lunes, 29 de febrero de 2016

Eduardo Ruiz Healy - 255 días

El 10 de julio del año pasado escribí en este espacio que “Donald Trump...

, “predica doctrinas que él sabe que son falsas a personas que él sabe que son idiotas”. Y no sólo eso, sin titubear ni pestañear ignora los datos científicamente obtenidos que contradicen los números que con pasmosa facilidad se saca de la manga” y que “la historia demuestra que cuando un demagogo convence a las mayorías y accede al poder se vuelve una amenaza para su propio país y el mundo. Por eso, ¡cuidado con Donald Trump!

Casi un mes antes, el 18 de junio, es decir dos días después de que anunciara que buscaría la candidatura por el Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos, me equivoqué rotundamente al afirmar, en este mismo espacio que “el desarrollador inmobiliario y casinero Donald Trump se lanzó en pos de la candidatura sabiendo de antemano que no tiene las más mínimas posibilidades de obtenerla”. ¡Vaya falta de visión y cálculo la mía! Me consuela saber que, junto conmigo, se equivocó el 99.9% de los comentaristas, analistas y politólogos de todo el mundo.











Desde que el 16 de junio iniciara su campaña por la candidatura presidencial de su partido, Trump ha insistido en insultarnos a todos los mexicanos en general y a los gobernantes y empresarios mexicanos en lo particular. Muchos hemos cuestionado al demagogo neoyorquino en los foros en que tenemos voz, pero hasta hace unos días el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto había mantenido un absoluto silencio en torno al discurso antimexicano, xenófobo y mentiroso del hombre del extraño peinado.

Peña Nieto, tal vez pensando igual que los senadores Marco Rubio de Florida y Ted Cruz de Texas -que también buscan la candidatura presidencial republicana- probablemente concluyó que responderle a Trump era caer en su juego, era concederle más importancia de la que merecía y seguramente lo provocaría a lanzar una nueva andanada de críticas e insultos contra nuestro país, sus habitantes y dirigentes.

Sin embargo, ignorar a Trump aparentemente no fue la estrategia adecuada, como por fin lo aceptaron Peña Nieto, Cruz y Rubio el pasado jueves 25 del mes que hoy concluye. Como si se hubieran puesto de acuerdo los legisladores estadounidenses y el presidente mexicano, ese día por fin decidieron enfrentar al bocón multimillonario para intentar frenar su exitosa campaña electoral. Los primeros en el debate que sostuvieron los cinco aspirantes republicanos en la cadena de televisión CNN, el segundo durante su mensaje con motivo de la visita a la Ciudad de México, ese mismo día, del vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden.

Al hablar ante los medios de comunicación, Peña dijo, entre otras cosas, que “Hay quienes eventualmente tienen la visión de cerrarse, incluso, me atrevo a decirlo, señor Vicepresidente, de construir muros. Pero esto sólo es aislarse. Esto es quedarse solos.

Puede tener una óptica de cerrar el paso hacia un lugar, pero la otra es la del aislamiento. Es la de quedarse, repito, solos, cuando México ha sido promotor, y lo es este gobierno, de la relación de la buena vecindad y de una relación fraterna y de amistad, con quien es nuestro vecino del norte y un aliado estratégico de nuestro país, como lo es Estados Unidos”.

Biden, al responder el discurso de Peña, dijo que “casi siento la obligación de pedir disculpas con esta campaña presidencial en mi país, y que han hablado sobre los mexicanos. Ésta ha sido una campaña ardua y encarnecida… la retórica más calurosa de algunos de estos candidatos no representa a quienes somos nosotros, el pueblo de Estados Unidos; no es la opinión de la mayoría de la gente de mi país. Es lo opuesto”.

Tres días después, el 28 de febrero, la secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, en entrevista al diario The Washington Post, también se lanzó contra Trump, a quien acusó de ser ignorante y racista.

Tuvieron que transcurrir 255 días para que el gobierno mexicano respondiera a las estupideces de Trump. Los mismos días para que los contrincantes de Trump también decidieran irse con todo contra él.

255 son muchos días y en dicho período Trump virtualmente se ha hecho de la candidatura republicana. Ahora, el gobierno de México deberá deberá de alguna manera influir para que la vencedora en la elección presidencial de noviembre venidero sea Hillary Clinton, la virtual candidata por el Partido Democrático.



Leído en http://www.criteriohidalgo.com/a-criterio/255-dias



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