"Cuando el individuo fracasa en ser ético por sí mismo, el grupo toma medidas contra él, y a esto se llama justicia."
No es común que jueces mexicanos sean asesinados, el último de ellos, el del magistrado del Tribunal Superior de Justicia del (entonces) Distrito Federal Abraham Polo Uscanga, pareció más un acto de justicia que un acto criminal, incluso dejo una carta, en donde culpaba al mismísimo presidente del Tribunal de Justicia Saturnino Agüero Aguirre, o sea que culpo a su propio jefe. Alguien así como el multireelegido y actual Magistrado Edgar Elías Azar, súper amigo de Miguel Ángel Mancera. En nuestro país, jueces y magistrados, locales y federales son mucho más “sensibles”, mucho más dúctiles y maleables; es decir, es mucho más fácil y económico comprarlos, que matarlos. A diferencia de los históricos Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, que pensaron que: "No habrá futuro para Italia mientras no erradiquemos la corrupción y la mafia del país".
En nuestro país las sentencias de libertad o culpabilidad, los amparos a los giros negros, como casinos y Table Dance o la suspensión de las órdenes de aprehensión de personajes como el ex gobernador Guillermo Padres, son tan ajustados a derecho como la designación de jueces y magistrados. “La corrupción y la impunidad tienen agraviada a la sociedad mexicana, que en importante medida ha perdido la confianza en sus instituciones, entre ellas las de justicia”, dijo Fernando Franco, ministro de la Suprema Corte de Justicia. La designación del Ministro Eduardo Tomás Medina Mora y la politización de la justicia mexicana, son prácticas, por las que la sociedad mexicana ha perdido confianza en sus instituciones de justicia, al grado de ser una vergüenza de nuestro sistema político y la más rabiosa de las frustraciones sociales.
¿La ejecución del Juez federal en Metepec, Estado de México, habrá sido por incorruptible o precisamente por actos de corrupción?
Si la respuesta fuera, pensando en las últimas expresiones de los actos de gobierno y de los gobernantes de las instituciones públicas mexicanas, la respuesta sin lugar a dudas, seria, que fue un ajuste de cuentas entre mafiosos.
La investigación del asesinato del Juez Federal será más que nunca, hacerle justicia a la justicia.
Enrique Heredia
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