martes, 17 de noviembre de 2015

La comedia política - Morderse la lengua

Le dice el paciente al doctor: –Buenas tardes, vengo porque tengo serios problemas de memoria. Todo se me olvida. –Bueno, pues antes de revisarlo, págueme. No sea que se le vaya a olvidar al final.

Más o menos como ese señor olvidadizo están ahora los diputados de Morena, el partido que Andrés Manuel López Obrador fundó, dirige, promociona y hasta limpia los baños. Los morenos están exigiendo al Gobierno federal que transparente la licitación del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, o NAICM como mamilamente le llaman. No suena mal la idea de que se ventile públicamente una obra que costará 170 mil millones de pesos. Hasta ahí todo bien.

Lo que no me cuadra de los diputados de Morena es que estén pidiendo que se haga la transparencia en las mulas del compadre, pero en las propias. ¿A qué me refiero? A que exactamente el mismo reclamo se le podría hacer a López Obrador, quien nunca aceptó transparentar los costos del segundo piso del Periférico en el DF.








Cada vez que alguien se lo echa en cara, AMLO sale con que todo está en internet y que él no tiene nada qué esconder. Sin embargo, la realidad es muy distinta, pues, hoy por hoy, nadie sabe con exactitud cuánto costó la gran obra de López Obrador, si tuvo un precio accesible o si nos clavaron un cuchillo presupuestal y, sobre todo, si eso sirvió para que alguien se enriqueciera de manera no muy legítima que digamos. Si los morenos de San Lázaro quieren de verdad cambiar la forma de hacer política en México, más vale que empiecen por su propia casa.

¡AH, CHINA!

En una conferencia de prensa de alcance mundial, un grupo de científicos chinos dieron a conocer uno de los más grandes y sorprendentes inventos de la humanidad: el auténtico viagra femenino. Su nombre: Taleta. –Doctor Chin Gong, ¿cómo funciona su invento? –preguntó un periodista de Francia. –Muy fácil: usted debe dalsela dilectamente a su mujel. –¿Y cuáles son los efectos? –preguntó un reportero de Australia. –La mujel se vuelve alegle, caliñosa, bondadosa, le complace en todo, le llama “mi amol, mi tesolo, te adolo, te amo”. –Oiga, doctor, ¿y cómo dice que se llama su invento? –Taleta... taleta de clédito.

Yo creo que el chinito estaba cotorreando, porque no hay mujer que prefiera una tarjeta de crédito a un bonito ramo de rosas o una caja de chocolates. ¿Verdad, señoras? A menos, claro, que estuviera hablando de mujeres chinas. Porque si algo han demostrado los chinos en los últimos años es que, por muy comunistas que sean, les encaaanta el billete.

Actualmente, no hay nación en el mundo más mercenaria y más enamorada del dinero que China. Por eso. han construido esas enormes fortunas en tanto sólo unos años. De hecho, son prácticamente dueños de medio mundo, pues, con tanta lana que tienen, hasta se dan el lujo de prestarle a otros países. Estados Unidos, por ejemplo, a quien más lana le debe es a los chinos.

Por eso ayer que vi la foto de Enrique Peña Nieto al lado de Xi Jinping, el presidente de China, lo único que pude pensar fue: “¡En la male!”. Habrá que esperar a que regrese Quique de su viaje para enterarnos si le vendió a los chinos Chiapas, Baja California Sur o, Dios quiera, Villa Coapa con todo y el América.¡Nos vemos el jueves!



Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/morderse-la-lengua-1447747199



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