo de la igualdad política y la responsabilidad ciudadana. Un instante en que la voluntad de cada elector se comprime en una cifra idéntica; un acto que exige involucramiento libre y que, en consecuencia, llama a la responsabilidad. Recientemente se han levantado dos propuestas para escapar de esa práctica Huir del sufragio para escoger representantes por azar y restaurar la idea de los parlamentos como delegados del poder. La intención es opuesta pero el instrumento es el mismo. Unos quieren abrirle la puerta a los ciudadanos de a pie; los otros pretenden refinar la representación con ilustrados. El enemigo es el mismo: el voto.


Lea la columna completa en este link  http://www.criteriohidalgo.com/notas.asp?id=306004




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