jueves, 14 de abril de 2016

Eduardo Ruiz Healy - Patadas debajo de la mesa a Ruiz-Massieu Salinas

Varios funcionarios federales de alto nivel me han dicho que la secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz-Massieu Salinas, ha cometido varios errores durante su gestión, algunos insignificantes, y otros que deben calificarse como graves.

Entre los insignificantes mencionan el viaje relámpago que la secretaria hizo a Egipto en septiembre pasado, días después de que policías y soldados de ese país mataran a ocho turistas mexicanos que visitaban la zona del desierto occidental egipcio. Ella dijo que iba a exigirle a las autoridades del país árabe que le dieran al gobierno mexicano una amplia explicación de lo sucedido, pero, a fin de cuentas, lo único que logró fue que el canciller egipcio, Sameh Shoukry, publicara una carta abierta al pueblo de México expresando sus condolencias, pero defendiendo el profesionalismo de los soldados y policías de su país, y comparando la guerra de Egipto contra el terrorismo con la guerra de México contra el narco.










Ruiz-Massieu fue en busca de una disculpa de los egipcios y no la obtuvo. No sólo eso: diversos diarios de Europa calificaron su viaje como un acto propagandístico fallido. Uno de ellos cuestionó que la canciller fuera a exigir explicaciones, cuando el gobierno al que pertenece no ha sido capaz de explicar qué es lo que sucedió con los 43 estudiantes de Ayotzinapa que fueron desaparecidos en Iguala.

Un error más grave de la secretaria ocurrió durante la recién concluida visita del presidente Enrique Peña Nieto a Alemania. A los críticos de la funcionaria les molestó bastante el hecho de que en la conferencia de prensa conjunta ofrecida por el presidente Enrique Peña Nieto y la canciller alemana Angela Merkel, ésta dijera que su gobierno está ayudando al de México a resolver el caso de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. ¿Desde cuándo, se preguntan estos enojados funcionarios federales, es correcto que un jefe de Estado anfitrión le diga a su invitado, en público, que lo está ayudando a resolver un caso netamente nacional que ha conmovido a la opinión pública y afectado gravemente la imagen y credibilidad del gobierno federal? ¿Es tan ineficiente la Procuraduría General de la República que necesita ayuda de los expertos alemanes?

Lo que de plano no le perdonan a Ruiz-Massieu Salinas es el hecho de que haya aceptado a pie juntillas y sin chistar la decisión de Peña Nieto de designar como embajador en Washington al inexperto maestro universitario Miguel Basáñez, quien por su ineficacia fue removido del cargo apenas siete meses después de asumirlo. En la capital estadunidense les sigue causando risa la falta de pericia de la secretaria y la falta de rumbo de la política exterior mexicana en cuanto a su relación con Estados Unidos.

Los que critican a la secretaria de Relaciones Exteriores no se explican el por qué no le recomendó a Peña Nieto responder de inmediato a los ataques del aspirante presidencial republicano Donald Trump contra nuestro país, los mexicanos y su gobierno. No entienden por qué permitió que transcurrieran 255 días para que el presidente por fin se decidiera a contestarle al demagogo neoyorquino.

Los prominentes priístas que me han manifestado su desencanto con Claudia Ruiz-Massieu Salinas seguramente le han de estar propinando duras patadas por debajo de la mesa. Sus críticas hoy son en voz baja, pero probablemente pronto elevarán su volumen. Hay cargos en que los improvisados tarde o temprano muestran que no pueden con las responsabilidades.



Leído en http://www.criteriohidalgo.com/a-criterio/patadas-debajo-de-la-mesa-a-ruiz-massieu-salinas



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