martes, 24 de abril de 2012

Loret - Traía truco


No le creí a Elba Esther Gordillo cuando, frente a las cámaras de “De Panzazo”, me estiró su mano y me dijo que aceptaba que todos los maestros del País fueran evaluados. “Siento que trae truco”, me sinceré. “Porque me tiene desconfianza”, dedujo acertadamente.
La dirigente vitalicia del sindicato de maestros luego firmó este dicho ante el presidente Calderón: este junio todos los docentes del País tendrían que presentar un examen.
El primer truco fue que la evaluación se pactó sin consecuencias: no pasaría nada si un profesor reprobaba. Los resultados que arrojaran los exámenes se reducirían simplemente a servir de guía a la Secretaría de Educación Pública para diseñar y ajustar los planes de estudio.
El truco final fue que, aprovechando la turbulencia electoral, ni evaluación habrá. El fin de semana lo anunció oficialmente el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Fue un tiro en la cabeza para la Alianza por la Calidad Educativa que dio ventajas políticas a Elba Esther Gordillo durante el sexenio y que sirvió a Calderón para justificar su reprochable actitud frente a los abusos de “La Maestra”, los privilegios a su grupo, la concesión de puestos claves del Gobierno y el acceso a más dinero público del que ya de por sí manejaba sin rendir cuentas a nadie.
Gordillo y su equipo político vendieron muy caro a Calderón el apoyo electoral que le brindaron en la rudísima elección presidencial de 2006 y lograron posponer para el tramo final del mandato del presidente cualquier medida que afectara sus intereses. Luego de cinco años de gozar los frutos de ese respaldo político, apenas el año pasado firmaron con el Gobierno la evaluación universal para los maestros de México.
Ya se echaron para atrás. Su argumento principal en contra es exactamente el mismo que esgrimen sus opositores dentro del SNTE, agrupados en la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación). Según hizo público ahora, la evaluación a los maestros será utilizada para afectar sus plazas de trabajo de manera injusta y que no son tiempos los electorales para algo así (puso por ahí también la falta de un trámite, una convocatoria que no habría hecho la SEP). El ideal de ambos grupos, que en el fondo son iguales, es que ellos sean los que repartan las plazas de maestros y ellos los que decidan la permanencia, no los resultados, no el desempeño de los profesores, no el aprendizaje de los alumnos.
Durante la promoción de “De Panzazo” insistí en la fragilidad del acuerdo entre sindicato y Gobierno para evaluar a los maestros. El 21 de marzo en estas “Historias de Reportero” ya veía venir que en tiempos electorales “Todo tiembla. Todo puede pasar”. A Elba Esther Gordillo la educación le vale. Al Gobierno… bueno, pues el Gobierno tiene a un médico en la SEP.
Saciamorbos
¿Y si da un golpe sobre la mesa? ¿Y si se molesta porque le vio la cara y no le cumplió la palabra? ¿Y si decide apostar al encarcelamiento de la lideresa para repuntar en las encuestas de la que ya desciende al tercer lugar? ¿Alguien la defendería?

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