jueves, 25 de febrero de 2016

Dan T - ¡Tengo influenza!

Un matrimonio ya madurito cumplió finalmente su sueño de conocer Tierra Santa. Visitaron todos los lugares que rodearon la vida de Jesucristo: desde Belén, hasta Nazaret, pasando por el río Jordán, el Mar de Galilea y, por supuesto, el Huerto de los Olivos. Pero la felicidad no es eterna y, tristemente, la señora murió justo después de conocer el lugar de la crucifixión. Después de arreglar todos los papeles, el de la funeraria le dice al señor:

–Mire, si entierra aquí en Tierra Santa a la señora, le costará 10 mil pesos. Pero si insiste en llevársela a México, tendrá que pagar 100 mil pesos.

–Mmmm... –Lo meditó un momento el viudo y respondió– Mejor me la llevo a México, no importa cuánto cueste.

–Oiga, pero ¿está usted loco? ¿Para qué pagar tanto si se puede ahorrar todo eso enterrándola aquí?

–Mire, si algo aprendí de este viaje es que hace muchos años aquí murió un hombre y resucitó al tercer día. La neta es que por 90 mil pesos, prefiero no arriesgarme.










Ese, sin duda, era un hombre inteligente. Hay cosas en las que no vale la pena arriesgarse, pues podemos perder mucho más de lo que ganamos. Esto lo digo porque, como te habrás enterado, estamos ante una epidemia de influenza mucho más grande de lo que las autoridades quieren admitir.

Nomás date una vuelta por cualquier hospital o clínica para comprobar cómo están saturados de pacientes con influenza. (Pensándolo bien, es una estupidez de mi parte pedirte que vayas a asomarte a uno de esos lugares, y más lo sería de tu parte si me haces caso. No vayas, mejor sigue leyendo).

No sé tú, pero yo en los últimos días escucho, por lo menos, de tres personas cada día que cayeron enfermas de lo mismo. Mi tío Beto por allá, la comadre Ivette por este lado, la doctora Paulina más hacia allá...

¿Cómo andan las cosas por tu casa y por tu trabajo? Ante esto hay dos formas de reaccionar: hacerse pendejo o no hacerse pendejo. En la primera, haces como si no pasara nada. En la segunda, primero, te vacunas o, por lo menos, tomas algunas precauciones básicas como acudir al médico cuando te sientas mal y no automedicarte; lávate las manos y evita tocarte nariz y boca; y, por piedad, vacúnate.

Parque jurásico

El Presidente de la República, senadores, gobernadores, diputados y, en general toda la clase política mexicana felicitaron efusivamente a los dirigentes de la CTM por el 80 aniversario de esa central obrera. Lo mejor del asunto es que la CTM ya está cerca de alcanzar la edad de sus líderes. Y es que los cabecillas del brazo obrero del PRI son tan viejos que, según cuentan, cuando Dios hizo al mundo, la CTM instaló las banderas rojinegras de huelga para exigir descanso los domingos. De hecho, el primer partido político de la historia fue el de Alí Babá y sus primeros militantes fueron 40 cetemistas. Nomás para darse una idea de qué tan viejos son en la CTM, sus líderes conocieron de niño... ¡a Chabelo!

Prioridades

Un señor viajó a un templo en Japón para aprender karate con el gran maestro Chin-Gong. Durante cinco años estuvo ahí, pero jamás logró dominar el arte de combate. Desesperado, le preguntó:

–Maestro, dime, ¿por qué no puedo llegar a ser como tú?

–Responde: ¿has visto al tigre cuando pasa horas agazapado esperando a su presa?

–Sí, maestro.

– ¿Y has visto el atardecer rojo que cae lentamente como un reloj de arena?

–Sí, maestro.

– ¿Y has visto a la flor de bambú que retoña en el más crudo de los inviernos?

–Sí, maestro.

–Pues por eso no aprendes: te las pasas viendo pendejadas, en lugar de practicar los ejercicios.

Algo así le pasa al Gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, que para acabar con la inseguridad prohibió que se toquen en público... ¡narcocorridos! Como si la música fuera la culpable, y no la complicidad entre capos y políticos. ¡Qué bárbaro!



Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/tengo-influenza-1456388340



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, sean civilizados.