sábado, 14 de noviembre de 2015

UN POEMA DE:

Tazas de Café - GIFMANIA
El café

"Frente a una taza con café se piensa, pero también se discute, 
se recuerda o se argumenta. Frente a la taza con café se columbra, 
se reflexiona, se sueña, se imagina, se escribe, 
se conversa, se enamora, se seduce, se rompe, se reconcilia, 
se halaga, se sugiere, se invita... 
Y el café, el misterioso café escucha, profetiza, 
atestigua, aconseja, da fe, observa, 
asiente, se ruboriza..." 

Gustavo Máynez Tenorio

Oración del café

Café mío,
que estás en la taza
santificado sea tu aroma
venga a mí tu cafeína;
hágase tu sabor en mi boca
como en mi cuerpo

despéjame como cada día;
perdona si no te endulzo
como también perdono
cuando sales aguado
no me dejes caer en el descafeínado
y librame de un mal café

Verónica Calvo


El olor del café

Octubre. Otoño las hojas se vuelven rojas,
el color del otoño se acentúa en ellas.
En la mesa del balcón viendo el nuevo octubre y
saboreando el humeante café , oloroso café, el café.
La conversación alrededor del café fluye intima.
El amor de Octubre huele y sabe a café, dulce y tranquilo.
La luz roja de las hojas, se refleja en la taza de café.
¡Ah! El café.
¿Tú también tomas café? Se refleja también en tu otoño,
el olor de mi café.
Aire, agua y sol y café.
El café que da vida al espíritu.
El olor del café hace recordar el pasado.
El amor perdido, el dolor que se siente al perderlo.
Olor a café, olor a calor a ternura a vida.
En la mesa del café renace la inquietud.
Emerge del alma el deseo de vivir.
El café calienta el corazón.

Carmen Feito Maeso



La taza de café

Es la musa que anima a los poetas
que van al cafetín
de tarde en tarde.
Mientras hablan de versos y cometas,
la cafeína
en sus cerebros arde.

Allí Mendoza, Suárez,
Castrorrivas,
-fumadores, humosos, tabacales-
concentrando sus fuerzas volitivas
construyen mil cajitas musicales.

Y Dago, el escultor.
Los ensayistas.
También los aprendices de poeta.
Uno que otro pintor.
Los periodistas.

Todos beben café.
¡Su vitamina!
Sin pensar que al beber esa agua prieta,
¡beben amarga sangre campesina!

Ricardo Castrorrivas


Un café y un cigarrillo…

Una taza de café sobre la mesa… Solitaria.
Un cigarrillo encendido…Una vela en mi ventana,
cada pitada es un beso, cada sorbo una caricia
de tu aroma conocido a vainilla y a canela.

Una taza que se enfría, como mis sueños
un cigarro que se quema, como mis recuerdos
el aroma de tus besos, el olor de tu tabaco
se mete entre mis ojos, hurgando en mis sentidos

Una taza de café saboreado de recuerdos
calientito, olorosito, dulcecito como tus besos
sorbo a sorbo voy bebiendo despacito, despacito
tratando de perpetuar en mis labios tus besos

Una taza de café preparada por tus manos
con una rosa adornada servida con tus caricias
En charola de plata y un gran cenicero
En el que he ido quemando uno a uno mis sueños.

Queenire





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