viernes, 17 de julio de 2015

Juan Villoro - Edípo clínico

Desde hace años conozco a doña Magnolia, mujer agobiada por intensas jaquecas que parecen venir de una época en la que nada era tan elegante como la mala salud. Pálida y frágil, camina con la delicadeza de quien no toca el suelo.



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