Los médicos y los policías tienen profesiones utópicas, dice el general Francisco Naranjo, director de la Policía Nacional colombiana.
Médicos y policías dedican sus esfuerzos a erradicar males que por definición son no erradicables: la enfermedad y el crimen. Nadie puede proponerse seriamente erradicar el crimen o la enfermedad, borrarlos de la faz de la sociedad. Lo que se puede es combatirlos.
Con esta sencilla y penetrante idea empezó Naranjo sus reflexiones sobre el combate al crimen en una reunión reciente en Cartagena de Alternativa Latinoamericana, un círculo de personajes públicos del continente.
La primera gran ausencia en sociedades sacudidas por el crimen, dijo Naranjo, suele ser la de un diseño de política criminal fundada no en las emociones de la sociedad, sino en los hechos.
Gobiernos y políticos suelen responder a las emociones de sociedades agraviadas por la inseguridad con gestos de severidad y dureza que nada arreglan si no forman parte de una política criminal.
Con base en sus emociones la sociedad pide penas altas, dureza contra los criminales, condenas ejemplares, tolerancia cero, imputabilidad a menores, penas de muerte.
Políticos y gobiernos fruncen el ceño, endurecen la mano, alzan las penas, inducen castigos ejemplares, aceptan escarmientos extrajudiciales.
Más en http://impreso.milenio.com/node/9057762
GRACIAS A RamnR POR SU COLABORACION
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.