Rafael Loret de Mola |
Único Quisquilloso
Comenzó hablar Andrés Manuel López Obrador, hace una semana ya, de fraude y de que “sus” encuestas le señalan dos puntos arriba d Peña Nieto. Como en 2006 –aunque ahora las circunstancias son distintas y los momios también-, tales elementos conforman su eje conductor para mantenerse en la palestra -¿una reelección como “presidente legítimo?”-, asegurando un conflicto poselectoral. Y, en mucho, la responsabilidad recaerá en quienes publicaron acercamientos notorios del personaje al vanguardista de la justa, separados sólo por cuatro puntos porcentuales, sin verificaciones creíbles.
Si el primero de julio, el flujo de los sufragios se asemeja a tal encuesta, con gusto rectificaremos nuestro parecer; pero, por hoy, debo decir que la percepción general dista mucho de las mencionadas estadísticas... como en 2006 parecía increíble que Calderón empatara a López Obrador cuando era patente el apoyo popular a éste. Luego vino el desaseado desenlace que permitió a López Obrador, acaso el último líder natural surgido en México, mantenerse en campaña por todos los rincones del país, incluso los infectados por los grupos subversivos. Insisto en que siento una enorme curiosidad al respecto y Andrés Manuel debiera aclararnos la mente para evitar conjeturas o juicios de valor ajenos a sus propósitos... si de verdad son otros a los que devienen de una posible alianza con los violentos. Éste, sin duda, es la arista más intrincada del personaje por quien voté hace seis años. Ahora, para no inducir a los lectores amables, no diré por quién lo haré o si de plano, decido abstenerme dada la pobreza de las ofertas políticas de cada uno de los candidatos. Pero no. Debemos cumplir con la historia.
En sentido estricto me resulta increíble la caída de Josefina Vázquez Mota en los sondeos de opinión. La candidata oficial, tan reforzada al interior del PAN cuando anunció su candidatura, comenzó a reducir su empuje y simpatías a medida que pasaban los días y se aceleró la depresión de las encuestas a partir del inicio de las campañas formales. Exactamente cómo si hubieran cambiado las tendencias, en sentido contrario, de golpe y sin salidas. Luego vino su propia ansiedad y angustia, misma que se hizo patente desde la primera semana de proselitismo cuando, de plano, se quedó sin palabras ante los micrófonos. ¿Fue ese día, acaso, cuando le comunicaron que no podría llegar a más por decisión superior? No lo dudo ni un poco.
En aquella jornada de principios de abril, el rostro desencajado de Josefina obligó a especular si estaba siendo presionada para abandonar la candidatura a favor de alguno de los “delfines” del señor Calderón en el partido más misógino del país. (Vean los números de candidatas y triunfadoras y lo corroborarán ampliamente). Es obvia cuál fue la opción de Josefina: seguir adelante aun cuando tuviera al mundo encima y a Los Pinos en contra. Y no pudo sino conservar las apariencias de una campaña fatalmente negativa para ella, pese a ser una mujer de grandes virtudes si bien desconocedora de la geopolítica nacional y de las tareas sucias necesarias para imponerse. Cuando los catalanes, expertos en marketing, pretendieron obrar por cuenta propia, ella no estuvo de acuerdo y se rompió el enlace con la casa presidencial, dispuesta a llegar “hasta las últimas consecuencias” con tal de asegurar la continuidad política. Tal es el meollo de la controvertida cuestión.
Y, por otra parte, Peña Nieto, el puntero según todas las encuestas aun cuando alguna le coloque muy cerca de su inmediato seguidor, administró su agenda acaso siguiendo el consejo de que cuanto menos se moviera podría perder un porcentaje menor de puntos: y así ha sido aun cuando, como es natural, la mayor parte de los jóvenes -¿ya nos olvidamos cómo pensábamos a esa edad?-, se rebelen no a Peña sino al establishment que posibilita el arribo de personajes como él a la Primera Magistratura, esto es el núcleo mismo de un nido de víboras.
Por cierto, ¿qué hacía Emilio Gamboa, anfitrión de una decena de familiares, en el Hotel Villamagna de Madrid, hace apenas dos semanas –esto es en plena campaña-, sin el menor interés de mantener el espíritu combativo de su partido y seguro de haber garantizado ya su futuro? Fue a España a divertirse, con la familia, en plena Feria de San Isidro y dejando atrás el lodo y el polvo de los caminos de la campaña. Primero él, después el país. Así siempre han pensando quienes viven del embuste, la manipulación y el engaño... como cierta candidata dl PAN que presumía, el pasado 6 de junio en la plaza de Las Ventas, en Madrid claro, que ella podía darse el lujo de viajar porque “todo ya estaba resuelto a su favor”; esto es, sobraban los votantes y sólo faltaba tiempo para posicionarse de una curul. ¿Su nombre? Lo guardo para cuando sea necesario difundirlo. No vaya a ser que el IFE considere “campaña negra” –como lo hace cuando se trata de aspirantes panistas-, la denuncia periodística.
Es por demás interesante hacer notar que, entre la clase política sobre todo pero también en cuanto a la ciudadanía, pervive el escepticismo en cuanto a la autoridad moral de los órganos electorales –lo que demuestra su estancamiento-, y con ello respecto a los escrutinios finales, tan manoseados hace seis años, cuando apenas faltan dos semanas para la jornada comicial; por eso, los rumores calan tanto y es posible manipular al colectivo con cuanta leyenda negra aflore, sobre todo después del segundo debate entre candidatos cuyo saldo fue solamente una mayor confusión entre los presuntos electores. Me temo que el grupo en crecida es, precisamente, el de quienes no quieren votar por el “menos malo” porque ni siquiera a éste encuentran tras un análisis ponderado. O la “menos mala”, para no excluir a nadie.
A la larga, como suele suceder cuando ya no hay remedio, se equivocaron los legisladores perredistas que hicieron bloque contra la iniciativa presidencial de reforma política que incluía, entre otros aspectos sanos para la evolución democrática –debe reconocerse este mérito aun cuando se supiera, de antemano, que no pasaría-, las segundas vueltas electorales; entonces se observaba que la Presidencia sería disputada por el PRI y el PAN, con el PRD muy lejos; ahora, las cosas cambiaron de manera dramática y de darse una segunda opción a los electores, en busca de la mayoría absoluta que legitima en serio a la democracia, los perredistas podrían dar la sorpresa. El tiro les salió por la culata por creer más en el sectarismo exacerbado y no en el espíritu democrático que es consecuencia, en esencia, de la madurez de los pueblos.
También faltó la posibilidad de estructurar candidaturas ciudadanas para que no cayéramos en el garlito del señor Gabriel Quadri, salido del laboratorio de la poderosa “novia de Chucky”, y cuyos cuatro o cinco puntos porcentuales que le reconocen los sondeos ayudan a ésta, la indomable maestra Gordillo, a negociar a sus anchas porque podría inclinar el fiel de la balanza si los momios se estrechan como esperan algunos. Otra vez, estamos atorados en el mismo punto por obra y gracia de la inercia, no del cambio prometido vanamente, de un gobierno en ausencia, incapaz de acordar con sus adversarios y de rectificar con verdadero talante a favor de la soberanía popular. ¿O ya no existe ésta y estamos usando un término que para algunos suena sencillamente caduco?
Debate
La perspectiva es más confusa que nunca de cara a las próximas dos semanas de campaña. Además, ¿no es, cuando menos, sospechoso que los grandes cárteles, con dominio territorial en la mitad de las entidades federativas, no se hayan pronunciado?¿O estarán esperando, como en Tamaulipas en 2010, la última hora para situarse de un lado u otro de la mesa? Mucho tememos que las mafias organizadas estén listas a dar sus respectivos zarpazos cuando llegue la hora, sea al final de los escrutinios o después de la declaratorio de “presidente electo” con las calles otra vez impregnadas de sospechas sobre el resultado de los escrutinios y la adversidad de contar con órganos electorales poco confiables.
Es de temerse que, a falta de un mando mafioso único, como pretendía el mandatario en funciones al principio de su gobierno –y para ello instruyó al malogrado Juan Camilo Mouriño- con el fin de evitarse confrontaciones que confluyeran a lo que es hoy “la guerra de Calderón”. Tal es muy sintomático considerando, naturalmente, las infiltraciones tremendas en la estructura política y gubernamental. Ni modo que hablemos de una tregua entre los facinerosos y la clase política para posibilitar, sin sacudimientos, las elecciones federales.
Recuérdese que el proyecto del “primer magistrado” era a favor de Joaquín “El Chapo” Guzmán –el narco de los panistas; no se olvide que su “fuga” del penal de Puente Grande, en Jalisco, se dio al segundo mes de administración de Vicente Fox-, pero a éste se le salió de las manos el proyecto hasta la magra culminación de la muerte –o el asesinato- de Mouriño en noviembre de 2008. Después vino la escalada de violencia y cuando ha sido secuela de ésta... aunque algunos supuestos editorialistas entrecomillen el drama de las víctimas inocentes de la violencia calderonista. Ya basta de interpretaciones falaces y de medias verdades que son sólo mentiras.
La Anécdota
Por cierto, cuando elaboré mi libro –“2012: La Sucesión”, anterior a “Nuestro Inframundo” y a “Sin Redención”, a punto de salir-, el único que se negó a hablar conmigo, después de muchos años de cercanía incluso afectiva- fue Andrés Manuel López Obrador, quien sabía que no le haría una entrevista cómoda.
Si tal es el proceder de quien aspiraba a la candidatura del PRD –por fortuna tenía suficientes testimonios sobre él y fue acaso el más nombrado en esta obra-, ¿qué puede esperarse del futuro de la libertad de expresión en caso de ganar los comicios de julio? Me duele la cabeza sólo de pensarlo.
loretdemola.rafael@yahoo.com.mx
MIENTRAS SE INCREMENTA LA INTOLERANCIA, EN IGUAL NIVEL SE RECRUDECEN LAS AMENAZAS Y LOS BLOQUEOS. ¿HASTA DÓNDE LLEGAREMOS EN ESTAS DOS SEMANAS ÚLTIMAS ANTES DE LA ELECCIÓN FEDERAL? ME TEMO QUE FALTA LO PEOR.
Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/anunciosdefraude-1304981-columna.html
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