jueves, 22 de marzo de 2012

Puig - Mal día para el abogado Felipe Calderón



No debe ser un buen día para el Presidente aquel en el que cuatro de cinco ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación dicen que los policías más importantes del gobierno federal —Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino— cometieron en su chamba anterior “graves violaciones a los derechos humanos” de una detenida.
No debe ser un buen día cuando cinco de cinco ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación confirman que tus superpolicías armaron un show para la tele que quisieron ocultar.
No debe ser un buen día cuando tres de cinco ministros de la Suprema Corte votan por conceder el amparo a la quejosa de tal caso y la nueva ponencia la va a redactar la ministra que quería liberarla de inmediato.
Mal había empezado el 21 de marzo para el Presidente cuando en el evento del aniversario del natalicio de Juárez el presidente de la Suprema Corte había reaccionado al discurso de Calderón del lunes pasado, en el que insinuó que de dar la Corte el amparo a Florence Cassez sería una “rendija por donde escape la impunidad”.
En la Corte nunca caen bien esas insinuaciones que consideran intromisión.
Dijo ayer en la mañana el ministro Silva Meza al Presidente: “La verdadera seguridad es la que se construye en la legalidad. El sistema se sostiene en la credibilidad y en la solidez del estricto cumplimiento de la ley. Hoy los jueces, magistrados y ministros, estamos atentos para aplicar el nuevo marco legal en materia de amparo y de derechos humanos, que exigen que, el nuestro, sea un país en el que imperen la justicia y la igualdad, no la arbitrariedad; justicia, basada en instituciones y procesos, que hagan que sea justicia de verdad.
“No el abuso del poder, paso previo al autoritarismo y a la impunidad.
“No la creencia de que la ley puede cumplirse a capricho.
“Estamos conscientes de que el valor social de largo plazo es la justicia, basada siempre en la Constitución y las leyes. Lo civilizado y lo correcto, el construir un Estado ético, limpio y justo, que no viole los derechos humanos de nadie”.
Y terminó el ministro presidente con una serie de exhortos que sólo hacen sentido a la luz del caso Cassez, el debate de los últimos días en la opinión pública y lo que el presidente Calderón había dicho en Veracruz al lado del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna:
“Respetemos a la división de poderes; nada justifica incumplir la Constitución y los derechos humanos. Respetemos las formas y la legalidad”.
No fue un buen día para el abogado Calderón.

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