Platicaba con un buen amigo mío hace un par de días y me explicaba cómo desarrolló exitosamente su carrera profesional dentro de la misma organización. Recién egresado de la universidad fue contratado por una importante corporación trasnacional para ocupar un cargo de bajo nivel y mínima responsabilidad. Trabajó duró y lentamente fue ascendiendo hasta llegar a ser uno de los vicepresidentes con más poder y personal bajo sus órdenes. Después de casi 40 años de servicios se jubiló y hoy vive rodeado de comodidades y sin ningún problema económico. No fue presidente porque ese cargo siempre ha sido para un extranjero oriundo del país sede de la empresa.
Mi amigo me dijo que siempre se concentró en hacer su trabajo de la mejor manera posible, sin pensar si por ello lograría ascender dentro de la jerarquía corporativa. Le quedaba muy claro que la empresa para la que trabajaba premiaba a la gente con base en sus méritos y que solo los que mejor se desempeñaban tenían oportunidad de avanzar dentro de la organización. Ahí no servían de mucho las intrigas contra compañeros trabajadores, las actitudes serviles ante los jefes ni la politiquería barata. Lo único que se tomaba en cuenta para ascender al personal era la excelencia en el trabajo. La competencia era contra uno mismo y los demás. En resumen: una verdadera meritocracia que ha contribuido a que esta empresa sea una de las más importantes y poderosas del mundo del mundo.
La historia de mi amigo es similar a la de muchas mujeres y hombres que han accedido a los más altos cargos dentro de empresas profesionalmente administradas, en donde los ascensos se dan por los méritos y logros individuales.
También, la historia de mi amigo contrasta mucho con las de tantos funcionarios que, siendo unos ineptos e incapaces, han llegado ha ocupar cargos de alta jerarquía y responsabilidad dentro del sector público, sea dentro del poder ejecutivo, legislativo o judicial, sea al nivel federal, estatal o municipal.
Leído en
http://www.criteriohidalgo.com/a-criterio/futurismo-distractor
Los derechos de autor son propiedad de los columnistas y sus periódicos; las columnas de los foristas son responsabilidad de ellos mismo; los comentarios, mentadas de madre y albures en Disqus son, también, responsabilidad de los foristas. Este lugar no tiene fines de lucro Aquí no se censura ni se modera. CUANDO SE PUBLIQUEN DATOS PERSONALES, POR SEGURIDAD, LOS POSTS SERÁN BORRADOS. Contacto: lafaunademilenio@gmail.com
RECOMENDACIONES Y COLUMNAS DE OPINIÓN
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.