miércoles, 17 de mayo de 2017

Asustame panteón II, la saga...

Los temores, esos condicionantes de la vida, desde que nacemos vamos fomentando dichos temores fortaleciendo nuestros apegos, pareciera paradójico, pero a mas apego más temores, a medida que adquirimos apegos ( dependencias afectivas, bienes, fama y/o poder) adquirimos también el temor de perderlos y vivimos esclavos de no dejar de ser esclavos de nuestras improntas, convirtiendonos en víctimas de nuestro apego, quien posee, teme. por eso los budistas consideran el apego y su consecuencia el deseo la fuente de la frustración humana, pero no voy a hacer un análisis de la fenomenología humana, sino a concretarme a uno de sus muchos chivos expiatorios, el diablo, el multicitado Lucifer, la forma como es nombrado es basta: Asmodeo Astaroth Azazel, Baphometh, Cachudo, Belcebú, Belfegor , Belial, Cassiel, Chamuco, Diablo, Iblís (en el Islam), Leviatán, Lucifer, Mambo (África), Mandinga, Mefistófeles, Satanás, Maligno, Principe, AMLO, etc etc.

Como ya hemos dicho en Comed el fruto, ¡ Y seréis como Dioses !, somos esencialmente religiosos, de ahí la permanencia y surgimiento constante de innumerables doctrinas religiosas que buscan el control de sus rebaños mediante la lucha de contrarios, el bien y el mal, la esencia y lo mutable, todo cambia menos la esencia divina que el ente malvado desea corromper, y por eso dichas doctrinas se dedican a asustarnos con el petate del azufrado Lucifer, pero ¿quién es Lucifer?, ¿cuándo surge? cómo es?, y sobre todo que gana siendo tan "adversario" de tata Dios? como diría uno de sus más conocidos discípulos, Jack el destripador, vamos por partes.









Primero que nada aclaro que hablare del diablo configurado por la doctrina que me impusieron, y logre exorcisar de mi, la católica, es lo que conozco, y como no soy teóloga , pues ni modo.

El origen

En un principio solo era Dios y el universo emergido de él, ya saben que Dios es tripartita, o sea es el padre, el hijo y el espiritú santo, y Dios creo en el universo un nicho divino llamado cielo que pobló de una corte celestial conformada por querubines, serafines , arcángeles, ángeles..., toda una jerarquía, pero los más picudos eran los arcángeles, y de entre ellos Lucifer, el favorito, ejemplo de belleza y sabiduría a quien la soberbia condujo a los infiernos, grandote, guapo, inteligente y temperamental ( su nombre significa portador de luz o fuego), y que se emberrincha el soberbio Lucy y quiere ser Dios, ¿pues que tiene Dios que no tenga yo? y empieza a intrigar y armar jaleo entre las otras jerarquías y que se arma un mitotazo que termina con la caida de Lucifer y un tercio de la corte por alcahuetes y revoltosos celestiales, y quedaron vagando en el universo, buscando donde formar el reinado de Lucifer, mientras tanto en el cielo Dios se consuela creando la tierra, la luz y demás tiliches, incluido nosotros, que fuimos creados, como era su costumbre,  a imagen y semejanza de el, pero como quedo escamado con Lucifer nos puso la prueba del árbol de la sabiduría y el fruto prohibido, nos daba el Edén y solo pedía obediencia, pero Lucy se dio cuenta y quizo romperle su nuevo juguetito y que tienta a Eva transformado en serpiente merolica y que la convence, y el resto de la historia ya lo saben, también nos expulso del Edén, Lucifer tomo posesión del terreno formando su sede Infernal y nos chupo el diablo.

Pues a grandes rasgos así fue como comenzó la historia de un ser que según los escritos bíblicos sólo buscaba su libertad. Pero la libertad es inpensable donde manda un solo Dios, por muy tripartita que sea, aún que nos doren la píldora con el libre albedrío, ¿por qué puede haber libre albedrío condicionado por la obediencia? Como que no es lógico ¿verdad?, pero olvido algo, en la fé no cabe la lógica.

El diablo de Mélies 1904
El asunto es que el mitote celestial sigue en la tierra y la lucha entre el bien y el mal también se ha plasmado en el cine. Y ahí es a donde yo quería llegar, haciendo una busqueda sobre el diablo cinematográfico me encontré que nace en Francia (lógico, meca del cine mundial), con sendos cortos del director George Méliés, quién a fines del siglo XIX utiliza la figura iconográficamente reconocible de Mefistófeles, ya saben, un individuo con bigotes, cejas puntiagudas, cuernos y porte aristocrático, les incluyo Le diable au couvent (El diablo en el convento) 1904.






Como ha sido representado Lucifer en la historia 

Y como dicen que la historia la escribe el ganón, durante siglos Lucifer a sido una figura de temor, temor de represalias religiosas (ojo, religiosas, quien obedece no temerá, por algo nos dicen rebaños), temor a la oscuridad, a la tentación, al tormento eterno lejos de Dios nuestro "amoroso" padre, en fin, temor al temor, hay temores irracionales, y temer al diablo es uno de ellos. El diablo es un pretexto más en busca de un control en cuestiones de orden moral, religioso y político (la verdadera triada).

Satanás triunfante, Rusia 1917

Como dijimos el precursor George Méliés lo represento como un ser caricaturesco, bigote retorcido, cejas picudas, cuernos cuya finalidad era corromper nuestra alma buena, para arrastrarnos al infierno y divertirse torturandonos eternamente, pero al ver que tenía quórum entre el público también lo utilizaron como metáfora política y propagandista, al parecer fue el maestro Wladistas Starewicz quién introduce el estilo progandistico en la Rusia Imperial que utilizando cuentos de Gogol (Una Venganza Terrible 1912), (La Noche de Navidad 1913) sobre el terrible advenimiento del comunismo, caracterizando a un elegante diablo padre la duda y la manipulación.

Durante la I Guerra Mundial los gringos también utilizan al diablo con fines propagandísticos, en Al infierno con el Káiser 1918, donde despues de una serie de atrocidades cometidas por el Káiser Guillermo II (1859 - 1941) , este marcha al infierno donde el diablo lo recibe, y quien al final el diablo decide abdicar y cederle su puesto de amo del infierno ya que considera al Káiser más sanguinario y diabólico que el mismo.

Al otro lado del charco en Alemania F.W Munrau hace Satanás (1919) un diablo aburrido del infierno que desea retomar la luz, desdemonizandolo, haciéndolo más humano. Y Fausto (1926), que relata trata la historia de un célebre pensador que después de buscar sin descanso la esencia del conocimiento y la verdad oculta de las cosas, es tentado por el diablo y vende su alma.

The Devil Cabaret, 1930
En los 30's durante la gran depresión económica surgen películas como The Devil Cabaret, en tono cómico y musical, para entretener y servir de válvula de escape a la dificil crisis ecónomica.

Después surgen películas donde lo enfrentan al hijo de Dios, Jesús durante la tentación del desierto, y del huerto y anexas, donde lo hacen culpable de la cruxifixión, de la traición de Judas y en fin de todos los males mundanos.

Por nombrar algunas Rey de Reyes (1927), La historia más grande jamás contada (1965).

Durante la II Guerra Mundial The Devil with Hitler 1942, Jamás Volveré a Decir Heil de 1941, entre muchas más. Propaganda cruzada.

Los años 50's, la Guerra Fría y las circunstancias de la bipolarización del mundo, provocan una nueva oleada de demonización cinematográfica. Diversos retratos del Diablo pueden ser vistos en cintas como la delirante Glen o Glenda (1953) de Ed Wood; La no muerta (1957) de Roger Corman; La historia de la humanidad (1957) de Irwin Allen, donde Vincent Price interpreta al diablo quien se ve involucrado en un juicio celestial que definirá el destino de la Humanidad.

El Exorcista (1973)
En 1969 se estrenaría uno de los grandes clásicos del cine demoníaco; Rosemary´s Baby, del director Roman Polanski. En dicha cinta, el Diablo es una fuerza más bien invisible, el cual utiliza a una serie de personas para cumplir su objetivo. Pero a partir de el estreno de El Exorcista (1973) sería cuando el Diablo es sinónimo de éxito económico para la industria cinematográfica. Con sus respectivas secuelas y precuelas; como un sin fin de películas similares en donde la influencia del Mal se deja sentir a través de sectas satánicas, brujas malditas o que maldicen, jóvenes posesos y indicios sobre situaciones apocalípticas.

En la década de los ochenta, figuras demoníacas seguirían apareciendo en cintas de diversos géneros. Dentro del género del terror podemos encontrar films como El rey de las cobras (1981), Hechizos diabólicos (1983), Ojos tenebrosos (1982), Lucifer (Sin temor al demonio) (1981), Noche en el tren del terror (1985), entre otras, donde en esta última el director Gregg G. Tallas propone un encuentro entre Dios y el Diablo, en el que discuten el destino de las personas que protagonizan las tres historias que conforman la cinta. El cine también ofrece una imagen del Señor de la Oscuridad para el público juvenil, como lo que sucede con Legend (1985), de Ridley Scott. Por último, el Diablo también aparecerá en la controversial historia de detectives, El corazón del ángel  (1987) del director Alan Parker; y en la también controversial La última tentación de Cristo (1988), de Martin Scorsese, en la que Lucifer convence a un Jesús agonizante de bajar de la cruz y vivir una vida normal.

El Abogado del Diablo  1997
Durante los años noventa en adelante, seguirían estrenándose películas en las que el Señor de las Tinieblas participa como protagonista, o como personaje secundario. En cintas como La tienda de Stephen King (1993), El Día de la Bestia (1995), Eko eko azaraku (1995), La profecía (1995), El abogado del Diablo (1997), y El día final (1999), Constantine (2005) del director Francis Lawrence, y las que se acumulen, el Diablo aparece en todas las formas imaginables, las temáticas van desde el intento de Lucifer por desatar el infierno en la Tierra, hasta la sencilla captura de almas con las cuales pretende engrosar su colección.

Simón del desierto (1965)
Y México no podría quedar fuera, en el área infantil tenemos Santa Claus 1959 de René Cardona donde en vísperas de Navidad en su palacio celestial, Santa Claus se prepara para llevar amor y esperanzas a los niños del mundo. Y en el Infierno, Satanás envía a la tierra al “diablo menor” Precio, con la orden de tratar de sabotear la Nochebuena. , Macario 1960, de Roberto Gavaldón donde el Diablo es una de las tres figuras paradigmáticas junto con Dios y la muerte que tratan que les conviden del guajolote que el protagonista se quiere comer solito. En Simón del desierto (1965) donde una diablesa trata de hacer claudicar a Simón de su vida ascética. En Jesús, Nuestro Señor (1970), de Miguel Zacarías, es Jesús quien se opone a Satanás, mientras que en la alucinante Alucarda, La Hija De Las Tinieblas (1975), de Juan López Moctezuma, se combina la concepción gótica mexicana con influencias europeas de De Sade y Le Fanu. Durante ese mismo periodo, Enrique Rocha interpretaría al tentador Luzbel ante una monja en Satánico Pandemonium (1973), de Gilberto Martínez Solares. Y más al sur tenemos muy en especial a Argentina con El regreso de 1950 de Leopoldo Torres Ríos donde Satanás le cede un permiso especial a un alma para regresar a la Tierra durante unas horas y comprobar el destino de la mujer que amó. El Familiar de 1972 de Octavio Getino que utiliza al diablo como alegoría para criticar el imperialismo y los militares. Una versión más moderada de ese argumento la realiza Luis Saslavsky con Fausto Criollo (1979), la cual está basada en la obra homónima de Estanislao Del Campo. Sin embargo, es en Nazareno Cruz y El Lobo (1975), de Leonardo Favio, que se consigue la gran personificación del Diablo en el cine argentino.

Como ven el tema es basto, y prolífico, el diablo es un símboloo de maldad, desobediencia, prepotencia, un medio de control más. Pero lástima que la realidad de más miedo que la supuesta causa de que esa realidad este tan descompuesta, la maldad es intriseca en nosotros, no se nos mete el diablo, ni nos manipula, ni nos engaña, nos engañamos solitos para justificarnos, pero ese es otro rollo, pero indudablemente como negocio es excelente.





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