martes, 6 de diciembre de 2011

Ricardo Alemán - Manuel Bartlett, ¡ya es de izquierda!


Seguramente muchos recuerdan que, en las elecciones presidenciales de 1988 —hace 23 años—, el secretario de Gobernación y presidente de la entonces Comisión Federal Electoral era el poderoso Manuel Bartlett.

Probablemente muchos se acuerden que, en esa elección de 1988, Manuel Bartlett fue el operador del proceso electoral presuntamente fraudulento que hizo presidente a Carlos Salinas y que le habría arrebatado la Presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas, el líder de la naciente izquierda unificada en México.

Es posible que algunos ciudadanos y militantes de la vieja izquierda mexicana —corriente en franca extinción— guarden aún en la memoria el escándalo provocado por la “caída del sistema”; maniobra fraudulenta que, mediante las habilidades de Manuel Bartlett, impulsó el gobierno de Miguel de la Madrid.

Y también es probable que algunas de las mentes lúcidas de esa vieja izquierda recuerden que Manuel Bartlett fue el más acabado producto del viejo PRI de los años 70 y 80 del siglo pasado; de los gobiernos despóticos, nada democráticos, clientelares y represores.

Bueno, si existe alguien que se acuerde de todo lo anterior, seguramente llegará a la conclusión de que resultaría imposible —si no es que una burla para los cientos de ciudadanos que dieron la vida por las causas de la vieja izquierda mexicana— que ese político profesional llamado Manuel Bartlett, que toda su vida militó, sirvió y se sirvió del PRI, hoy sea parte del champurrado llamado “izquierda mexicana”.

Si entre los militantes del PRD, el PT y lo que queda de Convergencia existe una voz crítica, un político congruente, un militante honesto que respete la historia de lucha y de cientos de muertos, seguramente ese militante hoy estaría gritando en la plaza pública contra la incorporación de Manuel Bartlett a las listas de senadores plurinominales, por las llamadas izquierdas. ¿Y por qué sería la protesta?

Elemental, porque en su calidad de secretario de Gobernación y presidente de la Comisión Federal Electoral —tiempos en que Bucareli era el centro del control político y la represión—, el señor Manuel Bartlett defraudó y combatió a la entonces naciente izquierda mexicana; la misma que hoy, 23 años después, le abre las puertas para continuar viviendo del presupuesto público. ¿Y por qué Manuel Bartlett no regresa a la política por la vía de una candidatura del PRI?

Porque en el PRI, el señor Manuel Bartlett ya no es visto como uno de los activos importantes del partido tricolor, sino como un desecho de ese viejo PRI; como uno de los mejores ejemplos del viejo partido que privilegió el autoritarismo, la antidemocracia, el clientelismo y, por supuesto, lo más cuestionable en democracia.

Pero lo más interesante es que Manuel Bartlett —junto con muchos otros que en su momento hicieron apología del PRI de Salinas— hoy será parte de las listas de candidatos a senadores y/o diputados por ese muégano poco o nada congruente que será la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador.

Y es que, en efecto, cuando le preguntaron a Manuel Bartlett si dejaba el PRI, si se cambiaba de camiseta a la izquierda, si traicionaba al partido de sus amores y de toda la vida, sólo dijo que no, que a él lo había invitado Andrés Manuel a ser candidato a senador por Morena. ¿Y la izquierda, y los agravios, y los muertos de esa izquierda, y el fraude electoral de 1988, y los perseguidos, y la congruencia; y la verticalidad, y la doctrina?

Pues eso no le importa a nadie, y menos a López Obrador, quien por sus caprichos llevará como candidatos a diputados y/o senadores de la dizque izquierda progresista, a lo peor del PRI, como Manuel Bartlett. ¿Y quién le iba a decir al señor Bartlett que, 23 años después, pertenecería a esa izquierda que defraudó, que persiguió y a la que estigmatizó por defender banderas como las de “movimiento progresista”. ¿Qué tal?, hoy el señor Bartlett es de izquierda y se dice progresista. ¡Chulada de congruencia! ¿O no?

EN EL CAMINO

Por cierto, otra joya. El coordinador de la campaña presidencial de AMLO se llama Ricardo Monreal, otro priista de toda la vida, ex salinista y acaso el más servil a los deseos del amo. ¿De verdad regresará lo peor del PRI con Peña Nieto? Lo curioso es que a los incautos de la izquierda les vendieron el cuento de que la unidad del PRD, el PT y la ex Convergencia sería algo así como “una coalición”. Los hechos terminarán por demostrar que con AMLO regresará lo peor del PRI y, claro, morirá la izquierda. Y, si no, al tiempo

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