Aunque la Policía Federal ha sostenido que sus agentes llegaron al bloqueo de la autopista México-Acapulco después de los efectivos de Guerrero, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos afirma que la primera autoridad en presentarse fue, precisamente, la PF, y que “al parecer”, uno de sus elementos disparó antes que nadie “una granada de gas lacrimógeno…”.
Sin embargo, los disparos letales fueron hechos, “muy probablemente”, por los elementos locales.
El número de protestantes de Ayotzinapa lo calcula entre 250 y 300, y precisa el total de elementos federales, estatales y municipales: 165, de los cuales “portaban armas de fuego” 67 y ¡a ninguno se le tomó declaración ministerial!
Para colmo, confirma el informe, no se preservó la escena del crimen.
En alto contraste, el ex procurador Alberto López, responsable de no hacer la averiguación de ley ni preservar la escena, los indicios y las evidencias ni haber investigado nada, insiste en culpar a la PF y descalifica el trabajo de la CNDH.
¿Alguien se lo creerá?
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