Propuse ayer, después de ver la primera serie de promos de los candidatos presidenciales, que Enrique Peña Nieto puede hacer pedazos a una Josefina Vázquez Mota vaga y mal producida, y a un Andrés Manuel López Obrador que ofrece una tardía y fútil reconciliación política.
Peña Nieto, en cambio, despliega una serie de videos de alta calidad (en producción, realización, foco, mensaje y personaje), a la que dedicó tiempo y empeño. Debe haberse rodeado de los mejores en el mercado, porque el resultado es un trabajo que destila estudio, investigación, concepto, creatividad, talento y puntería.
Dice que quiere ser Presidente porque México merece estar mejor. Punto. Se presenta como un hombre joven, experimentado, seguro, en plena forma física y mental, que ve a la gente a los ojos y empeña su palabra.
“Tú me conoces”, se dirige al público en la riesgosa segunda persona del singular. “Sabes que sé comprometerme. Pero lo más importante, sé cumplir”.
En el primero de los spots, el genérico, aparece en 13 distintas locaciones naturales y, por lo que se ve, grabó un spot en cada una de las 32 entidades, para hablarle a 32 auditorios regionales. No se trata, pues, de la vieja macrocampaña que iguala a Nuevo León con Yucatán, el DF, Nuevo Vallarta o Ciudad Juárez.
En el de Veracruz, por ejemplo, exalta bondades y bellezas del estado y lamenta la forma en que han sido lesionadas por la inseguridad. Y ahí, con guayabera, besando a una niña, ofrece ajustar y corregir la estrategia en la lucha contra los criminales.
Y esto se difundirá cientos de miles de veces. Peña Nieto parece entender mejor que sus rivales en qué año vive. Y a qué mexicanos les está hablando.
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