Ciro Gómez Leyva |
Por lo visto, antes que nada, es un golpe a la eficacia periodística. Víctor Manuel Báez, junto con sus cinco amigos, reporteros policiacos, marcaba la pauta noticiosa en el tema, no solo en Xalapa, sino en amplias regiones de la entidad. Seguramente los criminales convirtieron esa eficacia en traición.
Víctor Manuel se movía sin escoltas. Más de una vez rechazó la oferta de seguridad. “Yo no corro riesgo, porque yo no estoy metido”, dijo con temeraria seguridad después de una amenaza el 7 de junio. “Fue un asunto sin importancia”.
Tipo simpático, trabajador, según cuentan. Todavía anoche se tomó un café con sus amigos del gobierno de Veracruz. De nada sirvió el cerco a Xalapa que se ordenó al conocerse la noticia de que lo habían secuestrado. La siguiente noticia fue el cadáver. Y el mensaje.
Es el octavo periodista que muere en Veracruz en año y medio. Y el segundo de Milenio (Eliseo Barrón, Torreón-Gómez Palacio, mayo de 2009) en esta intemperie de guerra.
No hay que darle vueltas. El Observatorio de los Procesos de Comunicación Pública de la Violencia lo sintetizó muy bien ayer mismo: es el fracaso del Estado, en sus tres niveles, incapaz de crear las condiciones para que la vida cotidiana transcurra con razonable normalidad.
En donde estén, gracias Eliseo, gracias Víctor Manuel. Estaremos siempre en deuda con ustedes.
Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/yonocorroriesgo...-1309831-columna.html
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