lunes, 4 de junio de 2012

Alemán - AMLO se sabe derrotado.

El candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, sabe que el domingo 1 de julio, dentro de 26 días, será derrotado en las urnas.

Por eso, lo que está tejiendo con la patraña de que existe un complot mediático en su contra –en el que según AMLO estarían participando El Universal, Televisa, Milenio y otros–, es precisamente la cortina de humo que tenderá la noche de ese 1 de julio, para justificar su segundo descalabro al hilo, en sus ambiciones de ser presidente de los mexicanos.

Y también saben que va a perder, los señores Ricardo Monreal, Jesús Zambrano, Luis Walton y Alberto Anaya –jefes de la coalición de partidos de izquierda que impulsan la candidatura de AMLO–, quienes ya trabajan en el control de daños. O si se quiere, en la moderna versión de “mandar al diablo las instituciones”.

Y sabemos lo anterior porque la percepción de una inevitable derrota ante su odiado Enrique Peña Nieto –y la estrategia de control de daños ante la derrota–, son los temas que hoy se tratan, discuten y analizan en el primer círculo de López Obrador. Y claro, esa conversación ya se escucha fuera del primer círculo.

Por esas mismas razones, el candidato de las izquierdas está irritable, descompuesto, y en los mítines, plazas y auditorios públicos ya se olvidó el discurso “del amor” y, en su lugar, reapareció el discurso de “la mafia del poder”, pero con otros adjetivos. En las mismas plazas reitera –por si hiciera falta–, espantajos como el “fraude”, el “complot”, y la “persecución en su contra”; fraguados por quién sabe cuántos poderes perversos confabulados en su contra para impedir que acceda al poder el “México bueno”.

Según algunos de sus cercanos, López Obrador sabe que está perdido: Por eso intensificó desde hace dos semanas la estrategia de denunciar “el complot en su contra” y la persecución mediática, mientras que sin ton ni son difama en todos los tonos y desde todas las plazas al puntero en la contienda, al que acusa de ladrón, mentiroso, ratero, asesino, hijo de las televisoras… y hasta jefe de la restauración del viejo régimen.

Pero en el fondo, la de López Obrador no es una derrota que se gestó ayer, o que viene de la revelación del “pase de la charola” –publicado por “El Universal”–, y tampoco desde que Javier Sicilia le dijo lo que piensan de él millones de votantes; que es autoritario, mesiánico, rencoroso, vengativo y mentiroso, entre otras linduras.

No, la de AMLO es una derrota tan anunciada que, desde semanas previas a esos acontecimientos –en reuniones en corto–, algunos de los generales de AMLO la han reconocido. Otros de plano han aceptado que no sólo son frecuentes las reuniones con empresarios de todos los niveles y de todas las entidades del país, “para recolectar fondos para la campaña de AMLO”, sino que “buena parte de los empresarios no quieren a Andrés”. ¿Y por qué no lo quieren?

Dice uno de esos generales. “No lo quieren porque le tienen miedo, lo ven como una versión mexicana de Chávez” y, porque “a muchos de ellos no les cumplió cuando fue jefe de gobierno del DF, y menos cuando fue candidato presidencial”. Pero hay más, dice: “es muy difícil sacar dinero con empresarios, porque muchos le dieron dinero en 2006, y luego Andrés no tuvo el tino de verlos, agradecerles y explicarles lo que había pasado”.

Hoy, el “pase de charola” denunciado por “El Universal”, en realidad es una suerte de “clavo ardiente” del que se aferra López Obrador, para zarpar la nave del “complot”, el “fraude”, y el discurso de que “le robaron” la elección. Y si existen dudas, basta revisar la reconstrucción de la cena del pase de charola –elaborada por “El Universal”–, en donde el genio electoral, Luis Costa Bonino, reconoce que a López Obrador “le aparecen obsesiones” relacionadas con “el grupo de (la) conspiración, y eso es porque tal vez piensa en explicar su derrota”.

Por lo pronto –y siempre según uno de los generales de AMLO–, el escándalo “del pase de charola le pegó a la candidatura de López Obrador, mucho más de lo que imaginamos”, al grado que no sólo detuvo ese crecimiento sostenido que mostraba; no sólo se estancó el alejamiento de la candidata Vázquez Mota, sino que permitió que el PRI detuviera su caída y hasta recuperara puntos. ¿Qué va a pasar en los 26 días que faltan?

Los medios afines a AMLO harán crecer la especie del fraude, el complot y el despojo, al tiempo que pregonarán encuestas que lo colocan a la cabeza; al tiempo que se movilizará contra las instituciones del Estado a la nueva reserva de manifestantes estudiantiles, que sin ningún –además de la gran capacidad de manipulación-, saldrán a defender el triunfo de AMLO. Una película que ya vimos. Al tiempo.

EN EL CAMINO.

Por cierto, dice AMLO que él no manda pedir dinero. Curioso, si es así, entonces a los que prometió hueso, ya roban y engañan a AMLO, antes del hueso… ¿Qué tal Fox, llama a votar por Peña? Bueno, por el puntero. ¡Ver para creer!


Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/amlo-se-sabe-derrotado

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