por Rosario Robles.
Es una infamia que tres de cada 10 pesos destinados a la alimentación de los más pobres no fueran gastados a pesar de la hambruna en algunas regiones del país.
Un abrazo solidario a
don Rogerio Azcárraga
don Rogerio Azcárraga
Increíble. En medio de la tragedia, el responsable de la institución encargada de las políticas públicas para el desarrollo de los pueblos indígenas hizo una serie de aseveraciones que, considerando el contexto, son absolutamente groseras (no por su contenido soez, sino por la ignorancia y falta de respeto que demuestran). Las perlas que se anotó demuestran la filosofía de muchos de los que participan hoy en el gobierno. Sorprenden sus declaraciones, aunque al final del día se entienden si se parte de la consideración de que se trata de una visión de derecha. Sus palabras indignan, sobre todo si se considera el contexto en que se realizan: en medio de la hambruna, de la pobreza lacerante de los rarámuris y demás comunidades de la Sierra Tarahumara, que no es más que la expresión descarnada de la realidad de millones de mexicanos que, por el color de su piel, siguen siendo discriminados y son los más pobres entre los pobres. Pero esto a Xavier Abreu no le importa. No hay razones para pensar que sus colegas del gobierno piensan diferente, pues se trata de un conspicuo panista que, por perder la elección para gobernador de Yucatán, fue premiado con dirigir una institución en la que se requiere sensibilidad y una gran responsabilidad social que por lo visto él no tiene. No se necesita mucho análisis. Primero dice que varias metas del sexenio no podrán cumplirse como las de acceso a agua potable (uno de los compromisos del Milenio asumidos por México), carreteras y rehabilitación de albergues, pero que ¡de todos modos el saldo es positivo! Todo esto al tiempo que en las televisoras vemos las escenas dolorosas de los indígenas de Chihuahua. Después sostiene que el acceso a los alimentos es un tema casi resuelto, pues “la madre tierra” les da para vivir. Su factor no es la riqueza patrimonial —nos sigue hablando el funcionario—, a ellos eso no les interesa porque tienen sus tierras. ¿Se habrá enterado de que la mayoría de los pueblos indígenas del país han sido expulsados de sus tierras originales codiciadas por sus riquezas de diversa índole y condenados a vivir en zonas muy pobres? Y sigue. Ellos piensan diferente dada su cosmovisión: no quieren acumular riquezas. Lo que desean es tener para comer, por lo que la pobreza es un tema casi resuelto. ¿El fondo de tal afirmación? “Los indígenas comen, tienen su economía de traspatio, tienen una madre tierra, una naturaleza que les da los medios”. Y continúa para el asombro del respetable: “No puedo hacer una aseveración tan tajante como que de hambre no se mueren, pero el sustento lo tienen a la mano. En otros lugares desérticos, pues no lo tienen así, pero en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, las condiciones de la naturaleza les dan para vivir”. De no creerse. ¿En algún momento recorrió esas comunidades? ¿No hubo nadie que le dijera que 75% de los más de 13 millones de indígenas que hay en México vive en la pobreza, y que justamente en Oaxaca o en Guerrero su condición es de extrema pobreza? ¿Acaso sabe que la mayoría de los 5 millones de personas que entre 2006 y 2008 se ubicaron en pobreza alimentaria pertenece a los pueblos indígenas? ¿Que la mortalidad infantil en estas comunidades es superior en 60% al resto de los mexicanos? ¿Se ha detenido a pensar que las mujeres mexicanas que hablan una lengua indígena tienen 15 veces menos posibilidades de aprender a leer y escribir con todo lo que esto implica? ¿Ha leído los reportes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que señalan que la población indígena mexicana se encuentra en clara desventaja con relación al resto en salud, educación y, particularmente, en las oportunidades de generación de ingreso? Seguramente no. Es una infamia. También el hecho de que tres de cada 10 pesos destinados a la alimentación de los más pobres no fueron ejercidos y fueron devueltos a la bolsa federal mientras nuestros indígenas se mueren de hambre, aunque el insigne Abreu diga lo contrario. Lo dicho. México no se merece más de lo mismo.
Ser o… neceser50 años de carrera artística de una mujer maravillosa. Un abrazo enorme a la querida Tania que es toda Libertad.
Leído en: http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9114833
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