miércoles, 16 de marzo de 2016

Rafael Loret de Mola - El ‘Pato’ enloquece

Parecía un chiste irreverente pero ya no lo es. En un principio los más avezados analistas insistían en que la postulación del “pato” Donald John Trump -el apellido de su madre era MacLeod, demostración de que sí tuvo-, era poco menos que una broma y una provocación acaso para que él y sus millones fueran tomados en cuenta en la justa republicana. De hecho, algunos de los contendientes con mayores posibilidades no aceptaban su nombre por cuanto representaba y por sus discursos cargados de xenofobia, odio y racismo.

Pasadas algunas semanas comenzó a considerársele como un precandidato viable, moviendo fortunas, a costa de injuriar -no calificar- a los llamados “indocumentados” mexicanos que forman la cúspide de la pirámide de la hipocresía:










Gracias a la clandestinidad de sus esfuerzos los salarios recibidos son menores y a hurtadillas; pero, por desgracia, basta con esto para asegurar las remesas hacia México convertidas, con los precios del crudo en vaivén hacia la baja, en la principal fuente de ingresos desde el exterior y con amplias comisiones para uno de los socios estrellas del establishment:

Ricardo Salinas Pliego, campeón de las modernas tiendas de raya, banquero por derivación y acaparador de plata entre otras lindezas oscuras. Con él, me aventuro a señalarlo, se cierra el atroz círculo de la corrupción entre el gobierno putrefacto y los empresarios rapaces.

A cambio de ello, un solo multimillonario mexicano, el mayor, Carlos Slim Helú –no vamos a entrar por ahora a analizarlo-, se atrevió en ese arranque a cuestionar al mentecato estadunidense cuya prepotencia no se detendrá con el muro que pretende erigir. (A veces pienso que sería útil para contener la marejada de abusivos especuladores e inversionistas aventureros del norte y no para detener a quienes, por falta de oportunidades en un país cortado a la medida de los acreedores, salen en busca de mendrugos para ganarse la vida y las de sus familiares).

El tono del enfermo mental, Trump, fue subiendo al tiempo de que diversos miembros de nuestra sociedad, la mayor parte por fuera del gobierno temeroso, se pronunciaron con una fuerza de palabra sin precedente respecto a quien ya se proponía como líder cazador de la candidatura republicana; luego sumarían sus voces, curiosamente, los ex presidentes de la derecha, Felipe Calderón y los Fox, quienes abundaron en calificativos -de truhán, payaso y farsante no le bajaron- pero no analizaron las razones por las cuales había llegado a exaltar el odio xenófobo sobre todo contra los mexicanos aduciendo que estos eran portadores solo de problemas, traficantes de drogas y engendros de violencia sorda... sin referirse a los grandes “padrinos”, como él, quienes se benefician de estas condiciones mientras restan virtudes a los “ilegales” productivos gracias a los cuales los productores, sobre todo agricultores, y ahorradores gracias a la oferta de manos desesperadas posibilitan márgenes suficientes para romper los precios del mercado y competir con ventajas con los de otras naciones, específicamente México. Una buena estrategia, para ellos, para expandirse sin disimulo.

De allí que haya concluido que, gracias a las políticas entreguistas de la derecha del poder, esto es desde el régimen salinista hasta nuestros días -de las que fue además instigador Jorge Castañeda Gutman quien hoy apuesta por la amnesia colectiva para pararse el cuello con un extemporáneo mensaje en inglés al “pato”-, perdimos la rectoría social, esto es sin dominio pleno para atacar las grandes desigualdades comunitarias. Imagínense que se cierren las fronteras:

¿Qué haríamos para asimilar y darles ocupaciones a los más de dos millones de mexicanos emigrantes aun cuando las tuertas estadísticas oficiales hablan solo de 600 mil lo que NO cuadra con las remesas enviadas a México por más de veinte mil millones de dólares previos encajes del el Banco Azteca, fundado con la venia de Fox congraciándose así con Salinas Pliego quien tanto le debe a los Salinas de Gortari?

Slim le dijo a Trump que si despreciaba a los mexicanos debía causar baja en los negocios mancomunados en los que el estadounidense fungía más como empleado que como socio.

Trump, por primera vez, guardó silencio, casi desarmado; pero, recuperado, volvió a los andares al grado de retirar de sus actos a los periodistas -como Jorge Ramos, una de las voces hispanas más respetadas en la Unión Americana, lo mismo que a un fotógrafo de Times recientemente-, que le inquirían por sus fobias. Así entiende la libertad de expresión el bárbaro que considera esencial desplazar a los indocumentados -en una nación formada por éstos-, para exacerbar los odios hacia los extranjeros en todos los niveles.

Viajar a los Estados Unidos, ahora y cuando aún no se consuma ninguna victoria del exaltado republicano, es una temeridad NO recomendable, mucho menos si se acarician los estados en donde ya pasó el Atila Trump quien, además, coloca en primera fila a los chicanos renegados, quienes creen que podían perder por una mayor arribazón de compatriotas suyos. Un egoísmo, por desgracia, abanicado por nuestro establishment.

Y me explico: miles, acaso millones, de coterráneos nuestros han sido acostumbrados, gracias al PRI y sus brazos ejecutores incluso dentro de la conveniente oposición, a aprovechar las vendettas políticas para vender su voluntad y dignidad políticas; y aunque muchos de estos se dicen asqueados por la corrupción en México suelen poner en práctica lo asimilado poniéndose de cuclillas ante el mejor postor. Esta es apenas una de las explicaciones con miras a entender los porqués de los apoyos de parte de la comunidad hispana al execrable.

De esta manera, dinero e influencias de por medio, Trump compra voluntades tibias. Y no sólo eso: Utiliza a los de nuestra sangre como parapeto mientras insiste en que México pague por el muro de la ignominia como si fuera un factor de provocación mayor semejante al de Hitler previo a la ocupación de Austria. Existen similitudes históricas que definen los perfiles de fascistas para quien el mundo termina en su propio ombligo o debajo de este.

Lo grave es que, en este momento, el futuro presidencial en los Estados Unidos es de una incertidumbre atroz; los propios republicanos están asustados ante el avance de Trump quien parece, en estos momentos, la carta más viable para abanderar al elegante republicano como si fuera un circo en donde nadie conoce los antecedentes y de dejan llevar por los malabares circunstanciales.

Un millonario, sí, ávido de expandirse hacia el sur con el pretexto de que México es un estado fallido y, para ello, se ha experimentado en Tamaulipas, en donde el nefasto y descastado Egidio Torre Cantú, le ha hecho el juego a los traidores y a los narcos en plena eclosión de barbarie. Por el norte penetran los infames que quieren destazar al país y ni siquiera el hablador “El Bronco” tiene la menor intención de detenerlos.

Mientras, el presidente peña ha lanzado una declaración con las ambigüedades de siempre si bien con una sentencia clara: No podría admitirse, no es lógico, que un xenófobo mordaz y recurrente ocupe la oficina oval con la intención de sobajar al mundo para crear una especie de territorio “de la pureza” -sino aria sí integrada por las colonias que la han poblado- alejándose del mundo y sus requerimientos de paz.

Que se sepa, hasta el momento, la Unión Americana ha mostrado un evidente desinterés por los refugiados de la guerra en Siria y Libia propiciada por los casi “robots” de sus fuerzas armadas obligados a devastar sin preguntar por qué.

Trump es una grave amenaza para México, y ante la paulatina baja de Hillary –la nostálgica de la Casa Blanca a quien se infama en un nuevo libro por sus particulares apetencias sexuales-, y la entrada fuerte en escena de Bernie Sanders, el senador demócrata que recuerda muy bien los papelazos de la señor Clinton en sus precarios años se de Secretaria de Estado, podrían lograr la nominación para el segundo, demasiado débil para los arrestos -y el dinero- del magnate enloquecido, Trump.

Los mexicanos no votaremos en noviembre en las justas estadounidenses; pero en ellas, sin duda, se escribirá nuestro destino.

E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com



Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/el-pato-enloquece-1458114980



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