viernes, 29 de abril de 2016

Comed el fruto, ¡ Y seréis como Dioses !

Sabemos que el Homo Sapiens tiene aproximadamente 250.000 años de su aparición como especie en el planeta, pero ¿cuánto hace que apareció el homo religiosus?

Para poder entender este fenómeno humano llamado fé, primero que nada tenemos que definir ¿que es el hombre?, ya que de el emerge ese fenómeno, naturalmente hay un aspecto corporal que diferencia a la especie homo sapiens del resto de la naturaleza, a nivel genóma por ejemplo hay un 5 % de diferencias con el chimpancé, pero ese pequeño porcentaje representa características que hacen que su complexión corporea y funcional sea totalmente distinta a la de otras especies. En ese 5 % de diferencia esta un mayor desarrollo de la corteza cerebral, tanto en tamaño como en especificación funcional, y la capacidad de reproducir sonidos articulados que permiten un lenguaje significativo, pero, ¿es solo eso? ¿diferencias biológicas? ¿diferencias anatómicas?, ¿de ahí surge la otra realidad humana no corpórea? como serían la idea, el juicio, la decisión, la conciencia de si mismo, la fé.













En el aspecto biológico el hombre comparte con otras especies su temporalidad, y su mutación, pero el hombre no solo cambia, envejece y muere, es consciente de su existencia, y tiene historicidad, además gusta de plasmar esa conciencia mediante símbolos, es decir, tiene la capacidad de atribuir a un sonido u objeto un valor y un significado más alla del objeto mismo, por ejemplo un piedra afilada puede ser una heramienta y así deja de ser una simple piedra a ser una extención humana, pero no solo es una capacidad pragmática, también es capaz de proyectar esa capacidad en una intencionalidad, usarla en forma creativa e intencional, planea, manipula la realidad según una finalidad, donde la piedra puede servirle tanto como herramienta para cazar, preparar los alimentos, o construir un refugio y defenderse, hasta como un simple adorno o amuleto. En el homo sapiens hay una separación de lo meramente concreto, a lo abstracto, de la supervivencia a la existencia.

Para el antrópologo y paleontólogo francés Yves Coppens «el ser humano parece sensible a lo sagrado a partir de su primera aparición sobre la Tierra»

Para él, se trata de la historia de un ser viviente aparecido como otro ser viviente en una fase de adaptación climática que libro con éxito,  y luego se desarrollo usando los recursos de que disponía, incluida la cultura, nacida de la aparición de la conciencia. Y es a raíz de esa conciencia que surge lo sagrado, se sabe por ejemplo, que el hombre de Neanderthal enterraba a sus muertos, el rito con que lo hacían permite sospechar que albergaban ciertas creencias religiosas elementales, a los cadáveres solían acompañarlos con alimentos y herramientas, lo que posiblemente indicaba la creencia en una vida futura, en numerosas tumbas se procedió a enterrar a los muertos como si éstos durmieran, cubriendolos con piedras planas. Son los inicios de religiosidad primitiva.




La conciencia humana y lo divino

El hombre ha creado un mundo propio en el que vive. Ha puesto nombre a las cosas a su alrededor, a sus sensaciones y sentimientos; ha desarrollado teorías al respecto de los fenómenos que lo rodean que le han permitido una adapatación adecuada. Llevado por su necesidad y su curiosidad a logrado ensanchar su conciencia, pero el despertar de dicha conciencia a sido gradual, y permanente, esa actitud de expandir la conciencia mediante el conocimiento lleva implicito el rasgo de lo divino,  la conciencia humana es creadora, tiene algo ahí a priori que nos hace imperativo el conocimiento, la imaginación, el deseo de creer, de pertenecer, de ser parte de algo, pero esa capacidad a priori nos separa de las otras especies, nos hace xenófobos, y necesitados de algo distinto, y ese algo distinto en un tipo de pensamiento es la de un Dios creador, a nuestra imagen y semejanza, una proyección divina.

En el principio de nuestra especie Dios no existía, pero aún asi nos enfrentámos solos en un planeta inhóspito donde sobreviviamos y moríamos en medio de la total indiferencia del universo, pero gradualmente fuimos albergando la idea de una hipótetica supervivencia después de la muerte, y comenzamos a efectuar rituales mortuorios, u ofrendas a ciertas cosas o animales que nos facilitaban la vida. Los primeros vestigios de ese tipo de actitud ritualista se detectan alrededor del III milenio a. C. con civilizaciones como la Mesopotamica y Sumeria que dejan por escrito muchas de sus tradiciones religiosas.

Concepciones  de Dios 

Dios es un concepto que hace referencia a un ser supremo hacedor del universo, pero ha tenido diferentes concepciones: En la era paleolítica nos encontramos con que Dios se concebía como una Diosa madre, debido en gran medida a que la especie era nómada y vivian de la caza, y su principal necesidad era mantener una población aceptable para la supervivencia, este tipo de deidades femeninas decayeron cuando la especie se hizo sedentaria y se hicieron recolectores, y agricultores, ahí surge el chamanismo con sus deidades Totem, donde se pueden decir eran panteístas, todo era dios y se comunicaban con él por medio del chamán, brujo u oráculo, eran mucho ritual y uso de técnicas para lograr el éxtasis religioso. Las culturas antiguas básicamente ocsilaban entre el politeismo y el monoteismo, y aún dentro de estas dos grandes clasificaciónes se dan diferencias, existen los teístas donde Dios existe, es inescrutable, y rector de todo; los deístas donde su dios es un ser trascendente que nos creo, pero ni nos pela;  como dije los panteístas, donde dios esta en todos los elementos; los agnósticos que viven en la duda de la existencia de un dios, los ateos, que niegan a Dios, en fin, el hecho es solo uno, tanta discusión sobre  si hay o no un Dios, el simple hecho de que se discuta ya es una prueba de su existencia, tal vez no como una deidad, pero  si como una necesidad de creer en algo.

Ahí esta el punto de coincidencia, no existe congregación humana que no crea en algo, ese es Dios, la necesidad de fé. Hay alrededor de 10.000 diferentes religiones, cada una de las cuales está convencida de que la suya es la única Verdad y que sólo ellos la poseen.  Alrededor del 64% de la población mundial pertenece al catolicismo, protestantismo, islamismo o hinduismo. Durante muchos años, el comunismo era la única creencia permitida en China  Pero en 2007, un tercio de los chinos de más de 16 años dijeron que eran religiosos. Dado que esa cifra viene de un diario controlado por el Estado, el China Daily, el número verdadero de creyentes es probablemente más alto. Alrededor del 95% de los norteamericanos creen en Dios, el 90% reza, el 82% cree en los milagros, más del 70%, en la vida después de la muerte. Y ni hablar de nosotros, oficialmente somos guadalupanos, y le pelamos los dientes a la muerte, porque tenemos nuestro terrenito celestial.

La ubicación de las creencias.


La fé no solo puede ser abordada por la antropología, la filosofia o la teología, también la ciencia entra al ruedo con las neurociencias, existe una rama llamada precisamente neurociencia espiritual, que ha hecho estudios muy interesantes sobre la meditación, la felicidad y la hiperreligiosidad o estados místicos. Primero que nada, ubiquemos las zonas religiosas de nuestro cerebro, están en el lóbulo temporal, el cual desempeña un papel muy importante en el reconocimiento de las caras y en el lenguaje; y el lóbulo frontal, relacionado con la memoria y el juicio valorativo.

Hay teorías y teorías sobre la necesidad de creer, sobre la fé religiosa, están las de utilidad adaptativa,  lo ven como  un efecto evolutivo de la mente que permite dentro de ciertas necesidades y códigos morales y social favorecer la cohesión del grupo que se trate.

Hay otras teorías que se basan en argumentos estrictamente bioquímicos, donde independientemente de la religión que se trate ocurren los mismos procesos bioquímicos que provocan las creencias, la fé es una secreción del cerebro, que este genera y a la vez consume, se sugiere que entre estos circuitos de neurotrasmisores esta implicada la serotonina, que produce un estado de bienestar y se mide en el grado de religiosidad, a más práctica de la fé más serotonina. La secreción de serotonina en primates se asocia con el alto estatus, que a su vez está asociado con sentirse bien. En cambio, cuando los niveles de serotonina disminuyen, el cerebro comienza a secretar hormonas tales como la cortisona, que se asocia con bajo estatus y con el sentimiento general de 'bajón'." . O sea la religión es una especie de adicción bioquímica cerebral. Dándole la razón a los que dicen que la religión es el opio del pueblo. Ja.

Otras teorías se centran en los genes, estamos programados para crear mitos y religiones, hasta ya parece que identificaron los genes y les pusieron nombre, adivinen, pues si, el gen de Dios, el cíentifico que sustenta esto se llama Dean Hamer, ex director de la Unidad de Estructura y Regulación Genética del Instituto del Cáncer en USA. Ese gen de Dios es la proteína VMAT2 (vesicular monoamine transporter 2), crucial para muchas funciones cerebrales. Pero más allá de la teoría genética de Hamer, estudios con gemelos idénticos del Dr. Swaab, parece indicar que la espiritualidad que predispone a los sentimientos religiosos esta genéticamente determinada en un 50%, y el otro 50 % es el ambiente, la religión de nuestros padres se imprime en nuestros circuitos cerebrales durante el desarrollo temprano igual que el lenguaje. Y también la Serotonina, a mayor número de receptores sinápticos de seratonina en el cerebro más religiosidad, y si le agregas sustancias que afectan a la serotonina como el LSD, la mescalina (obtenida del peyote) y la psicolicibina ( de los hongos mágicos ) pueden generar experiencias místicas y espirituales.  Y les pagan, yo quiero una chamba así, en resumen, estamos programados, pero influye el ambiente, y si le entras a la movida sicodélica hasta místico te haces. Ya saben. En teoría.

Otra teoría se basa en la tendencia innata de detectar patrones regulares e intencionales, se argumenta que la naturaleza no tiene intenciones, ni moral, ni propósitos, somos nosotros los que vemos intenciones, propósitos y juzgamos. No podemos evitarlo. Nuestros cerebros evolucionaron para conectar los puntos de nuestro mundo en patrones con significado que explican por qué suceden las cosas. Estos patrones de significado se transforman en creencias y estas creencias dan forma a nuestra interpretación de la realidad.  Y una vez que las creencias están establecidas, el cerebro empieza a buscar evidencia que las respalde. Es una especie de busqueda de significado.

Como ven, al ser el objeto de estudio algo intangible, y muuuy interpretativo, pues la verdad, no pasan de gastar recursos públicos, que más bien harían ayudando al prógimo, y reforzando su religiosidad, pero en fin, su religión es otra.

Aquí quisiera aclarar que mi interés no es pedalearle la bicicleta a nadie, y menos a Don Tepozteco que le interesa el tema de la religión, mi interés es básicamente informativo y completativo, yo en lo personal no creo en el Dios creador, nací en una familia católica, rezaba antes de ir a dormir, tenía mi estampita del ángel guardián pegada en mi cabecera para que me cuidara, iba a misa, comulgaba, daba gracias por los alimentos que Dios nos daba, era caritativa, y lo sigo siendo, eso no tiene nada que ver con la fé, sino con la empatía, dan ganas de ayudar al que lo necesita, no necesito ser premiada por ningún Dios en la otra vida; pero creci,  vi, observe,  estudie, sopese, y concluí, ese Dios que me pintaron no existe, lo que existe es la curiosidad, la necesidad de creer en algo, y en eso estoy, ejerciendo mi libertad de creer. No quise meterme muy a fondo en el contenido de las religiones, no tiene caso, todas se basan en un dogma, y en la caridad, mi bronca es con el dogma, ese que practican tan escrupulosamente los mochos de hueso colorado, y yo paso.


Me gustaria concluir con el credo del creyente religioso, ojála que les guste:

1. Creo en que de la nada salió todo.

2. Que según la religión que conozca, me hallan inculcado o elija según mis gustos: este planeta y el universo se creó en 6 días; o del caos y el apareamiento de dos dioses; o que este mundo esta sujetado por cuatro elefantes sobre una tortuga, etc.

3. Creo en serpientes parlantes, gigantes, unicornios y todo ser fantástico porque así lo escribieron los autores del libro al que adoro.

4. Creo que merezco respeto por creer en esto. (aunque yo no respete al resto de creyentes o no creyentes)

5. Creo que aunque la primera ley de la termodinámica afirma que “la energía ni se CREA ni se destruye, solo se transforma” (y que esta ley ha sido demostrada), todo el universo se creó por una deidad o ente sobrenatural omnipotente pero que nadie ha visto.

6. Que este ente sobrenatural no tiene forma cuando me conviene pero posee cualidades antropomorfas y emocionales.

7. Creo también que es conveniente refutar a la ciencia porque cuestiona mis creencias y las religiones (en general).

8. Que a las teorías científicas si la puedo cuestionar pero con las creencias mitológicas (religiosas para mi) no puedo usar ese mismo criterio.

9. Que si no soy capaz de refutarla, al menos la descontextualizaré para quitarle valor ante el público.

10. Que aunque todo tiene causas naturales que pueden ser probadas, seguiré creyendo que los relatos bíblicos sobrenaturales son ciertos.

11. Que debo adorarte por ello ya que me das enfermedades para luego quitármelas.

12. Creo en una deidad de tantas que han sido creadas a “imagen y semejanza” del hombre que las imaginó. Creo en mi dios pero no en el del resto de religiones a pesar de que ambos tenemos las mismas pruebas: unos textos, una tradición y mucha gente creyéndolas.

13. Creo que aunque las evidencias demuestran que compartimos genes y cromosomas con los primates (ya que somos obviamente primates), venimos de las partículas del polvo (o de la arcilla) o de cualquier otra composición sobrenatural porque esto lo escribieron en la prehistoria y en esas épocas no pudieron inventarse las respuestas (debió ser por supuesto un ente sobrenatural quien se las dijo).

14. Creo ¡oh dios! (de tantos que han existido y en los que se han creído), que aunque no puedo describirte (moral o físicamente cuando me preguntan sobre ti) si puedo predicar tus pensamientos a mi gusto cuando más me conviene.

15. Que el hombre no puede debatir sobre nada y debe aceptar sin cuestionar las contradicciones que en tu religión se han establecido.

16. Creo que eres misericordioso aunque castigues; que eres pacifico a pesar de denominarte “Yahvé de los ejércitos” y que en innumerables ocasiones hayas promovido, provocado y alentado a la guerra en ese libro llamado biblia.

17. Creo en la biblia porque la biblia dice que debo creer en ella (y recurriré a esto cuando no pueda argumentar).

18. Creo en lo que dice la biblia (y en como está escrita) porque puedo descontextualizarlo a mi gusto para que diga lo que quiero oír.

19. Creo en un cielo moral para mi porque soy superior al resto de personas que no comparten mis ideologías, las cuales irán al infierno del que también creo en su existencia (aunque no me lo hayan demostrado ni puedan hacerlo).

20. Es más: juro que creeré en todo lo que los religiosos me digan aunque no puedan probarme absolutamente nada de lo que dicen.

21. Creo en ti por ser omnisciente aunque la biblia demuestre que esto es totalmente falso constantemente.

22. Creo en ti, “oh señor piadoso y justo“, aunque no se vea la justicia por ninguna parte.

23. “Oh señor ten piedad de mi” porque a veces dudo hasta de mis creencias ya que todo apunta a que no existes.

24. No me castigues por esto (aunque no tenga sentido tenerle miedo a un ser que supuestamente está lleno de amor).

25. “No me dejes o abandones” aunque también seas supuestamente omnipresente y eso haga que sea imposible lo anterior.

26. Adoraré a vacas, corderos y seres antropomorfos azules con varios brazos, a estatuas de estos o de otros personajes por muy antinaturales que me parezcan.

27. Adoraré a imágenes y estatuas (tanto de madera como de piedra) e iré a verlas para hablarles esperando una respuesta.

28. Si no viene esa respuesta o se cumple esa petición intentaré creer que es por que no ha querido y si lo que pido se cumple (aunque no sea por causa divina) intentare creer que ha sucedido por y para mi.

29. Creo en una deidad invisible (y por lo visto pasiva) y niego a la ciencia porque ¿Qué nos ha aportado la ciencia y qué las religiones? Total, ¿para que recurrir a la medicina si puedo optar por rezar? ¿Para que recurrir a la biología si se que “las enfermedades las provoca un diablo“?¿Para que recurrir a la ingeniería si cuento con el poder de los milagros?¿Para que calcular ecuaciones y conocer leyes físicas a la hora de construir estructuras si se que todo sucede porque mi dios lo quiere (cuando quiere)?

30. Que debo llamar  o titular como milagro a todo lo bueno y olvidarme de todo lo malo.

31. Que a pesar de que esos “milagros” tuvieron un causante humano o natural, fue un ser o ente sobrenatural quien los propició olvidándome u omitiendo que según mi religión tu, dios, provocas esos accidentes a propósito.

32. Creo en una deidad que “nos quiere” pero a pesar de ello no hace acto de presencia.

33. Que un ser perfecto ha creado cosas imperfectas.

34. Que un ser justo y benevolente ha creado una cadena alimentaria en la que el más astuto o fuerte mata al débil para ingerirlo y no morir de hambre (el cual también entra dentro de tu perfecta creación).

35. Creo en un dios que pudiendo elogiar y alentar el conocimiento, lo prohíbe y llama necios a los sabios.

36. Creo en la vida después de la muerte porque me lo piden y afirman una serie de multimillonarios religiosos, los cuales nos lo enseñaron a pesar de que ninguno tenia y tiene la más mínima evidencia de ello (y tan solo preguntarles sea considerado como “herejía”).

37. En que inculcaré a mi descendencia las mismas creencias que me inculcaron a mi no dándole opción a que elijan por si mismos cuando sean mayores.

38. Les hare ver que solo mi religión posee “la verdad” y que el resto de opiniones son mentira.

39. Si es necesario manipulare a la gente para que crean en ti.

40. Intentare que todo el mundo crea que un supuesto señor del que no tengo evidencias de su existencia murió hace 2000 años aproximadamente por ellos.

41. Que este era un un mesías tres en uno, en los semidioses o en todo lo que me narra un libro,

42. Que soy una especie de “elegido” y solo yo tengo la capacidad de entender esto,

43. En que este es un amigo invisible cuida de mi (y de ellos pero solo si me creen),

44. En los pecados citados en la biblia (el Talmud o el Corán) como: comer marisco, cerdo y conejo porque tienen pezuñas y según mi religión son inmundos (Levítico 11:7, Levítico 11:10,Deuteronomio 14:8) , o hacer cualquier tipo de trabajo en sábado (Éxodo 20:8-11, 31:15-17, 34:21, 35:1-3 ) y muchos mandamientos más aunque me parezcan absurdos.

45. Creo en el machismo, la homofobia y la xenofobia porque mi biblia alienta a ello y mis lideres religiosos dicen que eso es moral.

46. Y en la superioridad moral del creyente aunque tenga pruebas históricas que demuestren que fue por culpa de las creencias religiosas por lo que se cometieron millones de asesinatos y guerras.

47. Creo en el martirios y los autosacrificios en nombre de la religión (aunque con ellos muera y mate a mucha gente inocente).

48. En la necesidad de excusar a estas personas y a mi religión.

48. En que me sentiré ofendido por el simple hecho de que alguien no crea en ti (mi).

49. En que merece la pena insultar, ofender y menospreciar a esta gente simplemente por no creer en ti (mi).

50. Y en que solo apoyaré a los que compartan mis creencias.

Amén.





Buen fin!!!





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