martes, 28 de julio de 2015

Parábola - El Publicano y el fariseo


El Publicano y el fariseo

Lucas 18:9-14

9 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:

10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.

11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;

12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.

13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.

14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.






Publicanos:
Persona a la que se le había dado el derecho de recaudar los impuestos internos para Roma. Tales impuestos abarcaban: 1. El del censo, que cada persona tenía que pagar; muy insultante para los judíos en vista de que era un reconocimiento tácito de su sumisión a Roma. 2. El impuesto sobre las propiedades, que era igualmente ofensivo, porque su pago se consideraba un insulto a Dios, a quien los judíos consideraban el dueño verdadero de la tierra y el dispensador de sus productos.

Fariseos:
Secta o partido religioso conservador del judaísmo en tiempos intertestamentarios y del NT. Se llamaban a sí mismos los "compañeros" (heb jabêrîm) o los "santos" (heb. qedôshîm).



La humildad no implica pobreza sino calidad de persona.


Leído en Lucas 18:9-14 
Biblia Reina-Valera de 1960.



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