El helicóptero tipo Cougar de la Defensa derribado en el sur de Jalisco no iba en labor “de reconocimiento”, como se dijo oficialmente, sino en un operativo de persecución y captura de Nemesio Oseguera, “El Mencho”, desplegado la mañana del viernes pasado por las fuerzas federales. Junto con la aeronave y sus 18 tripulantes, otros 50 militares armados iban rastreando por tierra, en la ruta Casimiro Castillo-Purificación, al convoy de al menos 10 camionetas en una de las cuales se confirmó que viajaba el líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación.
Al percatarse de la persecución para capturarlo, al parecer por una filtración que provino de las mismas fuerzas federales –versiones internas apuntan a la Policía Federal–, el convoy del capo activó sus escudos de defensa formados por exmarines de Estados Unidos y exmilitares mexicanos con entrenamiento de élite que forman los círculos de sicarios que lo custodian. Los narcotraficantes abrieron fuego contra el helicóptero y comenzó un tiroteo en el que 18 tripulantes de la aeronave y 50 militares por tierra se vieron superados.
En el enfrentamiento armado –que contrasta con la versión oficial de una “agresión por sorpresa”–, el helicóptero del Ejército fue alcanzado por una de las granadas lanzadas por los sicarios con el lanzacohetes RPG-7, lo que provocó su desestabilización y aterrizaje de emergencia. Ahí murieron los seis soldados reportados oficialmente, mientras las fuerzas de tierra de la Sedena también eran superadas y repelidas por el convoy de sicarios que protegió la huida de la camioneta en la que se trasladaba Oseguera.
Fuentes cercanas al Operativo Jalisco confirman que tras la fallida maniobra de captura, de la que se informó internamente cerca de las 11 de la mañana, comenzaron los bloqueos, la quema de negocios y gasolineras en Guadalajara, Puerto Vallarta, Michoacán, Colima y Guanajuato, como reacción del cártel al intento de captura de su líder. Las horas posteriores, en que se registraron hasta 54 narcobloqueos y actos de terrorismo, fueron marcadas por la sicosis y el descontrol sembrado por los operadores de “El Mencho” en Jalisco y estados vecinos.
La pregunta es ¿quién falló en el diseño del operativo de captura de un narcotraficante tan peligroso, fuertemente armado y protegido? Porque independientemente de la filtración que alertó a Nemesio Oseguera del intento por detenerlo, todo apunta a que el responsable de organizar la operación cometió errores garrafales y desestimó información de inteligencia en poder de las fuerzas federales que dice que “El Mencho” cuenta al menos con tres círculos de protección que se mueven en todo momento en torno a él, ya sea cuando está fijo en algún punto de la sierra de la costa sur de Jalisco, donde se oculta, o cuando se mueve en las carreteras de la región, como ocurrió el viernes pasado.
El primer círculo que protege a Nemesio está formado por más de 20 pistoleros altamente entrenados y con armamento de alto poder, entre los que se encuentran varios exmarines de la Armada de Estados Unidos, de origen mexicano y latino, reclutados y coptados por el narcotraficante. El segundo anillo de protección lo forman otros 20 o 30 sicarios también con entrenamiento militar y armamento de alto calibre, entre los que se encuentran varios exmilitares mexicanos y expolicías. El tercer círculo que protege al líder del Cártel Jalisco Nueva Generación está formado por un amplio grupo de halcones que vigilan el entorno del capo varios kilómetros a la redonda. En total, según los informes de inteligencia que lo han estudiado, el grupo que lo protege llega a ser de entre 150 y 200 sicarios, pistoleros y halcones. ¿Cómo, entonces, el Ejército, la Policía Federal o quien haya sido responsable del fallido operativo mandaron un grupo de 68 efectivos federales, entre soldados, policías y demás agentes que iban siguiendo al peligroso capo por aire y por tierra ese 1 de mayo por la mañana? Tan solo numéricamente era imposible que la captura tuviera éxito, y a eso hay que añadir el tipo de armamento que se envió y por qué se utilizó un helicóptero que no es precisamente de los mejor artillados y de combate que tiene el Ejército Mexicano.
Preguntas que no han respondido ni la Sedena ni el comisionado nacional de Seguridad. ¿Quién se equivocó y si hubo consecuencias por la muerte de seis soldados? Tampoco dirán quién le filtró a Oseguera la información de que lo iban persiguiendo, aunque hay un dato que puede dar luz sobre de dónde salió ese pitazo. Ayer todos los mandos de la Policía Federal destacamentados en Jalisco fueron cambiados por instrucciones del comisionado Rubido García. Así o más claro.
Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/por-que-fallo-la-captura-de-el-mencho-1430983915
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